LAS vanas esperanzas y las mentiras son el entretenimiento del necio; y los sueños dan alas a los imprudentes. 2 Como el que se abraza con una sombra, y persigue al viento, así es el que atiende a sueños engañosos. 3 Las visiones de los sueños son la semejanza de una cosa; como es la imagen del hombre puesta delante del mismo hombre. 4 Una persona sucia, ¿a qué otra limpiará? Y de una mentirosa, ¿qué verdad se sacará? 5 Las adivinaciones erróneas, los agüeros falsos y los sueños de los malvados son una vanidad. 6 Y tu espíritu padecerá, como el de la mujer que está de parto, muchos fantasmas o imaginaciones. No hagas caso de semejantes visiones, a no ser que te fuesen enviadas del Altísimo. 7 Porque a muchos les indujeron a error los sueños, y se perdieron por haber puesto en ellos su confianza. 8 La palabra de la ley será perfecta en sí misma sin estas mentiras; y la sabiduría será fácil y clara en boca del hombre fiel.

9 Quien no ha sido tentado, ¿qué es lo que puede saber? El varón experimentado en muchas cosas, será muy reflexivo; y el que ha aprendido mucho, discurrirá con prudencia. 10 El que no tiene experiencia, sabe poco; mas el que se ha ocupado en muchos negocios, adquiere mucha sagacidad. 11 Quien no ha sido tentado, ¿qué cosas puede saber? El que ha sido engañado, se hace siempre más cauteloso. 12 Muchas cosas he visto en mis peregrinaciones; y muchísima diversidad de usos y costumbres. 13 Por esta razón me he visto algunas veces en peligros aun de muerte, y me he librado por la gracia de Dios.

14 Es custodiado el espíritu de aquellos que temen a Dios; y será bendito con sus benéficas miradas; 15 porque tienen ellos puesta su esperanza en su salvador , y los ojos de Dios están fijos sobre los que le aman. 16 De nada temblará ni tendrá miedo quien teme al Señor; pues éste es su esperanza. 17 Bienaventurada es el alma del que teme al Señor. 18 ¿En quién pone ella sus ojos, y quién es su fortaleza? 19 Fijos están los ojos del Señor sobre los que le temen; el Señor es el poderoso protector, el apoyo fuerte, un toldo contra los ardores del sol y fresca sombra contra el sol del medio día.

20 Guardia para no tropezar, socorro en las caídas, el que eleva el alma y alumbra los ojos; el que da sanidad, y vida, y bendiciones.

21 Inmunda es la ofrenda de aquel que ofrece sacrificio de lo mal adquirido; porque no son gratas a Dios estas ofrendas de los hombres injustos.

22 El Señor solo es todas las cosas para aquellos que en el camino de la verdad y de la justicia le aguardan con paciencia. 23 El Altísimo no acepta los dones de los impíos, ni atiende las oblaciones de los malvados, ni por muchos sacrificios que ellos ofrezcan les perdonará sus pecados.

24 El que ofrece sacrificios de la hacienda de los pobres, es como el que degüella un hijo delante del padre. 25 Es la vida de los pobres el pan que necesitan; y es un hombre sanguinario cualquiera que se lo quita. 26 Quien quita a alguno el pan ganado con su sudor, es como el que asesina a su prójimo. 27 Hermanos son, o corren parejas, el que derrama la sangre y el que defrauda el jornal al jornalero.

28 Si lo que uno edifica, el otro lo destruye, ¿qué provecho sacan ambos sino fatigarse? 29 Si uno hace oración y el otro echa maldiciones, ¿de quién escuchará Dios las plegarias? 30 Quien se lava o purifica por haber tocado un muerto, y de nuevo lo toca, ¿de qué le sirve haberse lavado?" 31 Así el hombre que ayuna por sus pecados, y de nuevo los comete, ¿qué provecho saca de su mortificación? ¿Su oración quién la oirá?"

Pater
Filius
Spiritus Sanctus
Angelorum
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