Sab 15:4
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Y así no nos ha inducido a error la humana invención de un arte mal empleado, ni el vano artificio de las sombras de una pintura, ni la efigie tallada y de varios colores,
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Sab 15:4
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Y así no nos ha inducido a error la humana invención de un arte mal empleado, ni el vano artificio de las sombras de una pintura, ni la efigie tallada y de varios colores,
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Sab 15:9
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Pero él no se cura del trabajo que le ha de costar, ni de la brevedad de su vida; sino que va a competencia con los artífices de oro y de plata, e imita también a los broncistas, y pone su gloria en formar cosas inútiles;
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Sab 15:15
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Porque creen dioses todos los ídolos de las naciones; los cuales ni pueden usar de los ojos para ver, ni de las narices para respirar, ni de las orejas para oír, ni de los dedos de las manos para palpar, ni aún sus pies son capaces de caminar.
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Sab 15:15
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Porque creen dioses todos los ídolos de las naciones; los cuales ni pueden usar de los ojos para ver, ni de las narices para respirar, ni de las orejas para oír, ni de los dedos de las manos para palpar, ni aún sus pies son capaces de caminar.
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Sab 15:15
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Porque creen dioses todos los ídolos de las naciones; los cuales ni pueden usar de los ojos para ver, ni de las narices para respirar, ni de las orejas para oír, ni de los dedos de las manos para palpar, ni aún sus pies son capaces de caminar.
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Sab 15:15
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Porque creen dioses todos los ídolos de las naciones; los cuales ni pueden usar de los ojos para ver, ni de las narices para respirar, ni de las orejas para oír, ni de los dedos de las manos para palpar, ni aún sus pies son capaces de caminar.
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Sab 15:15
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Porque creen dioses todos los ídolos de las naciones; los cuales ni pueden usar de los ojos para ver, ni de las narices para respirar, ni de las orejas para oír, ni de los dedos de las manos para palpar, ni aún sus pies son capaces de caminar.
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Sab 16:10
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Mas contra tus hijos ni aun los dientes de dragones venenosos pudieron prevalecer, porque acudió a curarlos tu misericordia.
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Sab 16:12
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Porque no fue hierba, ni ningún emplasto suave lo que los sanó, sino que fue tu palabra, ¡oh Señor!, la cual sana todas las cosas.
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Sab 16:14
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Un hombre bien puede matar a otro por malicia; pero salido que haya el espíritu no puede hacerlo volver, ni hará tornar el alma de allí donde ha sido recibida.
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Sab 17:4
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Porque ni las cavernas en que se habían metido los libraban del miedo; sino que un horrible estruendo, que se sentía los aterraba y se les aparecían horrorosos fantasmas, que los llenaban de espanto.
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Sab 17:5
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No había ya fuego, por grande que fuese, que pudiese alumbrarlos; ni el claro resplandor de las estrellas podía esclarecer aquella horrenda noche.
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Sab 18:22
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Calmó luego el desorden y no con las fuerzas del cuerpo, ni con el poder de las armas, sino con la sola palabra desarmó al ángel exterminador que lo afligía, haciendo presente a Dios los juramentos y alianza hecha con los patriarcas;
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Sab 19:20
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Al contrario, las llamas no dañaban los cuerpos de los animales, de suyo combustibles, que andaban dentro de ellas, ni derretían el maná, aquel delicioso manjar, que se deshacía tan fácilmente como la escarcha. Así que, ¡oh Señor!, en todo y por todo engrandeciste a tu pueblo, y lo honraste, y no te desdeñaste de asistirle en todo tiempo y en todo lugar.
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Ecli 1:36
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No seas rebelde al temor del Señor; ni acudas a él con corazón doble.
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Ecli 1:37
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No seas hipócrita delante de los hombres, ni ocasiones con tus labios tu propia ruina.
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Ecli 3:22
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No te metas a inquirir lo que es sobre tu capacidad, ni en escudriñar aquellas cosas que exceden tus fuerzas; piensa siempre en lo que te tiene mandado Dios, y no seas curioso escudriñador de sus muchas obras.
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Ecli 3:24
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No quieras escudriñar con ansia las cosas superfluas, ni indagar curiosamente las muchas obras de Dios.
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Ecli 4:2
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No desprecies al que padece hambre, ni exasperes al pobre en su necesidad.
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Ecli 4:3
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No aflijas al corazón del desvalido, ni dilates el socorro al que se halla angustiado.
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Ecli 4:4
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No deseches el ruego del atribulado ni tuerzas tu rostro al menesteroso.
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Ecli 4:5
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No apartes desdeñosamente tus ojos del mendigo, irritándolo; ni des ocasión a los que te piden de que maldigan por detrás.
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Ecli 4:26
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No tengas, pues, miramiento a nadie, si ha de ser un daño tuyo; ni mientas a costa de tu alma.
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Ecli 5:3
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ni andes diciendo: ¡Gran poder es el mío! ¿Quién podrá hacerme dar razón de mis acciones?, pues Dios segurísimamente tomará de ti terrible venganza.
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Ecli 5:5
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Del pecado perdonado no quieras estar sin temor ni añadas pecados a pecados.
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Ecli 5:8
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No tardes en convertirte al Señor, ni lo difieras de un día para otro;
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Ecli 5:11
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No te vuelvas a todos vientos, ni quieras ir por cualquier camino; porque de eso se convence reo todo pecador que usa doble lenguaje.
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Ecli 6:15
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Nada hay comparable con el amigo fiel; ni hay peso de oro ni de plata que sea digno de ponerse en la balanza con la sinceridad de su fe.
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Ecli 6:15
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Nada hay comparable con el amigo fiel; ni hay peso de oro ni de plata que sea digno de ponerse en la balanza con la sinceridad de su fe.
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Ecli 7:4
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No pidas al Señor guiar o conducir a los demás, ni al rey puesto honorífico.
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Ecli 7:8
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No añadas pecados a pecados; porque ni aún por uno solo has de quedar sin castigo.
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Ecli 7:10
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ni descuides hacer oración, y dar limos-na.
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Ecli 7:13
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No inventes mentiras contra tu hermano; ni lo hagas tampoco contra tu amigo.
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Ecli 7:15
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No seas hablador en el concurso de los ancianos; ni repitas en tu oración o amontones las palabras.
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Ecli 7:16
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No aborrezcas el trabajo aunque sea penoso, ni la labranza del campo instituida por el Altísimo.
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Ecli 7:22
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No trates mal al siervo que trabaja con fidelidad, ni al jornalero que por ti consume su vida.
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Ecli 7:23
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Al esclavo juicioso ámale como a tu misma alma; no le niegues su libertad, ni lo despidas dejándolo en miseria.
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Ecli 7:37
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La beneficencia parece bien a todo viviente; y ni a los muertos se la debes negar.
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Ecli 8:19
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Con colérico no trabes ninguna riña; ni camines por lugar solitario con el atrevido; porque para él la sangre no importa nada, y cuando no haya quien te socorra te hará pedazos.
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Ecli 9:4
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No frecuentes el trato con la bailarina, ni la escuches, si no quieres perecer a la fuerza de su atractivo.
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Ecli 9:7
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No andes derramando tu vista por las calles de la ciudad, ni vagando de plaza en pla-za.
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Ecli 9:12
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Con la mujer de otro no estés jamás de asiento, ni en la mesa te arrimes a ella recostado sobre el codo,
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Ecli 9:13
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ni la desafíes con brindis a quién de los dos bebe más vino; no sea que tu corazón se incline hacia ella, y a costa de tu vida caigas en la perdición.
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Ecli 10:22
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No fue creada por Dios, ni es natural a los hombres la soberbia, ni la cólera al que es hijo de la débil mujer.
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Ecli 10:22
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No fue creada por Dios, ni es natural a los hombres la soberbia, ni la cólera al que es hijo de la débil mujer.
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Ecli 10:29
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No te engrías cuando tu obra te salga bien; ni estés sin hacer nada en tiempo de necesidad."
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Ecli 11:2
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No alabes al hombre por su bello aspecto, ni desprecies a nadie por su sola presencia exterior.
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Ecli 11:9
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No porfíes sobre cosa que no te importa nada; ni te unas con los pecadores para juzgar o censurar vidas ajenas.
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Ecli 12:12
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No te lo pongas a tu lado ni se siente a tu diestra, no sea que volviéndose contra ti, tire a usurparte el puesto; por donde al fin caigas en la cuenta de lo que te digo, y te traspasen el corazón mis advertencias.
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