Ecle 9:10
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Todo cuanto pudieres hacer de bueno, hazlo sin perder tiempo; puesto que ni obra, ni pensamiento, ni sabiduría, ni ciencia ha lugar en el sepulcro, hacia el cual vas corriendo.
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Ecle 9:10
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Todo cuanto pudieres hacer de bueno, hazlo sin perder tiempo; puesto que ni obra, ni pensamiento, ni sabiduría, ni ciencia ha lugar en el sepulcro, hacia el cual vas corriendo.
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Ecle 9:11
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Volví mi consideración a otro asunto, y observé que debajo del sol ni la ventaja en la carrera es de los ligeros, ni de los valientes la victoria en la guerra; ni el pan para los sabios; ni para los doctos las riquezas; ni de los peritos en las artes es el crédito; sino que todo se hace como por azar y a la ventura.
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Ecle 9:11
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Volví mi consideración a otro asunto, y observé que debajo del sol ni la ventaja en la carrera es de los ligeros, ni de los valientes la victoria en la guerra; ni el pan para los sabios; ni para los doctos las riquezas; ni de los peritos en las artes es el crédito; sino que todo se hace como por azar y a la ventura.
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Ecle 9:11
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Volví mi consideración a otro asunto, y observé que debajo del sol ni la ventaja en la carrera es de los ligeros, ni de los valientes la victoria en la guerra; ni el pan para los sabios; ni para los doctos las riquezas; ni de los peritos en las artes es el crédito; sino que todo se hace como por azar y a la ventura.
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Ecle 9:11
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Volví mi consideración a otro asunto, y observé que debajo del sol ni la ventaja en la carrera es de los ligeros, ni de los valientes la victoria en la guerra; ni el pan para los sabios; ni para los doctos las riquezas; ni de los peritos en las artes es el crédito; sino que todo se hace como por azar y a la ventura.
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Ecle 9:11
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Volví mi consideración a otro asunto, y observé que debajo del sol ni la ventaja en la carrera es de los ligeros, ni de los valientes la victoria en la guerra; ni el pan para los sabios; ni para los doctos las riquezas; ni de los peritos en las artes es el crédito; sino que todo se hace como por azar y a la ventura.
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Ecle 10:15
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El fruto de las fatigas del necio será la aflicción; porque ni el camino sabe tan siquiera por dónde ir a la ciudad.
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Ecle 10:20
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Tú no murmures al rey, ni aun por pensamiento, ni hables mal del rico en el interior de tu gabinete: porque las mismas aves del cielo llevarán tus palabras, y los pájaros publicarán cuanto has dicho.
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Ecle 10:20
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Tú no murmures al rey, ni aun por pensamiento, ni hables mal del rico en el interior de tu gabinete: porque las mismas aves del cielo llevarán tus palabras, y los pájaros publicarán cuanto has dicho.
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Cant 2:7
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¡Oh hijas de Jerusalén !, os conjuro por las ligeras corzas y ciervos de los campos, que no despertéis ni quitéis el sueño a mi amada, hasta que ella quiera.
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Cant 3:5
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¡Oh hijas de Jerusalén !, os conjuro por las corzas y los ciervos de los campos que no despertéis, ni interrumpáis el sueño a mi amada, hasta que ella quiera.
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Cant 8:4
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Os conjuro, ¡oh hijas de Jerusalén , que no despertéis ni quitéis el sueño a mi amada hasta que ella misma quiera!
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Cant 8:7
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Las muchas aguas no han podido extinguir el amor, ni los ríos podrán sofocarlo. Aunque un hombre en recompensa de este amor dé todo el caudal de su casa, lo tendrá por nada.
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Sab 1:4
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Así es que no entrará en alma maligna la sabiduría, ni habitará en el cuerpo sometido al pecado,
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Sab 1:8
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Por eso el que habla cosas malas no puede escondérsele, ni escapará del juicio vengador.
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Sab 1:10
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Porque la oreja celosa de Dios todo lo oye; ni encubrírsele puede el ruido o susurro de las murmuraciones.
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Sab 1:11
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Guardaos, pues, de la murmuración, la cual de nada aprovecha, o daña mucho, y refrenad la lengua de toda detracción; porque ni una palabra dicha a escondidas se irá por el aire; y la boca mentirosa da muerte al alma.
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Sab 1:12
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No os afanéis en acarrearos la muerte con el descamino de vuestra vida; ni os granjeéis la perdición con las obras de vuestras manos.
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Sab 1:13
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Porque no es Dios quien hizo la muerte, ni se complace en la perdición de los vivientes.
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Sab 1:14
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Lo creó todo a fin de que subsistiera eternamente en su presencia; saludables hizo él todas las cosas que nacen en el mundo; nada había en ellas de ponzoñoso ni nocivo; el infierno o la muerte no reinaba entonces en la tierra.
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Sab 2:1
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Dijeron, pues, los impíos entre sí, discurriendo sin juicio: Corto y lleno de tedio es el tiempo de nuestra vida; no hay consuelo en el fin del hombre o después de su muerte, ni se ha conocido nadie que haya vuelto de los infiernos o del otro mundo.
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Sab 2:10
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Oprimamos al justo desvalido, no perdonemos a la viuda, ni respetemos las canas del anciano de muchos días.
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Sab 2:15
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No podemos sufrir ni aun su vista; porque no se asemeja su vida a la de los otros, y sigue una conducta muy diferente.
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Sab 2:22
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Y no entendieron los misterios de Dios, ni creyeron que hubiese galardón para el justo, ni hicieron caso de la gloria reservada a las almas santas.
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Sab 2:22
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Y no entendieron los misterios de Dios, ni creyeron que hubiese galardón para el justo, ni hicieron caso de la gloria reservada a las almas santas.
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Sab 3:14
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Asimismo más feliz es el eunuco, cuyas manos no han obrado la iniquidad, ni ha pensado cosas criminales contrarias a Dios; pues se le dará un don precioso por su fidelidad y un destino muy distinguido en el cielo, que es el templo de Dios.
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Sab 3:18
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Si murieren pronto, no tendrán esperanza, ni quien les consuele el día de la cuenta.
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Sab 4:3
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Pero la raza de los impíos, aunque multiplicada, de nada servirá; y no echarán hondas raíces los retoños bastardos, ni tendrán una estable consistencia.
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Sab 4:8
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Porque no hacen venerable la vejez los muchos días, ni los muchos años; sino que la prudencia y juicio del hombre suplen por las canas,
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Sab 4:11
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Fue arrebatado para que la malicia no alterase su modo de pensar, ni sedujesen su alma las apariencias engañadoras del mundo.
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Sab 4:14
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Porque su alma era grata a Dios, por eso mismo se apresuró el Señor a sacarlo de en medio de los malvados. Viéndolo las gentes, no entendieron ni reflexionaron en su corazón
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Sab 4:17
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Los impíos verán el fin del hombre prudente, y no comprenderán los designios de Dios sobre él, ni cómo el Señor lo ha puesto a salvo.
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Sab 5:2
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A cuyo aspecto se apoderará de éstos la turbación y un temor horrendo; y se asombrarán de la repentina salvación de los justos, que ellos no esperaban ni creían;
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Sab 5:6
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Luego descarriados hemos ido del camino de la verdad; no nos ha alumbrado la luz de la justicia, ni para nosotros ha nacido el sol de la inteligencia.
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Sab 5:10
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o cual nave que surca las olas del mar, de cuyo tránsito no hay que buscar vestigio, ni la vereda de su quilla en las olas;
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Sab 6:5
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Porque siendo vosotros unos ministros de su reino universal, no juzgasteis con rectitud, ni observasteis la ley de la justicia, ni procedisteis conforme a la voluntad de Dios.
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Sab 6:5
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Porque siendo vosotros unos ministros de su reino universal, no juzgasteis con rectitud, ni observasteis la ley de la justicia, ni procedisteis conforme a la voluntad de Dios.
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Sab 6:8
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Que no exceptuará Dios persona alguna, ni respetará la grandeza de nadie; pues al pequeño y al grande él mismo los hizo y de todos cuida igualmente,
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Sab 7:13
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La aprendí sin ficción, y la comunico sin envidia, ni encubro su valor;
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Sab 8:16
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Entrando en mi casa hallaré en ella mi reposo; porque ni en su conversación tiene rastro de amargura, ni causa tedio su trato, sino antes bien consuelo y alegría.
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Sab 8:16
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Entrando en mi casa hallaré en ella mi reposo; porque ni en su conversación tiene rastro de amargura, ni causa tedio su trato, sino antes bien consuelo y alegría.
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Sab 11:25
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Porque tú amas todo cuanto tiene ser, y nada aborreces de todo lo que has hecho; que si alguna cosa aborrecieras, nunca la hubieras ordenado ni hecho.
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Sab 11:26
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¿Y cómo pudiera durar alguna cosa, si tú no quisieses?; ¿ni cómo conservarse nada sin orden tuya?
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Sab 12:14
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No hay ni rey, ni príncipe que pueda pedirte cuenta de aquellos que tú has hecho perecer.
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Sab 12:14
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No hay ni rey, ni príncipe que pueda pedirte cuenta de aquellos que tú has hecho perecer.
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Sab 13:1
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Vanidad, y no más, son ciertamente todos los hombres en quienes no se halla la ciencia de Dios; y que por los bienes visibles no llegaron a entender al Ser Supremo, ni considerando las obras reconocieron al artífice de ellas;
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Sab 14:13
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porque ni los había al principio , ni los habrá siempre.
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Sab 14:13
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porque ni los había al principio , ni los habrá siempre.
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Sab 14:24
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no respetan las vidas, ni la pureza de los matrimonios, sino que unos a otros se matan por celos, o con sus adulterios se entristecen.
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