DOCE años tenía Manasés cuando entró a reinar, y reinó cincuenta y cinco en Jerusalén .

2 Pero obró el mal en la presencia del Señor, imitando las abominaciones de las gentes, exterminadas por el Señor al arribo de los hijos de Israel; 3 y restableció otra vez los adoratorios en los lugares altos, demolidos por su padre Ezequías ; y erigió altares a los Baales o ídolos, y plantó arboledas en honor suyo, y adoró a toda la milicia del cielo, y le rindió culto.

4 Construyó también altares en la casa del Señor, de la cual tenía el Señor dicho: En Jerusalén se invocará mi Nombre eternamente.

5 Y estos altares los erigió a todo el ejército del cielo en los dos atrios del templo del Señor. 6 E hizo pasar por el fuego a sus hijos en el valle de Benennom. Observaba los sueños, consultaba agüeros, se valía de artes mágicas, y tenía consigo hechiceros y encantadores, y cometió muchos pecados delante del Señor, provocando su ira. 7 Colocó asimismo un ídolo de fundición en la casa del Señor de la cual habló Dios a David y a Salomón su hijo diciendo: En esta casa y en Jerusalén , elegida por mí de entre todas las tribus de Israel, estableceré mi Nombre eternamente.

8 Y haré que Israel no mueva el pie de la tierra que yo di a sus padres; con tal, que procure cumplir lo que le tengo mandado, toda la ley, y ceremonias y ordenanzas publicadas o promulgadas por medio de Moisés. 9 Manasés, pues, sedujo a Judá y a los habitantes de Jerusalén , para que hicieran mayores males, que todas las gentes que había el Señor exterminado de la presencia de los hijos de Israel. 10 Y lo amonestó el Señor así a él como a su pueblo; mas no quisieron escucharlo; 11 por eso hizo que viniesen sobre ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales hicieron prisionero a Manasés, y atado con cadenas y grillos lo llevaron a Babilonia. 12 Donde viéndose en la opresión, oró al Señor su Dios, y concibió un vivísimo arrepentimiento delante del Dios de sus padres, 13 y le rogó y suplicó intensamente, y el Señor oyó su oración, y lo restituyó a Jerusalén en su reino; y acabó de conocer Manasés que el Señor es el solo Dios.

14 Después de esto edificó el muro exterior de la ciudad de David al occidente de Gihón en el valle, desde la entrada de la puerta del Pescado alrededor hasta Ofel, y lo alzó muy alto; y puso comandantes del ejército en todas las ciudades fuertes de Judá. 15 Y quitó del templo del Señor los dioses extranjeros y el simulacro, como también los altares que había erigido en el monte Sión de la casa del Señor, y en Jerusalén , y lo hizo arrojar todo fuera de la ciudad. 16 Y restableció el altar del Señor, e inmoló sobre él víctimas, y hostias pacíficas y de acción de gracias; y mandó a Judá que sierviese al Señor Dios de Israel. 17 Sin embargo, el pueblo ofrecía aún sacrificios al Señor su Dios en los lugares altos. 18 Los demás hechos de Manasés, y la súplica que hizo a su Dios, como también las palabras de los profetas, que le hablaban en nombre del Señor Dios de Israel, se contienen en los Libros de los Reyes de Israel. 19 Asimismo su oración, y cómo fue oído, y todos sus pecados, y apostasía, los lugares altos que fundó, los bosques o arboledas profanas que plantó, y las estatuas que levantó antes de hacer penitencia, se describen en los Libros de Hozai. 20 Pasó, en fin, Manasés a descansar con sus padres, y fue sepultado en su casa; sucediéndole en el reino su hijo Amón.

21 Veintidós años tenía Amón cuando comenzó a reinar, y dos años reinó en Jerusalén . 22 E hizo lo malo en la presencia del Señor, como lo había hecho Manasés, su padre; y sacrificó, y dio culto a todos los ídolos que había hecho Manasés. 23 Y no se humilló en la presencia del Señor, como lo hizo Manasés, su padre; antes bien cometió delitos mucho mayores. 24 Pero conjurados contra él sus criados, le quitaron la vida en su casa. 25 Entonces todo el resto del pueblo, ajusticiados aquellos que habían muerto a Amón, proclamó por rey en su lugar a Josías, su hijo.

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