Juec 8:28
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Quedaron, pues, los madianitas humillados delante de los hijos de Israel, y no pudieron después levantar cabeza; sino que todo el país estuvo en paz durante los cuarenta años que gobernó Gedeón.
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Juec 11:16
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sino que cuando salió de Egipto, anduvo por el desierto, costeando el mar Rojo hasta que llegó a Cades;
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Juec 11:20
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Pero despreciando también éste la petición de Israel, no lo dejó pasar por su distrito, sino que juntando infinita gente, salió contra él en Jasa, y se le opuso fuertemente.
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Juec 11:27
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Y así yo no falto contra ti, sino que tú eres el que me haces agravio, declarándome una guerra injusta. El Señor árbitro de lo tratado en este día, sea juez entre Israel y los hijos de Amón.
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Juec 17:6
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En aquellos días no había rey o magistrado supremo en Israel; sino que cada cual practicaba lo que le parecía mejor.
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Juec 19:10
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No quiso el yerno condescender a sus ruegos, sino que al punto se puso en camino, y llegó hasta enfrente de Jebús, que por otro nombre se llama Jerusalén , llevando consigo los dos asnos cargados y a su mujer.
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Juec 19:12
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e respondió el amo: No entraré yo en población de gente extraña, que no es de los hijos de Israel, sino que iré hasta Gabaa,
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Juec 19:19
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Aunque tenemos paja y heno para las bestias, pan y vino para el gasto mío, y de mi mujer, tu sierva, y del criado que viene con nosotros, nada nos falta sino posada.
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Juec 20:14
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sino que de todas las ciudades pertenecientes a su tribu acudieron a Gabaa para socorrerlos, y pelear contra todo el pueblo de Israel.
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Juec 21:22
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Y cuando vengan sus padres y hermanos, y comenzaren a querellarse contra vosotros y acusaros de esta violencia, nosotros les diremos: Tened lástima de ellos: pues no las han tomado como los vencedores toman las cautivas por derecho de guerra, sino como esposos que después de haberlas pretendido con ruegos no se las disteis; y así la culpa de la violencia es vuestra.
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Juec 21:25
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En aquellos días no había rey o magistrado supremo en Israel: sino que cada cual hacía lo que le parecía mejor.
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Rut 1:20
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A las cuales dijo: No me llaméis Noemí: (esto es, graciosa); sino llamadme Mara (que significa amarga), porque el Todopoderoso me ha llenado de grande amargura.
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Rut 2:8
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Dijo entonces Booz a Rut: Oye, hija, no vayas a otra heredad a espigar, ni te apartes de este sitio, sino júntate con mis muchachas,
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Rut 3:10
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A lo que dijo Booz: Bendita seas del Señor, hija mía, que has sobrepujado tu primera bondad y cordura, con la que manifiestas ahora, pues siendo joven como eres, no has ido a buscar jóvenes, ni pobres ni ricos, sino a los que la ley dispone.
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Rut 4:4
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lo cual he querido que tú sepas, y decírtelo en presencia de todos los circunstantes y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres poseerla por el derecho de parentesco, cómprala y poséela. Y si no gustas de eso, decláralo para que yo sepa lo que debo hacer; puesto que no hay otro pariente sino tú, que eres el primero, y yo que soy el segundo. A lo que respondió él: Pues yo compraré la heredad.
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I Rey 1:15
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Le respondió Ana: No es, mi señor, lo que decís; la verdad es que yo soy una mujer afligidísima; y no es que haya bebido vino, ni cosa que pueda embriagar, sino que estaba derramando mi corazón en la presencia del Señor.
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I Rey 2:13
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ni la obligación de los sacerdotes para con el pueblo, sino que cuando alguno, fuese el que fuese, había inmolado una víctima, venía el criado del sacerdote, mientras se cocían las carnes, y trayendo en su mano un garfio u horquilla de tres dientes,
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I Rey 2:15
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Y aun antes que quemasen la grosura de la víctima, venía el criado del sacerdote, y decía al que inmolaba: Dame de la carne paraguisársela yo al sacerdote, según su gusto; pues no he de tomar de ti la carne cocida, sino cruda.
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I Rey 6:3
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Si remitís el arca del Dios de Israel, no habéis de remitirla vacía; sino pagadle con algún presente lo que debéis por el pecado, y entonces sanaréis; y conoceréis por qué la mano de Dios no cesa de castigaros.
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I Rey 6:9
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Y estaréis en observación; y si viereis que toma el camino que va a su país, hacia Betsamés, sabed que el Dios de Israel es quien nos ha causado tan grande mal; pero si no, no ha sido él; y sabremos que no es su mano la que nos ha azotado, sino que ha sido un efecto casual.
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I Rey 8:3
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Mas no siguieron las pisadas de su padre Samuel, sino que se dejaron arrastrar de la avaricia, recibiendo regalos y torciendo la justicia.
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I Rey 8:7
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y el Señor le dijo: Escucha la voz de ese pueblo, y condesciende a todo lo que te pide, porque no te ha desechado a ti, sino a mí, para que no reine sobre ellos.
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I Rey 8:19
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Pero el pueblo no quiso dar oídos a las razones de Samuel, sino que dijeron todos: No, no; habrá un rey sobre nosotros,
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I Rey 12:12
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Pero viendo que Naas, rey de los amonitas, marchaba contra vosotros, me dijisteis: No será como hasta aquí, sino que nos mandará un rey, siendo así que era entonces el mismo Señor Dios vuestro el que reinaba en medio de vosotros.
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I Rey 12:20
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Dijo entonces Samuel al pueblo: No temáis; vosotros es verdad habéis cometido todos esos pecados; sin embargo no os apartéis del camino del Señor, sino servidle de todo vuestro corazón,
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I Rey 15:3
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Ve, pues, ahora y destroza a Amalec, y arrasa cuanto tiene; no le perdones, ni codicies nada de sus bienes, sino mátalo todo, hombres y mujeres, muchachos y niños de pecho, bueyes y ovejas, camellos y asnos.
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I Rey 18:8
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Semejante expresión irritó a Saúl en gran manera, y le dejó sumamente disgustado; y dijo: A David le han dado diez mil, y a mí me han dado mil, ¿qué le falta ya sino ser rey?
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I Rey 18:17
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Por lo que dijo Saúl a David: He aquí a Merob, mi hija mayor, voy a dártela por esposa. Tú sobre todo sé valiente, y pelea al servicio del Señor. Al mismo tiempo decía Saúl para consigo: No sea yo el que lo mate; sino sean los filisteos los que lo hagan.
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I Rey 20:13
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no hagáis, oh Señor, bien a Jonatás, sino mucho mal. Pero si continuare la mala voluntad de mi padre contra ti, te lo avisaré también, y te daré licencia a fin de que te vayas en paz, y el Señor sea contigo, como estuvo con mi padre.
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I Rey 21:5
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A lo que respondió el sacerdote, diciéndole: No tengo a mano panes de legos o comunes, sino solamente el pan santo. Con todo, te lo daré, si es que tus criados están limpios, sobre todo en cuanto a mujeres.
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I Rey 21:10
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Le dijo el sumo sacerdote: Aquí tienes la espada del filisteo Goliat a quien tú mataste en el valle del Terebinto; envuelta está en su paño detrás del efod; si quieres llevarla, tómala, pues aquí no hay sino ésta. Le dijo David: No hay otra comparable a ella; dámela.
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I Rey 24:17
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Y dijo a David: Más justo eres tú que yo; porque tú no me has hecho sino bienes, y yo te he pagado con males.
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I Rey 26:12
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Se llevó, pues, David la lanza y el jarro del agua que tenía Saúl junto a su cabeza y se fueron, sin que hubiese persona que los viese, ni sintiese, o que despertase; sino que todos dormían poseídos de un sueño profundo que el Señor les había enviado.
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I Rey 29:4
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Mas los príncipes de los filisteos se irritaron contra él, y le dijeron: Retírese ese hombre, y quédese allá en el lugar que le señalaste, y no venga con nosotros a la guerra, no sea que comenzando el combate se revuelva contra nosotros; porque, ¿de qué otro modo podrá aplacar a su Señor, sino a costa de nuestras cabezas?
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I Rey 30:2
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llevándose cautivas las mujeres, sin dejar persona chica ni grande. No mataron a nadie, sino que se los llevaron a todos consigo, y se marcharon.
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II Rey 1:16
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diciendo David al mismo tiempo: A nadie sino a ti mismo se impute tu muerte, porque tu propia boca ha dado testimonio contra ti, con haber dicho: Yo maté al ungido del Señor.
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II Rey 2:26
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desde donde Abner gritó a Joab, diciendo; ¿No se saciará de sangre tu espada, sino hasta el total exterminio? ¿No sabes que es cosa peligrosa reducir a la desesperación al enemigo? ¿No será ya tiempo de decir al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos?
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II Rey 3:12
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Pero Abner envió mensajeros que de su parte dijesen a David: ¿A quién pertenece todo este país sino a ti?, y además le añadiesen: Haz conmigo las amistades, que yo te ofrezco todas mis fuerzas, y reducir a tu obediencia todo Israel.
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II Rey 3:25
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¿No conoces quién es Abner, hijo de Ner, y que no ha venido a ti sino para engañarte, y espiar el estado de tus cosas, y enterarse de todo cuanto estás haciendo?
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II Rey 3:34
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Jamás tus manos se vieron atadas, ni cargados de grillos tus pies, sino que tú caíste, como suelen los buenos a manos de los malvados. Y todo el pueblo, repitiendo lo mismo, siguió llorando por él.
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II Rey 5:23
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Consultó David al Señor, diciendo: ¿Acometeré a los filisteos, y los entregarás tú en mis manos? Le respondió el Señor: No los acometas de frente, sino da la vuelta por sus espaldas, y embístelos por enfrente de los perales.
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II Rey 6:10
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Y así no quiso que se llevase el arca del Señor a su casa en la Ciudad de David, sino que la trasladó a casa del levita Obededom, geteo.
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II Rey 7:6
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Pues yo no he habitado en ninguna casa, desde el día que saqué a los hijos de Israel de la tierra de Egipto hasta el presente, sino que he habitado en pabellones y tiendas.
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II Rey 12:4
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Mas habiendo llegado un huésped a casa del rico, no quiso éste tocar a sus ovejas, ni a sus bueyes para dar el convite al forastero que le había llegado; sino que quitó la ovejita al pobre, y la aderezó para dar de comer al huésped que tenía en casa.
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II Rey 13:14
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Mas Amnón no quiso aquietarse con estos ruegos, sino que prevaleciendo en fuerzas, la violentó y durmió con ella.
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II Rey 17:3
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Con lo cual conduciré otra vez a toda aquella gente, como se hace volver a un hombre solo; por cuanto tú no buscas sino una sola persona; y muerta ésta, todo el pueblo quedará en paz.
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II Rey 18:20
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Le respondió Joab: No serás tú el mensajero en esta ocasión, sino en otra; hoy no quiero que vayas tú a llevar las noticias; pues ha muerto el hijo del rey.
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II Rey 19:28
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Porque la casa de mi padre no ha recibido del rey mi señor, sino la muerte; y con todo me colocaste a mí, siervo tuyo, entre los que comen en tu mesa; ¿de qué, pues, puedo yo quejarme justamente?, o ¿cómo podré todavía reclamar nada del rey?
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II Rey 20:3
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y así que hubo llegado el rey a su casa de Jerusalén tomó las diez mujeres secundarias que había dejado para guardar el palacio, y las puso en clausura, dándoles alimentos, pero no se llegó más a ellas, sino que estuvieron encerra-das hasta el día que murieron, viviendo como viudas.
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II Rey 20:21
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No es esa mi intención, sino que busco a un hombre del monte de Efraín, llamado Seba, hijo de Bocri, que se ha rebelado contra el rey David; entregadnos ese hombre solo, y nos retiraremos al instante de la ciudad. Dijo entonces la mujer a Joab: Pues ahora mismo te echarán su cabeza por el muro.
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