I Cor 14:35
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Que si desean instruirse en algún punto, pregúntenselo cuando estén en casa a sus maridos. Pues es cosa indecente en una mujer el hablar en la iglesia.
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Gál 3:28
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y ya no hay distinción de judío ni griego; ni de siervo ni libre; ni tampoco de hombre ni mujer. Porque todos vosotros sois una cosa en Jesucristo.
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Gál 4:4
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Mas cumplido que fue el tiempo, envió Dios a su Hijo, formado de una mujer, y sujeto a la ley,
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Ef 5:23
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por cuanto el hombre es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, que es su cuerpo místico, del cual él mismo es salvador .
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Ef 5:28
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Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos. Quien ama a su mujer, a sí mismo se ama.
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Ef 5:31
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Por eso está escrito: Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se juntará con su mujer, y serán los dos una carne.
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Ef 5:33
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Cada uno, pues, de vosotros ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer tema y respete a su marido.
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Ef 5:33
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Cada uno, pues, de vosotros ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer tema y respete a su marido.
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I Tim 2:12
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pues no permito a la mujer hacer de doctora en la iglesia, ni tomar autoridad sobre el marido; mas quédese callada en su presencia,
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I Tim 2:14
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y además Adán no fue engañado, mas la mujer, engañada por la serpiente, fue causa de la prevaricación del hombre.
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I Tim 3:2
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Por consiguiente es preciso que un obispo sea irreprensible, que no se haya casado sino con una sola mujer, sobrio, prudente, grave, modesto, casto, amante de la hospitalidad, propio y capaz para enseñar,
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I Tim 3:12
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Los diáconos sean esposos de una sola mujer, que gobiernen bien sus hijos y sus familias.
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Apoc 2:20
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Pero tengo contra ti alguna cosa, y es que permites a cierta mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñar y seducir a mis siervos, para que caigan en fornicación y coman de las cosas sacrificadas a los ídolos.
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Apoc 12:1
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En esto apareció un gran prodigio en el cielo, una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas.
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Apoc 12:4
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y su cola traía arrastrando la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó a la tierra; este dragón se puso delante de la mujer, que estaba para dar a luz a fin de tragarse al hijo, luego que ella lo hubiese dado a luz.
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Apoc 12:6
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Y la mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por espacio de mil doscientos sesenta días.
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Apoc 12:13
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Viéndose, pues, el dragón precipitado del cielo a la tierra, fue persiguiendo a la mujer, que había dado a luz aquel hijo varón.
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Apoc 12:14
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A la mujer se le dieron dos alas de águila muy grande, para volar al desierto a su sitio destinado, en donde es alimentada por un tiempo y dos tiempos, y la mitad de un tiempo, tres años y medio, lejos de la serpiente.
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Apoc 12:15
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Entonces la serpiente vomitó de su boca, en pos de la mujer, cantidad de agua como un río, a fin de que la mujer fuese arrebatada por la corriente.
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Apoc 12:15
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Entonces la serpiente vomitó de su boca, en pos de la mujer, cantidad de agua como un río, a fin de que la mujer fuese arrebatada por la corriente.
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Apoc 12:16
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Mas la tierra socorrió a la mujer, y abriendo su boca, se sorbió el río que el dragón arrojó de la suya.
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Apoc 12:17
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Con esto el dragón se irritó contra la mujer, y se marchó a guerrear contra los demás de la casta o linaje de ella, que guardan los mandamientos de Dios, y mantienen la confesión de Jesucristo.
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Apoc 17:3
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Y me arrebató en espíritu al desierto. Y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata, llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
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Apoc 17:4
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Y la mujer estaba vestida de púrpura, y de escarlata, y adornada de oro, y de piedras preciosas, y de perlas, teniendo en su mano una taza de oro, llena de abominación y de la inmundicia de sus fornicaciones.
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Apoc 17:6
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Y vi a esta mujer embriagada con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús . Y al verla quedé sumamente atónito.
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Apoc 17:7
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Mas el ángel me dijo: ¿De qué te maravillas? Yo te diré el misterio, o secreto, de la mujer y de la bestia de siete cabezas y diez cuernos, en que va montada.
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Apoc 17:9
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Aquí hay un sentido que está lleno de sabiduría. Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales la mujer tiene su asiento, y también son siete reyes.
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Apoc 17:18
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En fin, la mujer que viste, es aquella ciudad grande, que tiene imperio sobre los reyes de la tierra.
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