ALABRAS del rey Lamuel. Profecía o doctrina inspirada con que le instruyó su madre.
¡Qué te diré yo, oh amado mío!; ¡qué te encomendaré, oh hijo de mis entrañas!; ¡qué, oh dulce objeto de todos mis deseos!
No entregues tu sustancia o bienes a las mujeres, ni emplees tus riquezas en lo que es la ruina de los reyes.
No quieras, ¡oh Lamuel!, no quieras dar vino a los reyes; porque no hay secreto seguro donde reina la embriaguez;
y para que no suceda que bien bebidos se olviden de administrar la justicia, y hagan traición a los hijos de la causa del pobre.
Dad la cerveza o los licores a los afligidos, y el vino a los que tienen el corazón lleno de amargura.
Beban éstos para echar en olvido su miseria y no acordarse más de su dolor.
Abre tu boca a favor del que es mudo, o no puede defenderse, y en defensa de todos los pasajeros.
Abre tu boca, decide lo que es justo, y haz justicia al desvalido y al pobre.
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¿Quién hallará una mujer fuerte? De mayor estima es que todas las preciosidades traídas de lejos y de los últimos términos del mundo.
En ella pone su confianza el corazón de su marido; el cual no tendrá necesidad de botín o despojos para vivir.
Ella le acarrea el bien todos los días de su vida, y nunca el mal.
Busca lana y lino, de que hace labores con la industria de sus manos.
Viene a ser como la nave de un comerciante que con la industria trae de lejos el sustento.
Se levanta antes que amanezca y distribuye las raciones a sus domésticos, y el alimento a sus criadas.
Puso la mira en unas tierras, y las compró; de lo que ganó con sus manos plantó una viña.
Se revistió de varonil fortaleza, y esforzó su brazo.
Probó, y echó de ver que su trabajo le fructifica; por tanto tendrá encendida la luz toda la noche.
Aplica sus manos a los quehaceres domésticos, aunque fatigosos, y sus dedos manejan el huso.
Abre su mano para socorrer al mendigo y extiende sus brazos para amparar al necesitado.
No temerá para los de su casa los fríos y las nieves; porque todos sus domésticos traen vestidos forrados.
Se labró ella misma para sí un vestido acolchado; de lino finísimo y de púrpura es de lo que se viste.
Su esposo hará un papel brillante en las puertas o asambleas públicas, sentado entre los senadores del país.
Ella teje finísimas telas, y las vende y entrega también ricos ceñidores, o fajas, a los negociantes cananeos.
La fortaleza y el decoro son sus atavíos; y estará alegre y risueña en los últimos días.
Abre su boca con sabios discursos, y la ley de la bondad o amor gobierna su lengua.
Vela sobre los procederes de su familia; y no come ociosa el pan.
Se levantaron sus hijos, y la aclamaron dichosísima; su marido también, y la alabó diciendo:
Muchas son las hijas o esposas que han allegado riquezas; mas a todas has tú aventajado.
Engañoso es el donaire, y vana a la hermosura; la mujer que teme al Señor; esa será la celebrada.
Dadle alabanza, para que goce del fruto de sus manos, y que se celebren sus obras en la pública asamblea de los jueces.
Pater
Filius
Spiritus Sanctus
Angelorum
Satan
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