I Ped 1:19
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sino con la sangre preciosa de Cristo como de un cordero inmaculado y sin tacha,
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I Ped 1:23
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puesto que habéis renacido no de semilla corruptible, sino incorruptible por la palabra de Dios vivo, la cual permanece por toda la eternidad.
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I Ped 2:16
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como libres, sí, mas no cubriendo la malicia con capa de libertad, sino obrando en todo como siervos de Dios; esto es, por amor.
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I Ped 2:18
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Vosotros los siervos estad sumisos con todo temor y respeto a los amos, no tan sólo a los buenos y apacibles, sino también a los de recia condición.
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I Ped 3:15
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sino bendecid en vuestros corazones al Señor Jesucristo prontos siempre a dar satisfacción a cualquiera que os pida razón de la esperanza o religión en que vivís.
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I Ped 3:21
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Lo que era figura del bautismo de ahora, el cual de una manera semejante os salva a vosotros, no con quitar las manchas de la carne, sino justificando la conciencia para con Dios por la virtud de la resurrección de Jesucristo;
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I Ped 4:2
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De suerte que ya el tiempo que le queda en esta vida mortal, viva, no conforme a las pasiones humanas, sino conforme a la voluntad de Dios.
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I Ped 5:2
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que apacentéis la grey de Dios puesta a vuestro cargo, gobernándola y velando sobre ella no precisados por la necesidad, sino con afectuosa voluntad que sea según Dios; no por un sórdido interés, sino gratuitamente;
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I Ped 5:2
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que apacentéis la grey de Dios puesta a vuestro cargo, gobernándola y velando sobre ella no precisados por la necesidad, sino con afectuosa voluntad que sea según Dios; no por un sórdido interés, sino gratuitamente;
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I Ped 5:3
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ni porque queréis tener señorío sobre el clero, o la heredad del Señor, sino siendo verdaderamente dechados de la grey;
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II Ped 1:16
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Por lo demás, no os hemos hecho conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, siguiendo fábulas o ficciones ingeniosas; sino como testigos oculares de su grandeza,
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II Ped 1:21
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porque no traen su origen las profecías de la voluntad de los hombres, sino que los varones santos de Dios hablaron, siendo inspirados del Espíritu Santo.
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II Ped 2:4
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Porque si Dios no perdonó a los ángeles delincuentes, sino que amarrados con cadenas infernales los precipitó al tenebroso abismo, en donde son atormentados y tenidos como en reserva hasta el día del juicio;
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II Ped 3:9
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No retarda, pues, el Señor su promesa, como algunos juzgan, sino que espera con mucha paciencia por amor de vosotros venir como juez, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos se conviertan a penitencia.
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II Ped 3:9
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No retarda, pues, el Señor su promesa, como algunos juzgan, sino que espera con mucha paciencia por amor de vosotros venir como juez, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos se conviertan a penitencia.
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I Jn 2:2
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Y él mismo es la víctima de propiciación por nuestros pecados; y no tan sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
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I Jn 2:7
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Carísimos, no voy a escribiros un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, el cual recibisteis desde el principio ; el mandamiento antiguo es la palabra divina que oísteis;
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I Jn 2:16
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porque todo lo que hay en el mundo, es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y soberbia u orgullo de la vida, lo cual no nace del Padre, sino del mundo.
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I Jn 2:21
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No os he escrito como a ignorantes de la verdad, sino como a los que la conocen y la saben; porque ninguna mentira procede de la verdad, que es Jesucristo.
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I Jn 2:22
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¿Quién es mentiroso, sino aquel que niega que Jesús es el Cristo o Mesías? Este es un anticristo, que niega al Padre y al Hijo.
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I Jn 2:27
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Mantened en vosotros la unción divina, que de él recibisteis. Con eso no tenéis necesidad que nadie os enseñe; sino que conforme a lo que la unción del Señor os enseña en todas las cosas, así es verdad, y no mentira. Por tanto estad firmes en eso mismo que os ha enseñado.
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I Jn 3:18
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Hijitos míos, no amemos solamente de palabra y con la lengua, sino con obras y de veras o sinceramente.
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I Jn 4:1
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Queridos míos, no queráis creer a todo espíritu, sino examinad los espíritus si son de Dios, o siguen su doctrina; porque se han presentado en el mundo muchos falsos profetas.
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I Jn 4:10
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Y en esto consiste su caridad; que no es porque nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó primero a nosotros, y envió a su Hijo a ser víctima de propiciación por nuestros pecados.
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I Jn 5:5
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¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
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I Jn 5:6
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Jesucristo es el que vino a lavar nuestros pecados con agua y sangre, no vino con el agua solamente, sino con el agua y con la sangre. Y el Espíritu es el que testifica que Cristo es la misma verdad.
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II Jn 1:1
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El presbítero a la señora Electa y a sus hijos, a los cuales yo amo de veras, y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad.
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II Jn 1:5
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Por eso ahora, señora, te ruego, no ya escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el mismo que tuvimos desde el principio , que nos amemos unos a otros.
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II Jn 1:8
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Vosotros estad sobre aviso, para no perder vuestros trabajos, sino que antes bien recibáis cumplida recompensa.
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II Jn 1:9
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Todo aquel que no persevera en la doctrina de Cristo , sino que se aparta de ella, no tiene a Dios; el que persevera en ella, ése tiene, o posee dentro de sí al Padre y al Hijo.
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III Jn 1:10
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Por tanto, si voy allá, yo denunciaré sus procedimientos, haciéndole ver cuán mal hace en ir vertiendo especies malignas contra nosotros; y como si esto no le bastase, no solamente no hospeda él a nuestros hermanos, sino que a los que les dan acogida se lo veda y los echa de la Iglesia.
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III Jn 1:11
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Tú, querido mío, no has de imitar el mal ejemplo, sino el bueno. El que hace bien, es de Dios; el que hace mal, no mira a Dios.
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Judas 1:6
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y a los ángeles, que no conservaron su primera dignidad, sino que desampararon su morada, los reservó para el juicio del gran día, en el abismo tenebroso, con cadenas eternales.
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Judas 1:9
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Cuando el arcángel Miguel disputando con el diablo altercaba sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir contra él sentencia de maldición, sino que le dijo solamente: Te reprima el Señor.
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Apoc 2:17
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El que tiene oído, escuche lo que dice el Espíritu a las iglesias: Al que venciere le daré yo a comer un maná recóndito, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita esculpido un nombre nuevo, que nadie lo sabe, sino aquel que le recibe.
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Apoc 3:9
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Yo voy a traer de la sinagoga de Satanás a los que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; como quiera yo haré que ellos vengan y se postren a tus pies, y entenderán con eso que yo te amo.
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Apoc 9:4
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y se les mandó no hiciesen daño a la hierba de la tierra, ni a cosa verde, ni a ningún árbol; sino solamente a los hombres que no tienen la señal de Dios en sus frentes.
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Apoc 9:5
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Y se les encargó, no que los matasen, sino que los atormentasen por cinco meses; y el tormento que causan, es como el que causa el escorpión, cuando hiere a un hombre.
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Apoc 10:7
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sino que cuando se oyere la voz del séptimo ángel, comenzando a sonar la trompeta, será consumado el misterio de Dios, según lo tiene anunciado por sus siervos los profetas.
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Apoc 13:17
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y que ninguno pueda comprar, o vender, sino aquel que tiene la marca, o nombre de la bestia, o el número de su nombre.
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Apoc 19:12
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Eran sus ojos como llamas de fuego, y tenía en la cabeza muchas diademas y un nombre escrito, que nadie lo entiende, o comprende, sino él mismo.
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Apoc 21:27
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No entrará en esta ciudad cosa sucia, o contaminada, ni quien comete abominación y falsedad, sino solamente los que se hallan escritos en el Libro de la vida del Cordero.
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Apoc 22:3
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Allí no habrá jamás maldición alguna, sino que Dios y el Cordero estarán de asiento en ella, y sus siervos le servirán de continuo.
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