Gen 2:5
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y todas las plantas del campo antes que naciesen en la tierra, y toda la hierba de la tierra antes que de ella brotase; porque el Señor Dios no había aún hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que la cultivase.
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Gen 3:3
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mas del fruto de aquel árbol que está en medio del paraíso, nos mandó Dios que no comiésemos, ni le tocásemos siquiera, para que no muramos.
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Gen 9:11
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Estableceré mi pacto con vosotros, y no perecerá ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá en lo venidero diluvio que destruya la tierra.
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Gen 13:8
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Por lo que dijo Abram a Lot: Te ruego no haya disputas entre nosotros, ni entre mis pastores y los tuyos, pues somos hermanos.
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Gen 14:23
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que ni una hebra de hilo, ni la correa de un calzado tomaré de todo lo que es tuyo, porque no digas: Yo enriquecí a Abram;
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Gen 14:23
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que ni una hebra de hilo, ni la correa de un calzado tomaré de todo lo que es tuyo, porque no digas: Yo enriquecí a Abram;
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Gen 19:17
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Y le sacaron, y le pusieron fuera de la ciudad; y allí le dijeron estas palabras: Salva tu vida; no mires hacia atrás, ni te pares en toda la región circunvecina, sino ponte a salvo en el monte, no sea que también tú perezcas junto con los otros.
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Gen 19:31
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Entonces dijo la mayor a la menor: Nuestro padre es viejo, y no ha quedado en la tierra ni un hombre que pueda casarse con nosotras según se acostumbra en todos los países.
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Gen 19:33
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Con eso le dieron a beber vino aquella noche; y la mayor se acostó y durmió con su padre; pero él no sintió, ni cuando se acostó su hija, ni cuando se levantó.
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Gen 19:33
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Con eso le dieron a beber vino aquella noche; y la mayor se acostó y durmió con su padre; pero él no sintió, ni cuando se acostó su hija, ni cuando se levantó.
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Gen 19:35
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Dieron, pues, del mismo modo a su padre a beber vino aquella noche, y acostada la hija menor, durmió con él, y ni tampoco entonces sintió cuándo ella se había acostado, o cuándo se había levantado.
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Gen 20:6
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Le dijo Dios: Yo también sé que lo hiciste con corazón sencillo: y por eso te he preservado de pecar contra mí, ni permití que la tocases.
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Gen 21:23
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Por tanto jura por el nombre de Dios que no me harás daño ni a mí, ni a mis sucesores, ni a mi linaje; sino que me tratarás a mí, y a este país en que has habitado como extranjero, con la misma bondad con que yo te he tratado a ti.
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Gen 21:23
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Por tanto jura por el nombre de Dios que no me harás daño ni a mí, ni a mis sucesores, ni a mi linaje; sino que me tratarás a mí, y a este país en que has habitado como extranjero, con la misma bondad con que yo te he tratado a ti.
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Gen 21:23
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Por tanto jura por el nombre de Dios que no me harás daño ni a mí, ni a mis sucesores, ni a mi linaje; sino que me tratarás a mí, y a este país en que has habitado como extranjero, con la misma bondad con que yo te he tratado a ti.
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Gen 21:26
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A lo que replicó Abimalec: No he sabido quién ha hecho tal cosa, ni tú tampoco me lo has avisado, ni yo lo había oído hasta ahora.
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Gen 21:26
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A lo que replicó Abimalec: No he sabido quién ha hecho tal cosa, ni tú tampoco me lo has avisado, ni yo lo había oído hasta ahora.
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Gen 22:12
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No extiendas tu mano sobre el muchacho, prosiguió el ángel, ni le hagas daño alguno: que ahora me doy por satisfecho que temes a Dios, pues no has perdonado a tu hijo único por amor de mí o por obedecerme.
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Gen 26:29
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con el fin de que tú no nos hagas mal alguno, así como nosotros nada hemos tocado de lo tuyo, ni causádote ningún daño; sino que te despedimos en paz colmado de la bendición del Señor.
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Gen 29:7
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Les dijo Jacob : Aún falta mucho del día, ni es tiempo de recoger todavía el ganado en los apriscos; dad ahora de beber a las ovejas, y después volvedlas a pacer.
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Gen 31:39
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ni jamás te mostré lo que las fieras habían arrebatado; yo resarcía todo el daño y todo lo que faltaba por algún hurto, tú me lo exigías con rigor.
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Gen 34:14
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No podemos hacer lo que pretendéis, ni dar nuestra hermana a un hombre incircunci-so, por ser cosa ilícita y abominable entre noso-tros.
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Gen 36:7
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Porque los dos eran riquísimos, y no podían morar juntos, ni sustentarlos la tierra en la que estaban como peregrinos, a causa de la multitud de sus ganados.
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Gen 37:22
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No le quitéis la vida, ni derraméis su sangre, sino echadle en aquella cisterna seca que está en el desierto, y no manchéis vuestras manos; lo que decía con el fin de librarle de ellos y restituirle a su padre.
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Gen 39:9
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No hay cosa chica ni grande que no esté a mi disposición, o que no me haya entregado, a excepción de ti que eres su mujer; pues, ¿cómo puedo yo cometer esa maldad y pecar contra mi Dios?
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Gen 41:44
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Dijo aún más el rey a José: Yo soy faraón; sin tu orden ninguno ha de mover pie ni mano en toda la tierra de Egipto.
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Gen 42:11
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Todos somos hijos de un mismo padre: venimos en paz, ni tus siervos maquinan mal alguno.
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Gen 44:8
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El dinero que hallamos en la boca de nuestros sacos, te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán; ¿cómo cabe, pues, que nosotros hayamos robado oro ni plata de casa de tu amo?
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Gen 44:16
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Al cual contestó Judá: ¿Qué responderemos a mi señor?; ¿o qué hablaremos, ni de qué modo podremos justificarnos? Dios ha manifestado la ocasión de castigar la iniquidad de tus siervos; esclavos somos todos ya de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder se ha encontrado la copa.
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Gen 45:5
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No temáis, ni os desconsoléis por haberme vendido para estas regiones; porque por vuestro bien dispuso Dios que viniese yo antes que vosotros a Egipto.
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Gen 45:6
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Porque dos años ha que comenzó la carestía en el país, y aún restan cinco en que no habrá siembra, ni siega.
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Gen 47:18
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Volvieron asimismo al año segundo, o siguiente, y le dijeron: No te ocultaremos, señor nuestro, que no nos queda ni ganado, ni dinero; y bien ves que a excepción de nuestros cuerpos, y de la tierra, nada más tenemos.
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Gen 47:18
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Volvieron asimismo al año segundo, o siguiente, y le dijeron: No te ocultaremos, señor nuestro, que no nos queda ni ganado, ni dinero; y bien ves que a excepción de nuestros cuerpos, y de la tierra, nada más tenemos.
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Gen 49:6
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No permita Dios que tenga yo parte en sus designios, ni empañe mi gloria uniéndome con ellos; porque en los homicidios demostraron su furor, y en la destrucción de una ciudad su venganza.
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Gen 49:10
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EL CETRO NO SERA QUITADO DE JUDA, ni de su posteridad el caudillo, hasta que venga el que ha de ser enviado, y éste será la esperanza de las naciones.
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Ex 4:1
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Replicó Moisés, y dijo: No me creerán ni oirán mi voz, sino que dirán: No hay tal: no se te ha aparecido el Señor.
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Ex 4:8
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Si no te creyeren, dijo, ni diesen oídos a la voz del primer prodigio, se rendirán a la del segundo.
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Ex 4:9
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Que si ni aun a estos dos prodigios dieren crédito ni escucharen tu voz, toma agua del río, y derrámala en tierra, y cuanta sacares del río se convertirá en sangre.
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Ex 4:9
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Que si ni aun a estos dos prodigios dieren crédito ni escucharen tu voz, toma agua del río, y derrámala en tierra, y cuanta sacares del río se convertirá en sangre.
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Ex 5:2
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A lo que respondió él: ¿Quién es ese Señor para que yo haya de escuchar su voz y dejar salir a Israel? No conozco a tal Señor, ni dejaré ir a Israel.
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Ex 5:11
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Id y recogedla donde pudiereis hallarla; ni por eso se disminuirá nada de vuestra tarea.
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Ex 5:14
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Y fueron azotados los maestros de obras de los hijos de Israel por los inspectores del faraón, que les decían: ¿Por qué ni ayer ni hoy nos dais cumplida la cantidad de ladrillos, como antes?
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Ex 5:14
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Y fueron azotados los maestros de obras de los hijos de Israel por los inspectores del faraón, que les decían: ¿Por qué ni ayer ni hoy nos dais cumplida la cantidad de ladrillos, como antes?
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Ex 8:19
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Y dijeron los hechiceros al faraón: Es el dedo de Dios el que aquí obra. Pero se endureció el corazón del faraón y no escuchó a Moisés ni a Aarón, como el Señor había dispuesto o predicho.
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Ex 9:6
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Así lo hizo el Señor al día siguiente, y murieron todos los animales de los egipcios; pero de los animales de los israelitas, ni uno siquiera pereció.
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Ex 9:30
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Pero yo conozco que ni tú, ni tus siervos teméis al Señor Dios.
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Ex 9:30
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Pero yo conozco que ni tú, ni tus siervos teméis al Señor Dios.
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Ex 9:33
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Despedido Moisés del faraón, así que salió de la ciudad alzó las manos hacia el Señor, y cesaron los truenos y el pedrisco; ni cayó más gota de agua sobre la tierra.
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Ex 10:6
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Y se llenarán de ellas tus casas y las de tus servidores, y las de todos los egipcios, en tanta muchedumbre cuanta no han visto ni tus padres, ni tus abuelos desde que vinieron al mundo hasta el día presente. Con esto volvió las espaldas, y dejó al faraón.
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Ex 10:6
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Y se llenarán de ellas tus casas y las de tus servidores, y las de todos los egipcios, en tanta muchedumbre cuanta no han visto ni tus padres, ni tus abuelos desde que vinieron al mundo hasta el día presente. Con esto volvió las espaldas, y dejó al faraón.
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