IJO, ¿has pecado? Pues no vuelvas a pecar más; antes bien haz oración a Dios por las culpas pasadas, a fin de que te sean perdonadas.
Como de la vista de una serpiente, así huye del pecado; porque si te arrimas a él, te morderá.
Sus dientes son dientes de león, que matan las almas de los hombres.
Todo pecado es como una espada de dos filos; sus heridas son incurables en lo humano.
La arrogancia y las injurias reducen a humo la hacienda; y la más opulenta casa será arruinada por la soberbia; así también serán aniquilados los bienes del soberbio.
La súplica del pobre llegará desde su boca hasta los oídos de Dios, y al punto se le hará justicia.
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Aborrecer la corrección es indicio manifiesto de hombre pecador; pero el que teme a Dios entrará en sí y reconocerá sus defectos.
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De lejos se da a conocer el poderoso por su osada lengua; mas el varón sensato sabe escabullirse del tal.
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Quien edifica su casa a expensas de otro, es como el que reúne sus piedras para edificar en el invierno.
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El camino de los pecadores está bien enlosado y liso; pero va a parar en el infierno, en las tinieblas y en los tormentos.
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El que observa la justicia o ley del Señor, comprenderá el espíritu de ella.
El perfecto temor de Dios es la verdadera sabiduría y prudencia.
Quien no es sabio en el bien nunca será bien instruido.
Mas hay una sabiduría fecunda en lo malo; bien que no hay prudencia donde se halla la amargura del pecado.
La ciencia del sabio rebosa por todas partes como un manantial de agua, y sus consejos son cual fuente perenne de vida.
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Como un vaso roto, así es el corazón del fatuo, no puede retener ni una gota de sabiduría.
Cualquier palabra bien dicha que oyere el sabio, la celebrará, y se la aplicará a sí; la oirá el hombre dado a los deleites, y le desagradará, y la echará detrás de sí.
Los razonamientos del necio son molestos, como un fardo para el que anda de viaje; mientras los labios del prudente están llenos de gracia.
La boca del varón prudente es buscada en las asambleas, y cada uno medita en su corazón las palabras que le oye.
Como una casa demolida es la sabiduría para el necio, y la ciencia del insensato se reduce a dichos ininteligibles.
Como grillos en los pies, y como cadena o esposa en su mano derecha, así es para el necio la ciencia.
El tonto cuando ríe, ríe a carcajada suelta; mas el varón sabio apenas se sonreirá.
La ciencia es para el hombre prudente una joya de oro, y como un brazalete en el brazo derecho.
El tonto con facilidad mete el pie en casa ajena; mas el hombre avisado mira con timidez la persona del poderoso.
El necio registra por las ventanas lo que pasa dentro de la casa; mas el hombre bien educado se queda a la puerta hasta que abran."
Es propio del tonto y mal educado estar escuchando en la puerta lo que dicen; y el hombre prudente tendrá esto por afrenta insoportable."
Los labios de los indiscretos cuentan mil tonterías; mas las palabras de los sabios serán como pesadas en una balanza."
El corazón de los fatuos está en su boca, y la boca de los sabios en su corazón."
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Cuando el impío maldice al diablo, a sí mismo se maldice."
El chismoso contamina su propia alma y de todos será odiado, y será mal visto quien converse con él; mas el hombre que sabe callar y tiene prudencia, será honrado de todos."
Pater
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