Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

casa

I Par 28:6 y me ha dicho a mí: Tu hijo Salomón ha de edificar mi casa y mis atrios, porque yo me lo he escogido por hijo mío, y yo he de serle padre;
I Par 28:10 Ahora bien, por cuanto el Señor te ha escogido para que edifiques la casa de su santuario, esfuérzate, y llévala a cabo.
I Par 28:12 y aun de todos los atrios que había ideado, y de las habitaciones alrededor para los tesoros de la casa del Señor, y para los depósitos de las cosas consagradas al templo,
I Par 28:13 y las divisiones de los sacerdotes y levitas para todas las funciones de la casa del Señor, y para todos los vasos que debían servir en el templo del Señor.
I Par 28:20 Y añadió David a su hijo Salomón : Pórtate con valor y esfuerzo, y manos a la obra; no temas ni te acobardes; porque el Señor Dios mío estará contigo, y no te desamparará, ni abandonará hasta que concluyas todas las obras necesarias para el servicio de la casa del Señor.
I Par 28:21 Aquí tienes los sacerdotes y levitas distribuidos en sus clases, y dispuestos y prontos a todo lo que conviene al ministerio de la casa del Señor; y así los príncipes o jefes como el pueblo sabrán ejecutar todas tus órdenes.
I Par 29:2 Yo por mi parte he preparado con todas mis fuerzas todos los materiales para la casa de mi Dios. Oro para los utensilios de oro, y plata para los de plata, bronce para los de bronce, hierro para los de hierro, madera para los de madera, y piedras de ónique, y semejantes al alcohol, y otras de varios colores, y toda suerte de piedras preciosas, y mármol de Paros en grandísima cantidad.
I Par 29:3 Y además de estas cosas que tengo destinadas para la casa de mi Dios, doy de mi peculio oro y plata para el templo de mi Dios, además de aquello que he puesto aparte para el santuario,
I Par 29:7 y dieron para las obras de la casa de Dios cinco mil talentos de oro, y diez mil sueldos o monedas de oro, y diez mil talentos de plata, y dieciocho mil de cobre, con cien mil talentos de hierro.
I Par 29:8 Y todos cuantos tenían piedras preciosas las entregaron, para ponerlas en los tesoros de la casa del Señor, a Jahiel, gersonita, tesorero.
I Par 29:16 ¡Oh Señor Dios nuestro!, toda esta abundancia de cosas preparada por nosotros para erigir una casa o templo a tu santo Nombre, de tu mano ha venido, y tuyas son todas las cosas.
I Par 29:19 Da también a mi hijo Salomón un corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, y tus leyes, y tus ceremonias, y lo ponga todo por obra, y edifique la casa, cuyos materiales tengo yo prevenidos.
II Par 2:3 Y envió a decir a Hiram, rey de Tiro: Así como lo hiciste con David, mi padre, remitiéndole maderas de cedro para la construcción de la casa, donde él habitó,
II Par 2:4 hazlo conmigo, para que yo pueda edificar una casa al Nombre del Señor Dios mío, y consagrársela para ofrecer incienso en su presencia, y esparcir el humo de los aromas, y tenerle presentados perpetuamente los panes, ofrecerle los holocaustos por la mañana y por la tarde, y en los sábados, y en los novilunios, y en las solemnidades del Señor Dios nuestro para siempre, como está mandado a Israel.
II Par 2:5 Porque la casa que yo deseo edificar ha de ser grande, pues grande es nuestro Dios sobre todos los dioses.
II Par 2:6 Mas ¿quién será capaz de edificarle una casa que sea digna de él? Si el cielo, si los cielos de los cielos no pueden abarcarle, ¿quién soy yo para poder construirle una casa? Mas no la hago para otra cosa, sino para ofrecer en ella incienso en su honor.
II Par 2:6 Mas ¿quién será capaz de edificarle una casa que sea digna de él? Si el cielo, si los cielos de los cielos no pueden abarcarle, ¿quién soy yo para poder construirle una casa? Mas no la hago para otra cosa, sino para ofrecer en ella incienso en su honor.
II Par 2:9 para proveerme de maderas en abundancia. Pues la casa que yo deseo edificar ha de ser muy grande y suntuosa.
II Par 3:3 Y éstas son las medidas de los cimientos echados por Salomón para el edificio de la casa de Dios: la longitud era de sesenta codos de la antigua medida; la latitud de veinte codos.
II Par 3:8 Edificó asimismo la casa o el lugar santísimo; cuya longitud era de veinte codos, como la anchura del templo, y su anchura igualmente de veinte codos, y la cubrió con planchas de oro, que pesaban cerca de seiscientos talentos.
II Par 3:10 Hizo asimismo en la casa del lugar santísimo dos estatuas de querubines, las que cubrió de oro.
II Par 4:16 las calderas, o tridentes o garfios, y las jarras. Todos los utensilios hizo de bronce finísimo a Salomón , Hiram, su padre, para la casa del Señor.
II Par 4:19 E hizo Salomón todos estos vasos de la casa de Dios, y el altar de oro, y las mesas, sobre las cuales se ponían los panes de la proposición.
II Par 4:22 Así como también eran de oro purísimo los braserillos de los perfumes, y los incensarios, y las navetas, y los morterillos. Las puertas del templo interior, esto es, el lugar santísimo, las hizo cincelar, y las puertas del templo estaban cubiertas de oro por fuera. De esta suerte quedaron acabadas todas las obras que hizo Salomón en la casa del Señor.
II Par 5:1 Salomón , pues, hizo traer y guardar en los tesoros de la casa de Dios todo lo que su padre David había ofrecido: la plata y el oro y todos los vasos.
II Par 5:13 Así, pues, formando todos un concierto con el canto y el sonido de las trompetas, y címbalos, y órganos, y toda especie de instrumentos músicos, y alzando en alto la voz, se percibía el sonido a lo lejos. Y sucedió que cuando hubieron comenzado a cantar y decir: Alabad al Señor, porque es bueno; porque es eterna su misericordia; la casa de Dios se llenó de una nube,
II Par 5:14 de suerte que los sacerdotes no podían estar allí, ni ejercer sus funciones, a causa de la densa niebla. Porque la gloria del Señor había llenado la casa de Dios.
II Par 6:2 y yo he erigido una casa a su Nombre, para que habite en ella perpetuamente.
II Par 6:5 Desde el día en que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, no me escogí de todas las tribus de Israel ninguna ciudad, donde se edificara una casa a mi Nombre; ni elegí tampoco ningún otro hombre, para que gobernase establemente a mi pueblo de Israel;
II Par 6:7 Y como mi padre David desease edificar una casa al Nombre del Señor Dios de Israel,
II Par 6:8 le dijo el Señor: En haber tú tenido esa voluntad de edificar casa en mi Nombre, ciertamente has hecho bien; ha sido bueno tu deseo.
II Par 6:9 Mas no serás tú el que construirás esa casa; sino que ha de ser tu hijo nacido de ti, quien ha de edificar la casa en mi Nombre.
II Par 6:9 Mas no serás tú el que construirás esa casa; sino que ha de ser tu hijo nacido de ti, quien ha de edificar la casa en mi Nombre.
II Par 6:10 El Señor, pues, ha cumplido la palabra que había dado, y yo he venido a suceder a mi padre David, y me he sentado en el trono de Israel, como lo dijo el Señor; y edificado la casa al Nombre del Señor Dios de Israel,
II Par 6:18 Pero, ¿y es realmente creíble que Dios habite con los hombres sobre la tierra? Si los cielos de los cielos no pueden abarcarte, ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?
II Par 6:20 para que tengas abiertos los ojos de día y de noche sobre esta casa, sobre este lugar en que has prometido que sería invocado tu Nombre,
II Par 6:22 Si alguno pecare contra su prójimo, y viniere dispuesto a jurar contra él, y se obligare con maldición delante del altar de esta casa,
II Par 6:29 cualquiera de tu pueblo de Israel que, considerando sus plagas y enfermedades te rogare, y alzare a ti sus manos en esta casa,
II Par 6:33 tú lo oirás desde el cielo, firmísima morada tuya, y otorgarás todas las cosas que te pidiere aquel forastero; a fin de que tu Nombre sea conocido de todos los pueblos de la tierra, y te teman éstos, como hace tu pueblo de Israel, y conozcan que tu Nombre es invocado en esta casa que yo he edificado.
II Par 6:34 Si saliendo tu pueblo a campaña contra sus enemigos, y andando por el camino por donde tú le hayas enviado, te adorare vuelto hacia este sitio, en que se halla esta ciudad por ti elegida, y la casa que he edificado a tu Nombre,
II Par 6:38 y convertidos a ti de todo su corazón y con toda su alma, en el país de su cautividad a que fueron llevados te adoraren vueltos hacia el camino de su tierra, que diste a sus padres, y a la ciudad que tú escogiste, y a la casa que he construido a tu Nombre:
II Par 7:1 Luego que Salomón acabó de hacer sus fervorosas plegarias, bajó del cielo fuego que devoró los holocaustos y las víctimas; y la majestad del Señor llenó toda la casa.
II Par 7:3 Asimismo todos los hijos de Israel estaban viendo bajar el fuego y la gloria del Señor sobre la casa, y postrándose rostro por tierra sobre el pavimento enlosado, adoraron y bendijeron al Señor, repitiendo: Porque es bueno y porque es eterna su misericordia.
II Par 7:5 El rey Salomón ofreció en sacrificio veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil carneros; de esta manera celebró el rey con todo el pueblo la dedicación de la casa de Dios.
II Par 7:11 Así acabó Salomón el templo del Señor, y el palacio real, y cuantas cosas se había propuesto en su corazón hacer en la casa del Señor y en su propia casa; y fue feliz.
II Par 7:11 Así acabó Salomón el templo del Señor, y el palacio real, y cuantas cosas se había propuesto en su corazón hacer en la casa del Señor y en su propia casa; y fue feliz.
II Par 7:12 Se le apareció después el Señor de noche por segunda vez, y le dijo: He oído tu oración, y me he escogido este lugar, para casa de sacrificio y oración.
II Par 7:21 Y será esta casa el escarnio de todos los caminantes; los cuales dirán asombrados: ¿Por qué motivo ha tratado así el Señor a este país y a esta casa?
II Par 7:21 Y será esta casa el escarnio de todos los caminantes; los cuales dirán asombrados: ¿Por qué motivo ha tratado así el Señor a este país y a esta casa?
II Par 8:1 Pasados ya veinte años después que Salomón edificó la casa del Señor, y la suya propia,