Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

pies

Ecli 51:20 Se regocijó con ella mi corazón; mis pies tomaron el camino recto; desde mi juventud iba yo en seguimiento de ella.
Isa 3:16 Y el Señor dijo también: Por cuanto se han empinado las hijas de Sión, y andan paseando con el cuello erguido, guiñando los ojos, y haciendo gestos con sus manos y ruido con sus pies, y caminan con pasos afectados:
Isa 6:2 Alrededor del solio estaban los serafines, cada uno de ellos tenía seis alas; con dos cubrían su rostro, y con dos cubrían los pies, y con dos volaban.
Isa 7:20 Aquel día el Señor por medio de una navaja alquilada, esto es, por medio de aquellos que habitan en la otra parte del río Eufrates, por medio del rey de los asirios, raerá todas las cabezas, el vello de los pies y todas las barbas.
Isa 19:15 Y Egipto no ejecutará cosa que tenga pies ni cabeza, ni el que manda ni el que obedece.
Isa 20:2 en aquel mismo tiempo habló el Señor a Isaías, hijo de Amós, diciendo: Ve y despójate de tu saco o sayal, y quita de tus pies el calzado. Y lo hizo así Isaías, yendo desnudo, o con sola la ropa interior, y descalzo.
Isa 26:6 La hollarán los pies, los pies del pobre; la pisarán los mendigos.
Isa 26:6 La hollarán los pies, los pies del pobre; la pisarán los mendigos.
Isa 28:3 La corona de soberbia de los embriagados de Efraín, será hollada con los pies.
Isa 37:25 Yo he abierto pozos y bebido sus aguas, y donde he puesto los pies con mi ejército he sacado todas las aguas de sus acequias o canales.
Isa 41:3 Los persiguió, pasó adelante sin desastre, tan velozmente que no se vio la huella de sus pies.
Isa 49:23 Y los reyes serán los que te alimenten, y las reinas tus amas de leche. Rostro por tierra te adorarán, y besarán el polvo de tus pies. Y entonces conocerás que yo soy el Señor. Y que no quedarán confundidos los que esperan en mí.
Isa 52:7 ¡Oh cuán hermosos son los pies de aquel que sobre los montes de Israel anuncia y predica la paz!, de aquel que anuncia la buena nueva, de aquel que pregona la salud, y dice ya a Sión: Reinará luego el Dios tuyo, y tú con él!
Isa 59:7 Sus pies corren a la maldad y se apresuran a derramar la sangre inocente; pensamientos nocivos son todos sus pensamientos. Por doquiera que pasan, dejan la desolación y el quebranto.
Isa 60:13 A ti vendrá lo más precioso del Líbano, y el abeto, y el ciprés, y el pino para servir todos juntos al adorno de mi santuario, y yo llenaré de gloria el lugar donde asentaré mis pies.
Isa 60:14 Y a ti vendrán y se te postrarán los hijos de aquellos que te abatieron, y besarán las huellas de tus pies todos los que te insultaban, y te llamarán la ciudad del Señor, y la Sión del Santo de Israel.
Isa 66:1 Esto dice el Señor: El cielo es mi solio, y la tierra peana de mis pies: ¿Qué casa, pues, es esa que vosotros edificaréis para mí, y cuál es aquel lugar donde he de fijar mi asiento?
Jer 13:16 Al contrario, dad gloria al Señor Dios vuestro, arrepentíos antes que vengan las tinieblas de la tribulación, y antes que tropiecen vuestros pies en montes cubiertos de espesas nieblas; entonces esperaréis la luz, y la trocará el Señor en sombra de muerte y en oscuridad.
Jer 14:10 Esto dice el Señor a ese pueblo que tanto gusta tener siempre en movimiento los pies, y no sosiega, y ha desagradado a Dios: Ahora se acordará el Señor de sus maldades y tomará cuentas de sus pecados.
Jer 18:22 Oiganse alaridos en sus casas. Porque tú has de conducir contra ellos súbitamente al salteador, contra ellos que cavaron la hoya para cogerme, y tendieron lazos ocultos para mis pies.
Jer 38:26 les has de responder: Postrado a los pies del rey le supliqué que no me hiciese conducir otra vez a la casa o cárcel de Jonatán, para no morirme yo allí.
Lam 1:9 Hasta sus pies llegan sus inmundicias; ella no se acordó de su fin; está profundamente abatida sin que haya quién la consuele. Mira, Señor, mira mi aflicción; porque el enemigo se ha engreído.
Lam 2:1 ¡Cómo cubrió el Señor de oscuridad en medio de su cólera a la hija de Sión! El ha arrojado del cielo a la tierra a la hermosa Israel; y no se ha acordado del estrado de sus pies, o de su santuario, en el día de su furor.
Lam 3:34 ni huella debajo de sus pies, como un tirano, todos los cautivos de la tierra,
Lam 4:18 Al andar por nuestras calles hallaban tropiezos nuestros pies; se acercó nuestro fin; se completaron nuestros días, pues ha llegado nuestro término.
Bar 6:16 Colocados que se hallan en una casa o templo, sus ojos se cubren luego del polvo que levantan los pies de los que entran.
Bar 6:25 Llevados son en hombros, como que no tienen pies; demostrando así a los hombres su vergonzosa impotencia. Avergonzados sean también aquellos que los adoran.
Ezeq 1:7 Sus pies eran derechos como los de un hombre, y la planta de sus pies como la planta del pie de un becerro, y despedían centellas, como se ve en un acero muy encendido.
Ezeq 1:7 Sus pies eran derechos como los de un hombre, y la planta de sus pies como la planta del pie de un becerro, y despedían centellas, como se ve en un acero muy encendido.
Ezeq 2:2 Y después que él hubo hablado, entró en mí el espíritu, y me puso sobre mis pies; y escuché al personaje que me hablaba,
Ezeq 3:24 Y entró en mí el Espíritu, y me puso sobre mis pies, y me habló, y me dijo: Ve, y enciérrate dentro de tu casa.
Ezeq 8:2 Y miré, y he aquí la imagen de un hombre que parecía de fuego: Desde la cintura a los pies era todo fuego, y desde la cintura arriba era como una luz resplandeciente, como electro que brilla.
Ezeq 24:17 Gemirás en secreto, no harás el duelo que se acostumbra por los muertos; no te quitarás la tiara, o turbante, ni el calzado de tus pies; no te cubrirás el rostro con velo, ni usarás de los manjares propios del tiempo de luto.
Ezeq 24:23 Tendréis la corona o turbante en vuestra cabeza, y calzados estarán vuestros pies; no os lamentaréis, ni lloraréis; sino que os consumiréis en vuestras maldades, y gemiréis, mirándoos atónitos uno a otro.
Ezeq 32:2 Hijo de hombre, entona una lamentación sobre el faraón, rey de Egipto, y le dirás así: A un león entre las gentes, y al dragón o monstruo que está en el mar entre los peces , te hiciste semejante; con tu gran poder todo lo revolvías en tus ríos, y enturbiabas con tus pies las aguas, y hollabas sus corrientes.
Ezeq 34:18 Pues, ¿no os bastaba tener buenos pastos? Pero vosotros también lo que os sobraba de ellos lo hollasteis con vuestros pies; y habiendo sido abrevados en aguas limpísimas, enturbiasteis con vuestros pies las que sobraban,
Ezeq 34:18 Pues, ¿no os bastaba tener buenos pastos? Pero vosotros también lo que os sobraba de ellos lo hollasteis con vuestros pies; y habiendo sido abrevados en aguas limpísimas, enturbiasteis con vuestros pies las que sobraban,
Ezeq 34:19 y muchas de mis ovejas tenían que apacentarse de lo que vosotros hollasteis con vuestros pies, y beber el agua que con vuestros pies habíais enturbiado.
Ezeq 34:19 y muchas de mis ovejas tenían que apacentarse de lo que vosotros hollasteis con vuestros pies, y beber el agua que con vuestros pies habíais enturbiado.
Ezeq 43:7 me dijo: Hijo de hombre, he aquí el lugar de mi trono, y el lugar donde asentaré mis pies, y donde tendré mi morada entre los hijos de Israel para siempre. Los de la familia de Israel no profanarán ya más mi santo Nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus fornicaciones o idolatrías, con los cadáveres de sus reyes y con los oratorios en los lugares altos.
Dan 2:33 y de hierro las piernas; y una parte de los pies era de hierro y la otra de barro.
Dan 2:34 Así la veías tú cuando, sin que mano alguna la moviese, se desgajó del monte una piedra, la cual hirió la estatua en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
Dan 2:41 Mas en cuanto a lo que has visto que una parte de los pies y de los dedos era de barro de alfarero y la otra de hierro, sepas que el reino, sin embargo, que tendrá origen de vena de hierro será dividido, conforme lo que viste del hierro mezclado con el barro cocido.
Dan 2:42 Y como los dedos de los pies en parte son de hierro y en parte de barro cocido, así el reino en parte será firme y en parte quebradizo.
Dan 3:20 Y dio orden a unos soldados de los más fuertes de su ejército para que atando de pies y manos a Sidrac, Misac y Abdénago, los arrojasen al horno de fuego ardiente.
Dan 7:4 La primera era como una leona, y tenía alas de águila; mientras yo la miraba, he aquí que le fueron arrancadas las alas, y se alzó de tierra, y se tuvo sobre sus pies como un hombre, y se le dio un corazón de hombre.
Dan 7:7 Después de esto estuve yo contemplando la visión nocturna; cuando he aquí que apareció una cuarta bestia terrible y prodigiosa, y extraordinariamente fuerte; la cual tenía grandes dientes de hierro, comía y despedazaba, y lo que le sobraba, lo hollaba con los pies; mas no se parecía a las otras bestias que antes había yo visto, y tenía diez astas.
Dan 7:19 Quise en seguida informarme por menor de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, y sobremanera horrorosa; cuyos dientes y uñas eran de hierro, y que comía y desmenuzaba, hollando con sus pies aquello que quedaba;
Dan 10:6 su cuerpo brillaba como el crisólito, y su rostro como un relámpago, y como dos ardientes antorchas así eran sus ojos; sus brazos y el resto del cuerpo hasta los pies era semejante al bronce reluciente; y el sonido de sus palabras como el ruido de un gran gentío.
Amós 2:15 No podrá resistir el que dispara el arco, no se salvará el ligero de pies, ni podrá el de a caballo ponerse a salvo.