I Tim 2:4
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El cual quiere que todos los hombres se salven y vengan en conocimiento de la verdad.
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I Tim 2:5
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Porque uno es Dios, y uno también el mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,
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I Tim 2:8
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Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, alzando las manos limpias, o puras de toda maldad, exentos de todo encono y disensión.
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I Tim 4:10
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que en verdad por eso sufrimos trabajos y oprobios, porque ponemos la esperanza en Dios vivo, el cual es salvador de los hombres todos, ante todo de los fieles.
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I Tim 5:24
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Los pecados de ciertos hombres son notorios, antes de examinarse en juicio; mas los de otros se manifiestan después de él;
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I Tim 6:5
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altercados de hombres de ánimo estragado y privados de la luz de la verdad, que piensan que la piedad es una granjería, o un medio de enriquecerse.
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I Tim 6:9
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Porque los que pretenden enriquecerse, caen en tentación, y en el lazo del diablo, y en muchos deseos inútiles y perniciosos, que hunden a los hombres en el abismo de la muerte y de la perdición.
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I Tim 6:16
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el solo que es inmortal por esencia, y que habita en una luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto, ni tampoco puede ver, suyo es el honor y el imperio sempiterno. Amén.
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II Tim 2:2
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y las cosas que de mí has oído delante de muchos testigos, confíalas a hombres fieles, que sean aptos para enseñarlas también a otros.
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II Tim 3:2
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Se levantarán hombres amadores o pagados de sí mismos, codiciosos, altaneros, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, facinerosos,
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II Tim 3:8
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En fin, así como Jannes y Mambres resistieron a Moisés, del mismo modo éstos resisten a la verdad, hombres de un corazón corrompido, réprobos en la fe, que quisieran pervertir a los demás.
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II Tim 3:13
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Al paso que los malos hombres y los impostores irán de mal en peor, errando y haciendo errar a otros.
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II Tim 4:3
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Porque vendrá tiempo en que los hombres no podrán sufrir la sana doctrina, sino que, teniendo una comezón extremada de oír doctrinas que lisonjeen sus pasiones, recurrirán a un montón de doctores propios para satisfacer sus desordenados deseos,
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Tit 1:14
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y no den oídos a las fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
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Tit 2:11
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Porque la gracia del Dios, salvador nuestro, ha iluminado a todos los hombres,
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Tit 3:2
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que no digan mal de nadie, que no sean pleitistas ni pendencieros; sino modestos, tratando a todos los hombres con toda la dulzura posible.
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Tit 3:4
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Pero después que Dios, nuestro salvador , ha manifestado su benignidad y amor para con los hombres,
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Tit 3:8
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Doctrina es ésta certísima; y deseo que arraigues bien en ella a los que creen en Dios, a fin de que procuren aventajarse en practicar buenas obras. Estas cosas son las loables y provechosas a los hombres.
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Heb 2:9
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Mas vemos a aquel mismo Jesús , que por un poco de tiempo fue hecho inferior a los ángeles, coronado ya de gloria y de honor, por la muerte que padeció, habiendo querido Dios por pura gracia o misericordia, que muriese por todos los hombres.
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Heb 5:1
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Porque todo sumo sacerdote entresacado de los hombres, es puesto para beneficio de los hombres, en lo que mira al culto de Dios, a fin de que ofrezca dones y sacrificios por los pecados,
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Heb 5:1
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Porque todo sumo sacerdote entresacado de los hombres, es puesto para beneficio de los hombres, en lo que mira al culto de Dios, a fin de que ofrezca dones y sacrificios por los pecados,
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Heb 6:16
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Ello es que los hombres juran por quien es mayor que ellos; y el juramento es la mayor seguridad que pueden dar, para terminar sus diferencias.
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Heb 7:8
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No menos cierto es que aquí entre los levitas, los que cobran los diezmos son hombres que mueren, cuando allá se asegura o representa como que vive aún.
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Heb 7:28
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Pues la ley constituyó sacerdotes a hombres flacos; pero la palabra de Dios, confirmada con el juramento que ha hecho posteriormente a la ley, estableció por sumo sacerdote a su Hijo Jesucristo, que es santo y perfecto eternamente.
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Heb 9:27
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Y así como está decretado a los hombres morir una sola vez, y después el juicio,
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Heb 13:6
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de manera que podamos animosamente decir: El Señor es quien me ayuda; no temeré cosa que hagan contra mí los hombres.
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Sant 3:9
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Con ella bendecimos a Dios Padre, y con la misma maldecimos a los hombres, los cuales son formados a semejanza de Dios.
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I Ped 2:4
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Al cual arrimándoos como a piedra viva que es, desechada sí de los hombres, pero escogida de Dios y apreciada por la principal del edificio,
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I Ped 2:15
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pues ésta es la voluntad de Dios, que obrando bien tapéis la boca a la ignorancia de los hombres necios e insensatos;
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I Ped 4:6
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que aun por eso ha sido predicado también la buena nueva a los muertos; para que habiendo sido juzgados, o castigados, delante de los hombres según la carne, recibiesen delante de Dios la vida del espíritu.
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II Ped 1:21
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porque no traen su origen las profecías de la voluntad de los hombres, sino que los varones santos de Dios hablaron, siendo inspirados del Espíritu Santo.
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II Ped 2:7
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si libertó al justo Lot, a quien estos hombres abominables afligían y perseguían con su vida infame,
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II Ped 3:7
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Así los cielos que ahora existen, y la tierra, se guardan por la misma palabra, para ser abrasados por el fuego en el día del juicio y del exterminio de los hombres malvados e impíos.
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I Jn 5:9
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Si admitimos el testimonio de los hombres, de mayor autoridad es el testimonio de Dios; ahora bien, Dios mismo, cuyo testimonio es el mayor, es el que ha dado de su Hijo este gran testimonio.
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Judas 1:4
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Porque se han entrometido con disimulo ciertos hombres impíos (de quienes estaba ya muy de antemano predicho que vendrían a caer en este juicio o condenación), los cuales cambian la gracia de nuestro Dios en una desenfrenada licencia, y reniegan, o renuncian, a Jesucristo, nuestro único soberano y Señor.
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Judas 1:15
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a juzgar a todos los hombres, y a argüir a todos los malvados de todas las obras de su impiedad, que impíamente hicieron, y de todas las injuriosas expresiones que profirieron contra Dios los impíos pecadores.
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Judas 1:19
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Estos son los que se separan a sí mismos de la grey de Jesucristo, hombres sensuales, que no tienen el espíritu de Dios.
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Apoc 6:4
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Y salió otro caballo rojo; y al que lo montaba se le concedió el poder de desterrar la paz de la tierra, y de hacer que los hombres se matasen unos a otros; y así, se le dio una gran espada.
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Apoc 6:8
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Y he ahí un caballo pálido y macilento, cuyo jinete tenía por nombre Muerte, y el infierno le iba siguiendo, y se le dió poder sobre las cuatro partes de la tierra para matar a los hombres a cuchillo, con hambre, con mortandad y por medio de las fieras de la tierra.
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Apoc 6:15
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Y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los tribunos, y los ricos, y los poderosos, y todos los hombres, así esclavos como libres, se escondieron en las grutas y entre las peñas de los montes;
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Apoc 8:11
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Y el nombre de la estrella es Ajenjo; y así la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, o tomó su mal gusto; con lo que muchos hombres murieron a causa de las aguas, porque se hicieron amargas.
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Apoc 9:4
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y se les mandó no hiciesen daño a la hierba de la tierra, ni a cosa verde, ni a ningún árbol; sino solamente a los hombres que no tienen la señal de Dios en sus frentes.
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Apoc 9:6
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Durante aquel tiempo los hombres buscarán la muerte, y no la hallarán; y desearán morir, y la muerte irá huyendo de ellos.
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Apoc 9:7
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Y las figuras de las langostas se parecían a caballos aparejados para la batalla; y sobre sus cabezas tenían como coronas al parecer de oro, y sus caras así como caras de hombres.
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Apoc 9:10
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Tenían así mismo colas parecidas a las de los escorpiones, y en las colas aguijones, con potestad de hacer daño a los hombres por cinco meses; y tenían sobre sí
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Apoc 9:15
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Fueron, pues, desatados los cuatro ángeles, los cuales estaban preparados para la hora, y el día, y el mes, y el año, en que debían matar la tercera parte de los hombres.
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Apoc 9:18
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Y por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres, es a saber, con el fuego, y con el humo, y con el azufre, que salían de sus bocas.
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Apoc 9:20
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Entretanto los demás hombres, que no perecieron con estas plagas, no por eso hicieron penitencia de las obras de sus manos, con dejar de adorar a los demonios y a los simulacros de oro, y de plata, y de bronce, y de piedra, y de madera, que ni pueden ver, ni oír, ni andar;
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Apoc 13:13
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Y obró prodigios grandes, hasta hacer que bajase fuego del cielo a la tierra en presencia de los hombres.
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Apoc 13:16
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A este fin hará que todos los hombres, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, tengan una marca, o sello, en su mano derecha o en sus frentes,
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