Jud 5:17
|
Y no hubo quien pudiese hacer daño a este pueblo, sino cuando él se desvió del culto del Señor su Dios.
|
Jud 7:8
|
Pero los amonitas y los moabitas fueron y dijeron a Holofernes: Los hijos de Israel no ponen su confianza en sus lanzas ni en sus flechas, sino que su defensa y fortificaciones son los montes y los collados escarpados.
|
Jud 8:24
|
Al contrario, aquellos que no sufrieron las tentaciones con temor del Señor, sino que manifestaron su impaciencia, y prorrumpieron en injuriosas murmuraciones contra el Señor,
|
Jud 8:33
|
Mas no quiero que pretendáis indagar lo que voy a hacer; y hasta que vuelva yo a avisaros, no se haga otra cosa, sino orar por mí a Dios nuestro Señor.
|
Jud 10:4
|
Le añadió además el Señor nueva belleza; porque toda esta compostura no provenía de lasciva pasión, sino de un fin santo; y por tanto el Señor dio mayor realce a su hermosura, de suerte que a los ojos de todos aparecía de una incomparable belleza.
|
Jud 11:5
|
Viva Nabucodonosor, rey de la tierra, y viva su poder, que reside en ti para castigar a todos los que van errados; pues no solamente los hombres por tu valor le sirven, sino que hasta las bestias del campo le obedecen.
|
Jud 12:2
|
Judit le respondió, y dijo: No podré ahora comer de esas cosas que mandas darme, por no acarrear contra mí la indignación de Dios; sino que comeré de lo que he traído conmigo.
|
Jud 13:20
|
Y os juro por el mismo Señor, que su ángel me ha guardado, así al ir de aquí, como estando allí, y al volver acá; y no ha permitido el Señor que yo, su sierva, fuese violada; sino que me ha restituido a vosotros sin mancha de pecado, colmada de gozo al ver que mi Dios queda victorioso, que yo me he escapado, y que vosotros quedáis libertados.
|
Jud 13:25
|
Porque hoy ha hecho tan célebre tu nombre, que no cesarán jamás de publicar tus alabanzas cuantos conservaren en los siglos venideros la memoria de los prodigios del Señor; pues no has temido exponer tu vida por tu pueblo, viendo las angustias y la tribulación de tu gente, sino que has acudido a nuestro Dios para impedir su ruina.
|
Jud 14:2
|
y así que apunte el sol, tome cada uno sus armas, y salid con gran ruido, no para descender realmente abajo, sino aparentando que vais a acometerlos.
|
Jud 15:2
|
De manera que ninguno consultaba ni siquiera con su compañero, sino que cabizbajos, abandonándolo todo, se daban prisa a escapar de los hebreos, que oían venir armados contra ellos, y a huir por las sendas de los campos y veredas de los collados.
|
Jud 16:8
|
Porque no ha sido su campeón derribado por jóvenes guerreros, ni han sido titanes, ni corpulentos gigantes los que le han hecho frente y lo han herido, sino que es Judit, hija de Merari, la que lo ha derribado con el atractivo de su rostro.
|
Est 1:8
|
Ninguno forzaba a beber al que no quería, sino que cada cual tomaba cuanto gustaba, conforme lo había mandado el rey; el cual a este fin dio la presidencia de cada mesa a uno de sus magnates.
|
Est 1:16
|
A lo que respondió Mamucán en presencia del rey y de los grandes: La reina Vasti no sólo ha ofendido al rey, sino también a todos los pueblos y señores de todas las provincias del rey Asuero.
|
Est 2:15
|
Pasado, pues, un cierto tiempo, se acercaba ya el día en que debía ser presentada al rey Ester, hija de Abihail, hermano de Mardoqueo, quien se la había prohijado. No pidió Ester adornos mujeriles, sino que el eunuco Egeo, a cuyo cuidado estaban las doncellas, le dio para adornarse lo que él quiso. Porque era de extremada hermosura e increíble belleza, y así parecía graciosa y amable a los ojos de todos.
|
Est 5:9
|
Con esto salió aquel día Amán muy contento y alegre. Mas como viese a Mardoqueo sentado ante las puertas de palacio, y que no sólo no se había levantado para hacerle acatamiento, sino que ni siquiera se había movido del asiento en que estaba, se irritó sobremanera.
|
Est 5:12
|
Y añadió después: Aun la reina Ester a ningún otro ha llamado al convite que da al rey sino a mí; y también mañana he de comer en su casa con el rey.
|
Est 6:6
|
Entrando que hubo, le dijo: ¿Qué debe hacerse con un hombre a quien el rey desea honrar? Y Amán, pensando dentro de sí y creyendo que el rey a ningún otro quería honrar sino a él,
|
Est 6:13
|
y contó a Zarés, su esposa, y a los amigos todo cuanto le había sucedido. A lo que los sabios, que tenía por consejeros, y su esposa le contestaron: Si Mardoqueo, delante de quien has comenzado a caer, es del linaje de los judíos, no podrás contrarrestarle, sino que acabarás de caer precipitadamente en su presencia.
|
Est 13:2
|
Siendo yo emperador de muchísimas naciones, y habiendo sometido a mi dominio toda la tierra, no he querido abusar de ningún modo de la grandeza de mi poderío, sino antes bien gobernar a mis vasallos con clemencia y mansedumbre, para que pasando la vida con sosiego, sin temor alguno gozasen la paz deseada de todos los morta-les.
|
Est 14:8
|
Mas ahora no se contentan de tenernos oprimidos con durísima esclavitud, sino que, atribuyendo al poder de los ídolos la fortaleza de sus brazos,
|
Est 14:18
|
y que desde el día en que fui trasladada acá hasta el presente, jamás ha tenido esta tu sierva contento sino en ti, oh Señor Dios de Abrahán.
|
Est 14:19
|
Oh Dios poderoso sobre todos, escucha las voces de aquellos que no tienen otra esperanza sino en ti, y sálvanos de las manos de los malvados, y líbrame a mí de mis temores."
|
Est 15:13
|
No morirás, porque esta ley no fue puesta para ti, sino para todos los demás.
|
Est 16:3
|
y no se contentan con oprimir a los vasallos de los reyes; sino que no siendo capaces de mantener con moderación la gloria recibida, maquinan traiciones contra los mismos que se la dieron.
|
Est 16:4
|
No les basta el ser ingratos a los beneficios y el violar en sí mismos los derechos de la humanidad; sino que presumen también poder sustraerse al juicio de Dios que todo lo ve.
|
Est 16:9
|
Mas no penséis que si variamos nuestras órdenes, proviene esto de ligereza de ánimo, sino que la mira del bien de la república nos obliga a arreglar nuestras determinaciones conforme a la condición y necesidad de los tiempos.
|
Est 16:18
|
Por cuya maldad, así, el, que la fraguó, como toda su parentela, están colgados en patíbulos ante las puertas de esta ciudad de Susán, no siendo nosotros, sino Dios, el que le ha dado su merecido.
|
Est 16:24
|
Cualquier provincia o ciudad, que no quisiese tener parte en esta solemnidad, perezca a fuego y a sangre, y sea de tal manera arrasada, que quede para siempre intransitable, no sólo a los hombres, sino aun a las bestias, para escarmiento de los despreciadores y desobedientes a las órdenes reales."
|
Job 9:15
|
Aun cuando tuviere yo alguna cosa que alegar de mi parte, no la alegaré, sino que imploraré la clemencia de mi juez.
|
Job 14:4
|
¿Quién podrá volver puro al que de impura simiente fue concebido? ¿Quién sino tú solo?
|
Job 17:2
|
Yo no he delinquido, y con todo mis ojos no ven sino amarguras.
|
Job 20:13
|
se saboreará en ella, y no la tragará, sino que la detendrá en su paladar.
|
Job 24:20
|
Se olvidará de él la misericordia divina; serán los gusanos sus delicias; no quedará memoria de él, sino que será hecho astillas, como árbol infructuoso.
|
Job 24:24
|
Se ven los impíos elevados por un poco de tiempo; mas no subsistirán sino que serán abatidos y arrebatados como todos los otros; serán cortados como las cabezas de las espigas.
|
Job 39:17
|
sino porque le negó el Señor para eso el instinto, y no le dio el discernimiento.
|
Salm 1:2
|
sino que tiene puesta toda su voluntad en la ley del Señor, y está meditando en ella día y noche.
|
Salm 1:4
|
No así los impíos, no así; sino que serán como el tamo o polvo que el viento arroja de la superficie de la tierra.
|
Salm 11:3
|
Cada uno de ellos no habla sino con mentira a su prójimo; habla con labios engañosos y con un corazón doble.
|
Salm 17:32
|
Porque ¿qué otro Dios hay sino el Señor? ¿O qué Dios hay fuera de nuestro Dios?
|
Salm 30:9
|
No me dejaste encerrado en manos del enemigo, sino que abriste ancho camino a mis pies.
|
Salm 43:4
|
Porque no conquistaron este país con su espada, y no fue su brazo el que los salvó; sino tu diestra y tu brazo, y la luz emanada de tu rostro; porque te complaciste en ellos.
|
Salm 48:9
|
ni precio alguno en rescate de su alma, sino que penará para siempre.
|
Salm 51:9
|
He ahí el hombre que no contó con el favor de Dios, sino que puso su confianza en sus grandes riquezas, y no hubo quien le apeara de su vanidad.
|
Salm 59:12
|
¿Quién sino tú, ¡oh Dios!, que nos habías desamparado? ¿No vendrás tú, Señor, a la cabeza de nuestros ejércitos?
|
Salm 93:15
|
sino que el juicio se ejercerá con justicia, y le seguirán todos los rectos de corazón.
|
Salm 107:12
|
¿Quién sino tu, ¡oh mi Dios! que nos habías desamparado? ¿No vendrás tú, oh Dios mío, a la cabeza de nuestros ejércitos?
|
Salm 113:9
|
No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu Nombre da toda la gloria,
|
Salm 117:17
|
No me moriré, sino que viviré aún, y publicaré las obras del Señor.
|
Salm 130:2
|
Si yo no he sentido bajamente de mí, sino que al contrario se ha llenado de soberbia mi ánimo, como el niño recién destetado está penando en los brazos de su madre, que así sea la pena dentro de mi corazón.
|