Jn 13:10
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Jesús le dice: El que acaba de lavarse, no necesita lavarse más que los pies, estando como está limpio todo lo demás. Y en cuanto a vosotros, limpios estáis, aunque no todos.
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Jn 13:12
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Después, en fin, que les hubo lavado los pies y tomó otra vez su vestido, puesto de nuevo a la mesa, les dijo: ¿Comprendéis lo que acabo de hacer con vosotros?
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Jn 13:14
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Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, debéis también vosotros lavaros los pies uno al otro.
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Jn 13:14
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Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, debéis también vosotros lavaros los pies uno al otro.
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Jn 20:12
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Y vio a dos ángeles, vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera, y otro a los pies, donde estuvo colocado el cuerpo de Jesús .
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Hech 2:35
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mientras a tus enemigos los pongo yo por tarima de tus pies.
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Hech 3:8
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Y dando un salto de gozo se puso en pie, y echó a andar; y entró con ellos en el templo, andando por sus propios pies, y saltando, y loando a Dios.
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Hech 3:16
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Su poder es el que, mediante la fe en su Nombre, ha consolidado los pies a éste que vosotros visteis y conocisteis tullido, de modo que la fe, que de él proviene, y en él tenemos, es la que ha causado esta perfecta curación delante de todos vosotros.
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Hech 4:35
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y lo ponían a los pies de los apóstoles; el cual después se distribuía según la necesidad de cada uno.
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Hech 4:37
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vendió una heredad que tenía, y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.
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Hech 5:2
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Y, de acuerdo con ella, retuvo parte del precio; y trayendo el resto, lo puso a los pies de los apóstoles.
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Hech 5:10
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Al momento cayó a sus pies, y expiró. Entretanto luego los mozos la encontraron muerta, y sacándola, la enterraron al lado de su marido.
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Hech 7:33
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Pero el Señor le dijo: Quítate de los pies el calzado; porque el lugar en que estás, es una tierra santa.
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Hech 7:49
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El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué especies de casas me habéis de edificar vosotros?, dice el Señor; o ¿cuál podrá ser digno lugar de mi descanso?
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Hech 7:58
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Y arrojándole fuera de la ciudad le apedrearon; y los testigos depositaron sus vestidos a los pies de un mancebo, que se llamaba Saulo.
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Hech 10:25
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Estando Pedro para entrar, le salió Cornelio a recibir, y postrándose a sus pies, le adoró.
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Hech 13:25
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El mismo Juan al terminar su carrera, decía: Yo no soy el que vosotros imagináis; pero mirad, después de mí viene uno a quien yo no soy digno de desatar el calzado de sus pies.
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Hech 13:51
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Pero éstos, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, se fueron a Iconio.
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Hech 14:10
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le dijo en alta voz: Levántate y mantente derecho sobre tus pies. Y al instante saltó en pie, y echó a andar.
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Hech 16:24
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El cual, recibida esta orden, los metió en un profundo calabozo, con los pies en el cepo.
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Hech 16:29
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El carcelero entonces habiendo pedido luz, entró dentro, y estremecido se arrojó a los pies de Pablo y de Silas,
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Hech 21:11
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El cual, viniendo a visitarnos, cogió el ceñidor de Pablo, y atándose con él los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al hombre cuyo es este ceñidor, y entregarle han en manos de los gentiles.
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Rom 3:15
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son sus pies ligeros para ir a derramar sangre;
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Rom 16:20
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El Dios de la paz quebrante y abata presto a Satanás debajo de vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
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I Cor 12:21
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Ni puede decir el ojo a la mano: No necesito tu ayuda; ni la cabeza a los pies: No me sois necesarios.
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I Cor 15:25
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Entretanto debe reinar, hasta ponerle a todos los enemigos debajo de sus pies.
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I Cor 15:26
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Y la muerte será el último enemigo destruido; porque todas las cosas las sujetó Dios debajo de los pies de su Hijo. Mas cuando dice la Escritura:
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Ef 1:22
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Ha puesto todas las cosas bajo los pies de él, y le ha constituido cabeza de toda la Iglesia, así militante como triunfante,
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Ef 6:15
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y calzados los pies prontos a seguir y predicar el evangelio de la paz,
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I Tim 5:10
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Sus buenas obras den testimonio de ella, si ha educado bien a los hijos, si ha ejercitado la hospitalidad, si ha lavado los pies de los santos, si ha practicado toda suerte de virtudes.
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Heb 1:13
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En fin, ¿a qué ángel ha dicho jamás: Siéntate tú a mi diestra, mientras tanto que pongo a tus enemigos por tarima o estrado de tus pies?
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Heb 2:8
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Todas las cosas has sujetado a sus pies, o a su humanidad santísima. Conque si Dios todas las cosas ha sujetado a él, no ha dejado ninguna que no haya a él sometido. Ahora no vemos que todas las cosas le estén todavía sujetas.
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Heb 10:13
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aguardando entretanto lo que resta, es a saber, que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.
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Sant 2:3
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ponéis los ojos en el que viene con vestido brillante, y le decís: Siéntate tú aquí en este buen lugar, diciendo por el contrario al pobre: Tú estate allí en pie, o siéntate acá a mis pies,
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Apoc 1:15
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sus pies semejantes a bronce fino, cuando está fundido en horno ardiente; y su voz como el ruido de muchas aguas.
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Apoc 1:17
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Y así que le vi, caí a sus pies como muerto. Mas él puso su diestra sobre mí, diciendo: No temas. Yo soy el primero y el último, o principio y fin de todo;
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Apoc 2:18
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Y al ángel de la iglesia de Tiatira escríbele: Esto dice el Hijo de Dios, que tiene los ojos como llamas de fuego, y los pies semejantes al bronce fino:
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Apoc 3:9
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Yo voy a traer de la sinagoga de Satanás a los que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; como quiera yo haré que ellos vengan y se postren a tus pies, y entenderán con eso que yo te amo.
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Apoc 10:1
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Vi también a otro ángel valeroso bajar del cielo revestido de una nube, y sobre su cabeza el arco iris, y su cara era como el sol, y sus pies como columnas de fuego;
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Apoc 11:11
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Pero al cabo de tres días y medio entró en ellos por virtud de Dios el espíritu de vida. Y se alzaron sobre sus pies, con lo que un terror grande sobrecogió a los que los vieron.
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Apoc 12:1
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En esto apareció un gran prodigio en el cielo, una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas.
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Apoc 13:2
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Esta bestia que vi, era semejante a un leopardo, y sus pies como los de oso, y su boca como la de león. Y le dio el dragón su fuerza y su gran poder.
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Apoc 19:10
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Yo me arrojé luego a sus pies, para adorarle. Mas él me dijo: Guárdate de hacerlo, que yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos, los que mantienen el testimonio de Jesús . A Dios has de adorar. Porque el espíritu de profecía que hay en ti es el testimonio de Jesús .
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Apoc 22:8
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Y yo, Juan, soy el que he oído, y visto estas cosas. Y después de oídas y vistas, me postré ante los pies del ángel, que me las enseñaba, en acto de adorarle.
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