ALABRAS o sentencias de aquel que congrega, hijo del afluente en sabiduría. Revelación que expuso un varón con quien está Dios, y el cual habiendo sido confortado por Dios que mora en él, habló de esta manera:
Yo soy el más ignorante de los hombres, ni tengo sabiduría humana.
No he aprendido la sabiduría, ni he entendido por mí mismo la ciencia de los santos.
¿Quién ha subido al cielo y ha bajado de allá, para poder hablar sabiamente? ¿Quién sujetó el viento con sus manos? ¿Quién envolvió en densas nubes las aguas como en un envoltorio? ¿Quién ha dado esta habilidad a todas las partes de la tierra? ¿Cuál es el nombre de quien lo hizo?, ¿y qué nombre tiene su hijo? Dilo tú, si es que lo sabes.
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Toda palabra de Dios está como acrisolada al fuego; es un escudo para los que en él confían.
No añadas una tilde a sus palabras; de lo contrario serás contradecido y convencido de falsario.
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Dos cosas te he pedido, ¡oh Señor!, no me las niegues en lo que me resta de vida:
Aleja de mí la vanidad y las palabras mentirosas. No me des ni mendiguez ni riquezas; dame solamente lo necesario para vivir,
no sea que viéndome sobrado, me vea tentado a renegar de ti; y diga lleno de arrogancia: ¿Quién es el Señor? O bien que, acosado de la necesidad, me ponga a robar, y a perjurar el Nombre de mi Dios.
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No acuses ligeramente al siervo ante su amo; no sea que se maldiga, y tú te pierdas.
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Hay una casta de gente que maldice a su padre, y también a su madre, en vez de bendecirla.
Otra casta de gente que se tiene por pura, y por lo mismo no se ha lavado de sus manchas.
Otra casta hay de gente que tiene siempre altivos sus ojos, y erguidos y levantados sus párpados.
Otra casta de hombres que tienen unos dientes como cuchillos, y despedazan con sus quijadas, y se tragan los desvalidos de la tierra, y los pobres de entre los hombres.
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La sanguijuela de la concupiscencia tiene dos hijas, las cuales están diciendo siempre: Dame, dame. Tres cosas hay insaciables, o más bien cuatro, que jamás dicen ya basta:
El infierno, la matriz de la estéril, y la tierra que nunca se sacia de agua; además el fuego, el cual nunca dice: basta.
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A quien hace mofa de su propio padre, y desprecia los dolores que al tenerlo padeció su madre, que le saquen los ojos los cuervos que viven a lo largo de los torrentes, y que se los coman los aguiluchos.
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Tres cosas son difíciles de entender, o más bien cuatro; las cuales ignoro totalmente:
El rastro del águila en la atmósfera, el rastro de la culebra sobre la peña, el rastro de la nave en alta mar, y el proceder del hombre en la mocedad.
Tal es también el camino de la mujer adúltera; la cual después de haber comido, limpiándose la boca, dice con descaro: Yo no he cometido mal ninguno.
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Por tres cosas se perturba la tierra, o más bien por cuatro; las cuales ella no puede sufrir:
por un esclavo que llega a reinar; por un tonto harto de comida;
por una mujer que se casa con el que la aborrece, y por la esclava que es heredera de su ama.
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Cuatro cosas hay de las más pequeñas o ruines sobre la tierra; las cuales superan en saber a los sabios:
las hormigas, ese pueblo debilísimo, el cual al tiempo de las mieses se provee de víveres;
los conejos, tímidos animales que colocan su madriguera entre las peñas;
las langostas, que sin tener rey, se mueven todas ordenadas en escuadrones;
el estelión, que trepa con sus pies, y se aposenta en los mismos palacios de los reyes.
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Tres cosas hay que andan con mucho garbo, o más bien cuatro; las cuales marchan con gran gallardía:
El león, que como el más fuerte de todos los animales, no teme el encuentro de nadie;
el gallo, que anda erguido; el carnero padre, que va al frente del rebaño; y el rey, con quien nadie puede medir sus fuerzas.
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Hay quien pasaba por sabio, que descubrió ser un insensato, luego de elevado a un alto puesto; si hubiese tenido entendimiento no hubiera desplegado sus labios para pedir tal destino.
Quien exprime o bate fuertemente la ubre para sacar leche, hace salir de ella un jugo espeso; y quien se suena con vehemencia saca sangre; así aquel que provoca la cólera enciende discordias.
Pater
Filius
Spiritus Sanctus
Angelorum
Satan
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