Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

ojos

Deut 32:10 La halló después en una tierra desierta, en un lugar de horror, en una vasta soledad: le condujo por diferentes rodeos durante cuarenta años, y le adoctrinó, y le guardó como la niña de sus ojos.
Deut 34:4 Y el Señor le dijo: He aquí la tierra de la cual juré a Abrahán, a Isaac y a Jacob diciendo: A tu descendencia se la daré. Tú la has visto con tus ojos; mas no entrarás en ella.
Jos 5:13 Mientras Josué se hallaba en los alrededores de la ciudad de Jericó , alzó los ojos, y viendo delante de sí un varón que estaba en pie con la espada desenvainada, se encaminó a él y le dijo: ¿Eres tú de los nuestros, o de los enemigos?
Jos 23:13 tened entendido desde ahora para entonces que el Señor Dios vuestro no las exterminará de vuestra presencia; sino que serán para vosotros como una trampa, como un lazo, y una piedra de tropiezo junto a vosotros, y como una espina en vuestros ojos, hasta que os disipe y arranque de esta excelente tierra que os ha dado.
Jos 24:7 Entonces clamaron los hijos de Israel al Señor; el cual puso tinieblas muy densas entre vosotros y los egipcios, e hizo volver sobre éstos el mar, y los anegó en él. Vuestros ojos vieron todas las cosas que hice en Egipto, dice el Señor; y habitasteis mucho tiempo en el desierto.
Jos 24:17 El Señor Dios nuestro es quien nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud, y obró a nuestros ojos milagros grandiosos, y nos guardó en todo el camino por donde anduvimos, y en todos los pueblos por donde pasamos;
Juec 6:21 extendió el ángel del Señor la punta del báculo que tenía en la mano, y tocó la carne y los panes ázimos; y salió fuego de la piedra, y consumió la carne y los panes ázimos, y el ángel del Señor desapareció de sus ojos.
Juec 13:1 Mas los hijos de Israel cometieron nuevamente la maldad ante los ojos del Señor; el cual los entregó en manos de los filisteos por cuarenta años.
Juec 16:21 Así pues, habiéndolo prendido los filisteos le sacaron luego los ojos, y amarrado con cadenas lo condujeron a Gaza, donde encerrado en una cárcel, le hicieron que moliese, moviendo las ruedas de un molino.
Juec 16:28 Pero él invocando al Señor dijo: ¡Oh Señor Dios! acuérdate de mí: y restitúyeme ahora, ¡oh Dios mío!, mi anterior fuerza para vengarme de mis enemigos, y hacerles pagar de una sola vez el haberme privado de mis dos ojos.
Juec 18:6 Les respondió: Id en paz; que Dios mira con buenos ojos vuestro designio, y el camino que lleváis.
Juec 19:17 Y levantando el anciano sus ojos vio a aquel hombre sentado en la plaza de la ciudad con su pequeño bagaje, y le preguntó: ¿De dónde vienes, y a dónde te diriges?
Rut 1:6 Resolvió, pues, volverse del país de Moab su patria, con sus dos nueras; por haber oído que el Señor había vuelto los ojos hacia su pueblo, y dándole alimentos.
Rut 2:10 Ella entonces, inclinando su rostro hasta tierra, le hizo una profunda reverencia, y dijo: ¿De dónde a mí tanta dicha, que haya encontrado gracia en tus ojos, y te dignes tratarme con tanta bondad, siendo yo una mujer extranjera?
Rut 2:13 Le respondió Rut: He hallado gracia en tus ojos, ¡oh señor mío!, pues que así has consolado y hablado al corazón de esta esclava tuya, que ni merece contarse como una de tus criadas.
I Rey 1:11 e hizo voto diciendo: Señor Dios de los ejércitos, si te dignares volver los ojos para mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no olvidándote de tu esclava, dieres a tu sierva un hijo varón, lo consagraré al Señor por todos los días de su vida, y no pasará jamás navaja por su cabeza.
I Rey 1:18 Le respondió Ana: ¡Ojalá tu sierva halle gracia en tus ojos! Se fue la mujer a su posada, y tomó alimento, y desde entonces ya no se vio melancólico su semblante.
I Rey 2:17 Era, pues, el pecado de estos hijos de Helí enorme a los ojos del Señor; por cuanto retraían a la gente de sacrificar al Señor.
I Rey 3:2 Sucedió, pues, un día, que estando Helí, cuyos ojos habían perdido ya la facultad de ver, acostado en su aposento,
I Rey 3:18 Le manifestó, pues, Samuel, una por una todas las palabras, sin ocultarle nada; y Helí respondió: El es el Señor, haga lo que sea agradable a sus ojos.
I Rey 4:15 Helí tenía a la sazón noventa y ocho años, y sus ojos habían cegado, de suerte que no podía ver.
I Rey 6:13 Estaban los betsamitas segando el trigo en un valle, y alzando los ojos vieron el arca , cuya vista los llenó de gozo.
I Rey 9:16 Mañana a esta misma hora te enseñaré un hombre de la tierra de Benjamín, y lo ungirás por caudillo de mi pueblo de Israel, y él salvará a mi pueblo de las manos de los filisteos; porque yo he vuelto mis ojos hacia el pueblo mío, por cuanto sus clamores han llegado hasta mí.
I Rey 12:16 Pero aguardad ahora un poco, y veréis este prodigio que el Señor va a hacer delante de vuestros ojos.
I Rey 14:27 Pero Jonatás, que no había oído la protesta que su padre había hecho al pueblo con juramento, alargó la punta del bastón que tenía en la mano, y la mojó en un panal de miel, y la aplicó a su boca; con lo que recobró el vigor de sus ojos.
I Rey 14:29 A lo que respondió Jonatás: Mi padre lo ha echado a perder todo con ese juramento. Vosotros mismos habéis visto cómo mis ojos han recobrado un nuevo vigor por haber gustado un poquito de esa miel.
I Rey 15:17 Dijo, pues, Samuel: ¿No es verdad que siendo tú tan pequeño a tus ojos, fuiste hecho cabeza de las tribus de Israel, y que ungió el Señor para rey sobre Israel?
I Rey 15:19 Pues ¿por qué no has obedecido la voz del Señor, y te has enamorado del botín, pecando a los ojos del Señor?
I Rey 16:22 Y envió Saúl a decir a Isaí: Quédese David cerca de mí; porque ha hallado gracia en mis ojos.
I Rey 18:9 Por este motivo, desde entonces en adelante ya no miraba con buenos ojos a David.
I Rey 20:3 E hizo sobre ello nuevo juramento a David, asegurándole su amistad. Mas David replicó: Tu padre sabe muy bien que yo he hallado gracia en tus ojos, y habrá dicho: No conviene que sepa esto Jonatás, a fin de que no reciba pesar. Porque yo te juro por el Señor y por tu vida que está tan resuelto tu padre a matarme, que sólo hay un punto, por decirlo así, desde mí a la muerte.
I Rey 20:29 Diciéndome: Dame licencia; por cuanto se celebra un sacrificio solemne en nuestra ciudad, y me ha convidado, con muchas instancias, uno de mis hermanos; si he hallado, pues, gracia en tus ojos, permíteme dar una vuelta por allí, y ver a mis hermanos. Por ese motivo no ha venido a la mesa del rey.
I Rey 24:10 Hoy ves con tus mismos ojos que el Señor te ha puesto en mis manos en la cueva; me asaltó o me propusieron el pensamiento de matarte; pero me he abstenido de hacerlo, porque dije entre mí: No levantaré yo mi mano contra mi señor; por cuanto es el ungido del Señor.
I Rey 25:8 Infórmate de tus criados, y te lo dirán. Por tanto hallen ahora gracia en tus ojos estos siervos tuyos, ya que venimos en tan alegre día; y danos a tus siervos y a David, tu hijo, lo que cómodamente pudieres.
I Rey 26:24 Pues así como tu vida ha sido hoy tan estimada en mis ojos, así lo sea también la mía en los ojos del Señor, y me libre él de cualquier tribulación.
I Rey 26:24 Pues así como tu vida ha sido hoy tan estimada en mis ojos, así lo sea también la mía en los ojos del Señor, y me libre él de cualquier tribulación.
I Rey 27:5 David dijo a Aquis: Si he hallado gracia ante tus ojos, déseme habitación en una de las ciudades de este país para morar allí, pues ¿a qué fin residirá tu siervo en la corte del rey?
I Rey 29:6 Llamó, pues, Aquis a David, y le dijo: Vive el Señor que tú eres justo y bueno en mis ojos; y que es tal la conducta que has observado en el ejército, que no he hallado en ti falta ninguna, desde el día en que te pasaste a mí hasta el presente; pero no eres del gusto de los sátrapas.
II Rey 6:22 bailaré yo, y me abatiré todavía más de lo que he hecho, y seré despreciable a los ojos míos; y a los de las criadas, de que has hablado, y pareceré más glorioso.
II Rey 7:19 Y pareciéndote aún, ¡oh Señor Dios!, que esto era poco a tus ojos, has querido asegurar a tu siervo la permanencia de su casa para los siglos venideros; que tal es la ley o el deseo de los hijos de Adán, ¡oh Señor Dios!
II Rey 9:8 Mifiboset, haciéndole profunda reverencia, dijo: ¿Quién soy yo, siervo tuyo, para que te hayas dignado poner los ojos en un perro muerto cual soy yo?
II Rey 11:27 Acabados los siete días del luto, David la hizo venir a palacio, y la tomó por esposa; y ella le dio después un hijo. Mas esto que hizo David fue sumamente desagradable a los ojos del Señor.
II Rey 12:9 ¿Cómo, pues, has vilipendiado mi palabra, haciendo el mal delante de mis ojos? A Urías, heteo, le hiciste perder la vida, y has tomado su mujer para mujer tuya, matándole a él con la espada de los hijos de Amón.
II Rey 12:11 He aquí, pues, lo que dice el Señor: Yo haré salir de tu propia casa los desastres contra ti, y te quitaré tus mujeres delante de tus ojos, se las daré a otro, el cual dormirá con ellas a la luz de este sol.
II Rey 14:22 Aquí Joab, postrándose en tierra sobre su rostro, hizo una profunda reverencia al rey, le dio las gracias, y añadió: Oh rey y señor mío, hoy ha reconocido tu siervo que ha hallado gracia en tus ojos; pues que has otorgado la súplica que te he hecho.
II Rey 15:25 Dijo entonces el rey a Sadoc: Vuelve a llevar a la ciudad el arca de Dios, que si yo hallare gracia en los ojos del Señor, él me volverá aquí, y me dejará ver otra vez su arca y su Tabernáculo.
II Rey 15:26 Que si me dijere: No eres acepto a mis ojos, a su disposición estoy, haga de mí lo que fuere de su mayor agrado.
II Rey 16:4 Dijo el rey de Siba: Sean tuyas todas las cosas que poseía Mifiboset. A lo que contestó Siba: Lo que yo pido, ¡oh mi rey y señor!, es el hallar gracia en tus ojos.
II Rey 22:20 Me sacó fuera a un sitio espacioso, y me puso en plena libertad, porque fui grato a sus ojos.
II Rey 22:23 como que siempre tengo delante de mis ojos todas sus leyes, y no soy rebelde a sus preceptos.