Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

casa

II Rey 17:19 La mujer de la casa tomó una cubierta y la extendió sobre la boca del pozo, como para secar la cebada mondada; y así quedó oculta la cosa.
II Rey 17:20 Y habiendo llegado los criados de Absalón a la casa, preguntaron a la mujer: ¿Dónde están Aquímaas y Jonatás? Les respondió: Pasaron de corrida, sin hacer más que beber un poco de agua. Con eso los que buscaban, no encontrándolos, se volvieron a Jerusalén .
II Rey 17:23 Mientras tanto Aquitofel, viendo que no se había seguido su consejo aparejó su asno, montó, y se fue a su casa de Gilo, su patria; y dispuestos los negocios de su familia, se ahorcó; y fue sepultado en el sepulcro de su padre.
II Rey 18:17 A Absalón lo descolgaron, y lo echaron en una gran hoya, en el bosque, formando sobre él un elevadísimo montón de piedras. Mientras tanto todo Israel huyó, cada uno a su casa.
II Rey 19:5 Mas Joab entrando en la casa donde el rey estaba, le dijo: Tú has cubierto hoy de confusión los rostros de todos tus siervos, que han salvado tu vida y la vida de tus hijos e hijas, y la vida de tus esposas o reinas, y la de tus demás mujeres secundarias.
II Rey 19:11 Advertido el rey David de esta buena disposición de todo Israel a su favor, envió a decir a los sacerdotes Sadoc y Abiatar: Hablad a los ancianos de Judá y decidles: ¿Cómo sois los últimos en procurar que el rey vuelva a su casa?
II Rey 19:17 con mil hombres de Benjamín, e iba con ellos Siba, criado de la casa de Saúl, con sus quince hijos y veinte siervos. Y rompiendo por el Jordán para ponerse delante del rey,
II Rey 19:20 porque reconozco yo, tu siervo, el crimen que cometí, y por eso he venido hoy el primero de toda la casa de José a recibir al rey mi señor.
II Rey 19:28 Porque la casa de mi padre no ha recibido del rey mi señor, sino la muerte; y con todo me colocaste a mí, siervo tuyo, entre los que comen en tu mesa; ¿de qué, pues, puedo yo quejarme justamente?, o ¿cómo podré todavía reclamar nada del rey?
II Rey 19:30 Sobre lo cual respondió Mifiboset al rey: Tómelo todo si quiere, puesto que el rey, mi señor, ha vuelto felizmente a su casa.
II Rey 19:39 Finalmente, habiendo pasado el rey el Jordán con toda la gente, besó a Berzellai, lo llenó de bendiciones; y volvió Berzellai a su casa.
II Rey 20:1 Aconteció que se hallaba allí un hombre malvado, un hijo de Belial llamado Seba, hijo de Bocri, de la tribu de Benjamín; el cual tocó la trompeta, diciendo: Nada tenemos que hacer con David, ni que esperar cosa alguna del hijo de Isaí; vuélvete, Israel, a tu casa.
II Rey 20:3 y así que hubo llegado el rey a su casa de Jerusalén tomó las diez mujeres secundarias que había dejado para guardar el palacio, y las puso en clausura, dándoles alimentos, pero no se llegó más a ellas, sino que estuvieron encerra-das hasta el día que murieron, viviendo como viudas.
II Rey 20:22 En efecto, se presentó la mujer donde estaba todo el pueblo; y les habló con tanta cordura, que cortando ellos la cabeza a Seba, hijo de Bocri, se la arrojaron a Joab; el cual tocó la retirada, y regresaron las tropas cada cual a su casa. Joab volvió a Jerusalén , cerca del rey.
II Rey 21:1 Hubo también hambre en tiempo de David por tres años continuos; sobre lo cual consultó David el oráculo del Señor. Y le respondió el Señor: Esto sucede por causa de Saúl y de su casa sanguinaria; porque mató él a los gabaonitas.
II Rey 21:4 Le respondieron los gabaonitas: No es nuestra querella sobre plata ni oro, sino contra Saúl y su casa; ni pretendemos que muera ningún hombre de Israel. A los cuales replicó el rey: Pues, ¿qué queréis que haga por vosotros?
II Rey 23:5 No mereció ciertamente mi casa a los ojos de Dios, que el Señor hiciese conmigo una alianza eterna, una alianza firme y del todo inmutable. Porque él me ha salvado de todos los peligros; ha cumplido todos mis deseos, no dejándome nada que apetecer.
II Rey 24:17 Y dijo David al Señor, así que vio que el ángel castigaba al pueblo: Yo soy el que he pecado; yo el que tengo la culpa. ¿Qué han hecho éstos, que son unas ovejas? ¡Oh Señor!, te ruego que descargues tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre.
II Rey 24:21 y saliendo al encuentro, hizo al rey profunda reverencia pegado el rostro en tierra, y dijo: ¿Qué motivo hay para que el rey mi señor venga a casa de su siervo? Al cual respondió David: Para comprarte esa era, y edificar en ella un altar al Señor; a fin de que cese la mortandad que se extiende por el pueblo.
III Rey 1:53 Envió, pues, Salomón quien lo sacase del altar; y presentándose Adonías, hizo al rey Salomón profunda reverencia, y Salomón le dijo: Vete a tu casa.
III Rey 2:24 Ahora, pues, vive Dios, que me ha establecido y colocado sobre el solio de mi padre David, y que me ha fundado casa como lo tenía prometido, que hoy ha de morir Adonías.
III Rey 2:27 Con esto Salomón desterró a Abiatar, para que no ejerciese más las funciones de sumo sacerdote del Señor; con lo cual se cumplió la palabra pronunciada por el Señor en Silo contra la casa de Helí.
III Rey 2:31 Y el rey le contestó: Hazlo como él ha dicho; mátale y dale sepultura; y con eso me lavarás a mí y a la casa de mi padre de la sangre inocente que derramó Joab.
III Rey 2:33 Recaiga, pues, la sangre de éstos sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de sus descendientes para siempre. Mas a David y a su descendencia, a su casa y a su trono, dé el Señor paz sempiterna.
III Rey 2:34 Subió, pues, Banaías, hijo de Joíada; y acometiéndole, le quitó la vida, y fue sepultado en una casa suya en el desierto.
III Rey 2:36 Envió también el rey a llamar a Semei, y le dijo: Hazte una casa en Jerusalén y habita en ella, de donde nunca saldrás para ir a esta o a la otra parte;
III Rey 3:1 Salomón , pues, afianzado que hubo su trono, emparentó con el faraón, rey de Egipto, desposándose con su hija; la que condujo a la ciudad de David, mientras que acababa de edificar su casa y el templo del Señor, y los muros alrededor de Jesusalén.
III Rey 3:17 dijo una de ellas: Dígnate escucharme, ¡oh señor mío! Yo y esta mujer vivíamos en una misma casa, y yo parí en el mismo aposento en que ella estaba.
III Rey 3:18 Tres días después de mi parto, parió también ella; nos hallábamos las dos juntas, y no había en la casa nadie sino nosotras dos.
III Rey 5:9 Mis siervos las transportarán desde el Líbano al mar, y haré acomodarlas en almadías o balsas, dirigiéndolas al lugar que me señalares, y las haré arrimar allí, y tú las mandarás recoger. Entretanto me suministrarás lo que necesite para el arreglo de mi casa.
III Rey 6:1 Se comenzó a edificar la casa del Señor en el año cuatrocientos ochenta después de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, el año cuarto del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Cío, esto es, el mes segundo.
III Rey 6:2 Y la casa que el rey Salomón edificaba al Señor tenía setenta codos de largo, veinte de ancho y treinta de alto.
III Rey 6:7 La construcción de la casa del Señor se hizo de piedras labradas de antemano; sin que, durante la obra de la casa del Señor, se oyese en ella ruido de martillo, ni de hacha, o azuela, ni de ninguna otra herramienta.
III Rey 6:7 La construcción de la casa del Señor se hizo de piedras labradas de antemano; sin que, durante la obra de la casa del Señor, se oyese en ella ruido de martillo, ni de hacha, o azuela, ni de ninguna otra herramienta.
III Rey 6:9 Así edificó la casa y la perfeccionó, y la cubrió con artesanados de cedro.
III Rey 6:10 Y edificó habitaciones con tablas alrededor de todo el edificio, de cinco codos de altura, y cubrió la casa con maderas de cedro.
III Rey 6:12 En esta casa que tú has edificado (si tú siguieres mis preceptos, y practicares mis determinaciones, y guardares todos mis mandamientos, sin desviarte de ellos), verificaré en ti la promesa que hice a David, tu padre;
III Rey 6:37 Se echaron los cimientos de la casa del Señor el año cuarto, en el mes de Cío;
III Rey 6:38 y el año undécimo, es el mes de Bul, esto es el mes octavo, se concluyó la casa del Señor con todas sus partes y con todos sus utensilios. Y la edificó Salomón en siete años.
III Rey 7:1 Construyó después Salomón , y acabó enteramente en trece años, su propia casa.
III Rey 7:2 Construyó asimismo la casa o palacio del bosque del Líbano que tenía cien codos de largo y cincuenta de ancho, y treinta de alto; y había cuatro galerías entre columnas de cedro; pues de los maderos de cedro había formado columnas.
III Rey 7:8 Y el estrado o solio, donde se sentaba para hacer justicia, estaba en medio de este pórtico, y era de igual labor. Construyó asimismo Salomón para la hija del faraón (que había tomado por esposa) una casa o habitación de la misma arquitectura de la casa del pórtico.
III Rey 7:8 Y el estrado o solio, donde se sentaba para hacer justicia, estaba en medio de este pórtico, y era de igual labor. Construyó asimismo Salomón para la hija del faraón (que había tomado por esposa) una casa o habitación de la misma arquitectura de la casa del pórtico.
III Rey 7:45 y los calderos, cuencos y calderillos. Todos los vasos que hizo Hiram al rey Salomón para el servicio de la casa del Señor eran de bronce fino.
III Rey 7:48 Mandó hacer también Salomón todo aquello que debía servir para la casa del Señor: el altar de oro y la mesa de oro, sobre la cual se habían de poner los panes de la proposición;
III Rey 7:50 y tenajuelas, y arrejaques, y tazas, y morterillos e incensarios de finísimo oro. Los quicios de las puertas de la casa interior del lugar santísimo y de las puertas del templo eran asimismo de oro.
III Rey 7:51 Así completó Salomón toda la obra que tenía trazada para la casa del Señor, y metió en ella el oro, la plata y todos los vasos que su padre David había consagrado a Dios, y lo mandó guardar todo en los tesoros de la casa del Señor.
III Rey 7:51 Así completó Salomón toda la obra que tenía trazada para la casa del Señor, y metió en ella el oro, la plata y todos los vasos que su padre David había consagrado a Dios, y lo mandó guardar todo en los tesoros de la casa del Señor.
III Rey 8:10 Y sucedió que al salir los sacerdotes del santuario, una niebla llenó la casa del Señor;
III Rey 8:11 de manera que los sacerdotes no podían estar allí para ejercer su ministerio por causa de la niebla; porque la gloria del Señor tenía ocupada de lleno la casa del Señor.