OCE años tenía Manasés cuando entró a reinar, y reinó cincuenta y cinco en Jerusalén .
Pero obró el mal en la presencia del Señor, imitando las abominaciones de las gentes, exterminadas por el Señor al arribo de los hijos de Israel;
y restableció otra vez los adoratorios en los lugares altos, demolidos por su padre Ezequías ; y erigió altares a los Baales o ídolos, y plantó arboledas en honor suyo, y adoró a toda la milicia del cielo, y le rindió culto.
Construyó también altares en la casa del Señor, de la cual tenía el Señor dicho: En Jerusalén se invocará mi Nombre eternamente.
Y estos altares los erigió a todo el ejército del cielo en los dos atrios del templo del Señor.
E hizo pasar por el fuego a sus hijos en el valle de Benennom. Observaba los sueños, consultaba agüeros, se valía de artes mágicas, y tenía consigo hechiceros y encantadores, y cometió muchos pecados delante del Señor, provocando su ira.
Colocó asimismo un ídolo de fundición en la casa del Señor de la cual habló Dios a David y a Salomón su hijo diciendo: En esta casa y en Jerusalén , elegida por mí de entre todas las tribus de Israel, estableceré mi Nombre eternamente.
Y haré que Israel no mueva el pie de la tierra que yo di a sus padres; con tal, que procure cumplir lo que le tengo mandado, toda la ley, y ceremonias y ordenanzas publicadas o promulgadas por medio de Moisés.
Manasés, pues, sedujo a Judá y a los habitantes de Jerusalén , para que hicieran mayores males, que todas las gentes que había el Señor exterminado de la presencia de los hijos de Israel.
Y lo amonestó el Señor así a él como a su pueblo; mas no quisieron escucharlo;
por eso hizo que viniesen sobre ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales hicieron prisionero a Manasés, y atado con cadenas y grillos lo llevaron a Babilonia.
Donde viéndose en la opresión, oró al Señor su Dios, y concibió un vivísimo arrepentimiento delante del Dios de sus padres,
y le rogó y suplicó intensamente, y el Señor oyó su oración, y lo restituyó a Jerusalén en su reino; y acabó de conocer Manasés que el Señor es el solo Dios.
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Después de esto edificó el muro exterior de la ciudad de David al occidente de Gihón en el valle, desde la entrada de la puerta del Pescado alrededor hasta Ofel, y lo alzó muy alto; y puso comandantes del ejército en todas las ciudades fuertes de Judá.
Y quitó del templo del Señor los dioses extranjeros y el simulacro, como también los altares que había erigido en el monte Sión de la casa del Señor, y en Jerusalén , y lo hizo arrojar todo fuera de la ciudad.
Y restableció el altar del Señor, e inmoló sobre él víctimas, y hostias pacíficas y de acción de gracias; y mandó a Judá que sierviese al Señor Dios de Israel.
Sin embargo, el pueblo ofrecía aún sacrificios al Señor su Dios en los lugares altos.
Los demás hechos de Manasés, y la súplica que hizo a su Dios, como también las palabras de los profetas, que le hablaban en nombre del Señor Dios de Israel, se contienen en los Libros de los Reyes de Israel.
Asimismo su oración, y cómo fue oído, y todos sus pecados, y apostasía, los lugares altos que fundó, los bosques o arboledas profanas que plantó, y las estatuas que levantó antes de hacer penitencia, se describen en los Libros de Hozai.
Pasó, en fin, Manasés a descansar con sus padres, y fue sepultado en su casa; sucediéndole en el reino su hijo Amón.
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Veintidós años tenía Amón cuando comenzó a reinar, y dos años reinó en Jerusalén .
E hizo lo malo en la presencia del Señor, como lo había hecho Manasés, su padre; y sacrificó, y dio culto a todos los ídolos que había hecho Manasés.
Y no se humilló en la presencia del Señor, como lo hizo Manasés, su padre; antes bien cometió delitos mucho mayores.
Pero conjurados contra él sus criados, le quitaron la vida en su casa.
Entonces todo el resto del pueblo, ajusticiados aquellos que habían muerto a Amón, proclamó por rey en su lugar a Josías, su hijo.
Pater
Filius
Spiritus Sanctus
Angelorum
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