Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

pies

II Rey 9:3 Le preguntó el rey: ¿Vive por ventura alguno de la casa de Saúl, para que pueda yo hacerle grandes mercedes? Le respondió Siba: Sí, señor; vive todavía un hijo de Jonatás, estropeado de los pies.
II Rey 9:13 Mas éste vivía en Jerusalén , porque todos los días comía a la mesa del rey. Era Mifiboset cojo de ambos pies.
II Rey 11:8 Dijo después David a Urías: Vete a tu casa; lava tus pies, y descansa. Salido que fue Urías de palacio, le envió el rey en seguida comida de su real mesa.
II Rey 14:33 Entonces Joab presentándose al rey le dio cuenta de todo esto; después de lo cual fue llamado Absalón, que entró donde el rey estaba, y arrojándose a sus pies lo adoró, y el rey besó a Absalón.
II Rey 19:18 atravesaron el vado, a fin de hacer pasar la familia del rey, y ponerse a sus órdenes. Luego que el rey hubo pasado el Jordán, Semei, hijo de Gera, postrándose a sus pies,
II Rey 19:24 También Mifiboset, hijo de Saúl, descendió al encuentro del rey, y en señal de dolor no se había lavado los pies, ni hecho la barba, ni mudado sus vestidos desde el día que salió el rey de Jerusalén , hasta que regresó felizmente.
II Rey 21:10 Pero Resfa, hija de Aya, tomando un saco de cilicio, los extendió a sus pies sobre una piedra, y se estuvo allí desde el principio de la siega hasta que cayó sobre los cadáveres lluvia del cielo, impidiendo que los devorasen de día las aves del cielo, y de noche las fieras.
II Rey 22:10 Abajó o hizo inclinar los cielos, y descendió, teniendo una densa niebla debajo de sus pies.
II Rey 22:34 Hizo mis pies tan ligeros como los de los ciervos; y al fin me colocó en el lugar elevado en que me hallo.
II Rey 22:37 Tú ensanchaste el camino debajo de mis pies, y no desfallecerán jamás mis plantas.
II Rey 22:39 Los consumiré y haré añicos, de suerte que no puedan ya reponerse. Caerán todos bajo mis pies.
II Rey 22:48 Tú, oh Dios, que me has vengado, y has derribado naciones a mis pies,
III Rey 2:5 Tú sabes ya cómo se ha portado conmigo Joab, hijo de Sarvia, y lo que hizo con los dos caudillos del ejército de Israel, Abner, hijo de Ner, y Amasa, hijo de Jeter, a los cuales asesinó, derramando su sangre en tiempo de paz, como se hace en la guerra, y ensangrentando el cinturón con que estaba ceñido, y el calzado que cubría sus pies.
III Rey 5:3 Bien sabes el deseo que tuvo mi padre David, y que no pudo edificar el templo al Nombre del Señor su Dios a causa de las guerras que tenía con sus vecinos, hasta que el Señor se los puso bajo las plantas de sus pies.
III Rey 14:12 Anda tú, pues, ahora, y vete a tu casa; y en el punto mismo que pongas tus pies en la ciudad, morirá el hijo,
III Rey 15:23 El resto de las acciones de Asa, y todas sus proezas, y cuanto hizo, y las ciudades que fundó, ¿no es así que está todo escrito en el Libro de los Anales de los Reyes de Judá? Asa, pues, siendo viejo adoleció de los pies,
IV Rey 4:27 Mas así que llegó al monte y a la presencia del varón de Dios, se echó a sus pies y acercándose Giezi para apartarla, le dijo el varón de Dios: Déjala, porque su alma está llena de amargura, y el Señor me la ha ocultado, y no me ha revelado nada de eso.
IV Rey 4:37 Se acercó ella, y se arrojó a sus pies, y lo veneró postrándose hasta el suelo; y tomando a su hijo, salió.
IV Rey 9:13 Se levantaron entonces a toda prisa, y tomando cada uno su propio manto, le pusieron debajo de los pies de Jehú en forma de tribunal; y a son de trompetas lo proclamaron, diciendo: Jehú es nuestro rey.
IV Rey 9:33 A los cuales dijo él: Arrojadla de ahí abajo. La arrojaron, y quedó la pared salpicada con su sangre; y la hollaron con sus pies los caballos.
IV Rey 9:35 Y habiendo ido para darle sepultura, no hallaron sino la calavera y los pies, y las extremidades de las manos.
I Par 20:6 Hubo además otra guerra en Get, donde se halló un hombre de grandísima estatura, con seis dedos en pies y manos, esto es, veinticuatro dedos en todo; el cual descendía también de la raza gigantesca de Rafa.
I Par 28:2 Y levantándose el rey, puesto en pie, dijo: Escuchadme, oh hermanos míos, y pueblo mío: Yo tuve intención de construir un templo en que fuese colocada el arca del Testamento del Señor, que es como la tarima de los pies de nuestro Dios, y tengo preparados todos los materiales que he podido para la construcción.
II Par 16:12 Cayó finalmente enfermo Asá el año treinta y nueve de su reinado, de un dolor de pies agudísimo; y ni aun en su dolencia recurrió al Señor, sino que confió más en el saber de los médicos.
II Par 24:17 Mas después de muerto Joíada entraron los príncipes de Judá a postrarse a los pies del rey; el cual, halagado con sus obsequios y lisonjeras razones, se dejó llevar de ellos.
II Esd 9:21 Por cuarenta años los alimentaste en el desierto, y nada les falto; sus vestidos no se gastaron, ni se lastimaron sus pies.
Tob 6:2 Y habiendo salido para lavarse los pies, he aquí que saltó un pez deforme para tragárselo;
Tob 6:4 Le dijo el ángel: Agárralo de las agallas, y tírale hacia ti. Lo que habiendo hecho lo sacó arrastrando a lo seco, y empezó a palpitar a sus pies.
Jud 1:3 Eran éstas cuadradas, y tenía cada lado la extensión de veinte pies; e hizo sus puertas a proporción de la altura de las torres.
Jud 6:9 por lo que declinando hacia un lado del monte, ataron a Aquior de pies y manos a un árbol; y así atado con cordeles lo dejaron, y se volvieron a su señor.
Jud 13:30 Pero luego que recobrando el aliento volvió en sí, se arrojó a los pies de Judit, y adorándola, dijo:"
Jud 14:5 Vosotros, advirtiendo que huyen, corred a su alcance sin ningún temor, porque el Señor hará que los holléis con vuestros pies.
Est 8:3 Mas no contenta con eso, se echó a los pies del rey, y con lágrimas en los ojos le habló y suplicó que mandase no tuviesen efecto los maliciosos designios de Amán, hijo de Agag, y las inicuas tramas que había urdido contra los judíos.
Est 13:13 (porque para salvar a Israel estaría pronto a besar de buena gana aun las huellas de sus pies);
Job 13:27 Has metido mis pies como en un cepo; has observado todas mis acciones y notado mis pisadas o procederes;
Job 18:8 Porque ha metido sus pies en la red, y anda enredado entre sus mallas.
Job 18:11 De todas partes le aterrarán espantos y temores, y le embarazarán sus pies.
Job 23:11 Mis pies han seguido sus huellas; he andado por sus caminos, sin desviarme nunca de ellos.
Job 29:6 cuando lavaba, por decirlo así, mis pies con la nata de la leche, y hasta las peñas me brotaban arroyos de aceite;
Job 29:15 Era yo ojos para el ciego y pies para el cojo.
Job 31:5 Si creéis que he seguido el camino de la vanidad, y que han corrido mis pies a urdir fraudes contra el prójimo,
Job 33:11 Ha puesto mis pies en un cepo, y estuvo observando todos mis pasos.
Job 39:18 Sin embargo, cuando llega la ocasión de verse perseguida, ayuda con las alas sus pies, y deja burlados al caballo y al caballero.
Salm 8:8 Todas ellas las pusiste a sus pies; todas las ovejas y bueyes, y aun las bestias del campo;
Salm 13:3 Todos se han extraviado, todos a una se hicieron inútiles; no hay quien obre bien, no hay siquiera uno. Su garganta es un sepulcro destapado; con sus lenguas están forjando fraudes; debajo de sus labios hay veneno de áspides. Llena está su boca de maldición y de amargura; sus pies son ligeros para ir a derramar sangre. Todos sus procederes se dirigen a afligir y oprimir al prójimo; nunca conocieron el sendero de la paz; no hay temor de Dios ante sus ojos.
Salm 16:5 Asegura constantemente mis pasos por tus senderos, a fin de que mis pies no resbalen.
Salm 17:10 Inclinó los cielos, y descendió, llevando una oscura niebla bajo sus pies.
Salm 17:34 que ha dado a mis pies la ligereza de los ciervos, y me ha colocado sobre las alturas.
Salm 17:37 Me fuiste abriendo paso por doquiera que iba, y no flaquearon mis pies.
Salm 17:39 Los destrozaré, no podrán resistir; caerán debajo de mis pies.