Lc 1:25
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Esto ha hecho el Señor conmigo, ahora que ha tenido a bien borrar mi oprobio de delante de los hombres.
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Lc 2:14
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Gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.
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Lc 2:52
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Jesús entretanto crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios, y de los hombres.
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Lc 3:6
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y verán todos los hombres al Salvador enviado de Dios.
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Lc 5:10
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Lo mismo que sucedía a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Entonces Jesús dijo a Simón: No tienes que temer, de hoy en adelante serán hombres los que has de pescar.
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Lc 5:18
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Cuando he aquí que llegan unos hombres que traían tendido en una camilla a un paralítico: y hacían diligencias por meterle dentro de la casa en que estaba Jesús , y ponérselo delante.
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Lc 6:22
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Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y os separen, y os afrenten, y abominen de vuestro nombre como maldito, en odio del Hijo del hombre;
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Lc 6:26
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¡Ay de vosotros cuando los hombres os aplaudieren!, que así lo hacían sus padres con los falsos profetas.
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Lc 6:31
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Tratad a los hombres de la misma manera que quisierais que ellos os tratasen a vosotros.
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Lc 7:31
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Ahora bien, concluyó el Señor: ¿A quien diré que es semejante esta raza de hombres?; y ¿a quién se parecen?
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Lc 9:14
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Es de notar que eran como unos cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar por cuadrillas de cincuenta en cincuenta.
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Lc 9:44
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Con lo que todos quedaban pasmados del gran poder de Dios; y mientras todo el mundo no cesaba de admirar las cosas que hacía, él dijo a sus discípulos: Grabad en vuestro corazón lo que voy a deciros: El Hijo del hombre está para ser entregado en manos de los hombres.
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Lc 9:56
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El Hijo del hombre no ha venido para perder a los hombres, sino para salvarlos. Y con esto se fueron a otra aldea.
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Lc 11:29
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Como concurriesen las turbas a oírle, comenzó a decir: Esta raza de hombres es una raza perversa; ellos piden un prodigio, y no se les dará otro prodigio que el del profeta Jonás ;
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Lc 11:31
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La reina del mediodía se levantará el día del juicio contra los hombres de esta nación, y los condenará; por cuanto ella vino del cabo del mundo a escuchar la sabiduría de Salomón ; y veis aquí uno, superior a Salomón .
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Lc 11:44
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¡Ay de vosotros, que sois como los sepulcros que están encubiertos, y que son desconocidos de los hombres que pasan por encima de ellos!
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Lc 11:46
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Mas él respondió: ¡Ay de vosotros igualmente, doctores de la ley!, porque echáis a los hombres cargas que no pueden soportar, y vosotros ni con el dedo las tocáis.
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Lc 11:51
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de la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, muerto entre el altar y el templo. Sí; yo os lo digo: A esta raza de hombres se le pedirá de ello cuenta.
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Lc 12:8
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Os digo, pues que cualquiera que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del hombre le confesará, delante de los ángeles de Dios.
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Lc 12:9
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Al contrario, quien me negare ante los hombres, será negado ante los ángeles de Dios.
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Lc 12:28
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Pues si a una hierba que hoy está en el campo, y mañana se echa en el horno, Dios así la viste, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poquísima fe?
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Lc 13:4
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Como también aquellos dieciocho hombres, sobre los cuales cayó la torre de Siloé, y los mató, ¿pensáis que fuesen los más culpados de todos los moradores de Jerusalén ?
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Lc 14:31
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O ¿cuál es el rey que habiendo de hacer guerra contra otro rey, no considera primero despacio si podrá con diez mil hombres hacer frente al que con veinte mil viene contra él?
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Lc 16:15
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Mas Jesús les dijo: Vosotros os vendéis por justos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que parece sublime a los ojos humanos, a los de Dios es abominable.
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Lc 17:35
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Estarán dos mujeres moliendo juntas; la una será libertada, y la otra abandonada: dos hombres en el mismo campo; el uno será libertado, y el otro abandonado.
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Lc 18:9
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Dijo asimismo a ciertos hombres que presumían de justos, y despreciaban a los demás, esta parábola:
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Lc 18:10
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Dos hombres subieron al templo a orar, el uno era fariseo, y el otro publicano.
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Lc 18:11
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El fariseo, puesto en pie, oraba en su interior de esta manera: ¡Oh Dios!, yo te doy gracias de que no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como este publicano.
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Lc 18:27
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Les respondió Jesús : Lo que es imposible a los hombres, a Dios es posible.
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Lc 20:4
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El bautismo de Juan ¿era cosa del cielo o de los hombres?
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Lc 20:6
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Y si decimos de los hombres, el pueblo todo nos apedreará, teniendo por cierto, como tiene, que Juan era un profeta.
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Lc 20:35
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pero entre los que serán juzgados dignos del otro siglo y de la resurrección de entre los muertos, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres maridos.
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Lc 21:26
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secándose los hombres de temor y de sobresalto, por las cosas que han de sobrevenir a todo el universo; porque las virtudes de los cielos estarán bambaleando.
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Lc 23:27
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Seguíale gran muchedumbre de hombres y de mujeres, las cuales se deshacían en llantos.
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Lc 24:7
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diciendo: Conviene que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y crucificado, y que al tercer día resucite.
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Jn 1:4
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En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
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Jn 1:18
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A Dios nadie le ha visto jamás: El hijo unigénito, existente desde siempre en el seno del Padre, él mismo es quien le ha hecho conocer a los hombres.
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Jn 3:19
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Este juicio de condenación consiste en que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, por cuanto sus obras eran malas.
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Jn 5:41
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Yo no me pago de la fama de los hombres.
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Jn 6:10
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Pero Jesús dijo: Haced sentar a esas gentes. El sitio estaba cubierto de hierba. Se sentaron, pues, cerca de cinco mil hombres.
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Jn 6:14
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Visto el milagro que Jesús había hecho, decían aquellos hombres: Este sin duda es el gran profeta que ha de venir al mundo.
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Jn 12:43
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Y es que amaron más la gloria o estimación de los hombres, que la gloria de Dios.
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Jn 17:6
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Yo he manifestado tu nombre a los hombres que me has dado salvándolos del mundo. Tuyos eran, y me los diste, y ellos han puesto por obra tu palabra.
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Hech 2:17
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Sucederá en los postreros días, dice el Señor, que yo derramaré mi espíritu sobre todos los hombres; y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; y vuestros jóvenes tendrán visiones, y vuestros ancianos revelaciones en sueños.
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Hech 4:4
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Entretanto muchos de los que habían oído la predicación de Pedro, creyeron; cuyo número llegó a cinco mil hombres.
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Hech 4:12
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Fuera de él no hay que buscar la salvación en ningún otro. Pues no se ha dado a los hombres otro Nombre debajo del cielo, por el cual debamos salvarnos.
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Hech 4:13
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Viendo ellos la firmeza de Pedro y de Juan, constándoles por otra parte que eran hombres sin letras y del vulgo, estaban llenos de admiración, conociendo que eran de los que habían sido discípulos de Jesús .
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Hech 4:16
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diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? El milagro hecho por ellos es notorio a todos los habitantes de Jerusalén ; es tan evidente, que no podemos negarlo.
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Hech 5:4
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¿Quién te quitaba el conservarlo? Y aunque lo hubieses vendido, ¿no estaba su precio a tu disposición? ¿Pues a qué fin has urdido en tu corazón esta trampa? No mentiste a hombres, sino a Dios.
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Hech 5:14
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Con esto se aumentaba más y más el número de los que creían en el Señor, así de hombres como de mujeres,
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