Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

hombre

I Rey 2:25 Si un hombre peca contra otro hombre, se puede alcanzar de Dios el perdón; mas si aquel hombre que será el mediador peca contra el Señor, ¿quién rogará por él? No escucharon los hijos de Helí la voz de su padre; porque el Señor había resuelto quitarles la vida.
I Rey 2:25 Si un hombre peca contra otro hombre, se puede alcanzar de Dios el perdón; mas si aquel hombre que será el mediador peca contra el Señor, ¿quién rogará por él? No escucharon los hijos de Helí la voz de su padre; porque el Señor había resuelto quitarles la vida.
I Rey 4:14 Helí, oído el clamor general, dijo: ¿Qué ruido tumultuoso es ese? Llegó entonces aquel hombre a toda prisa a Helí, y le dio la noticia.
I Rey 4:17 A lo que respondió el hombre que había traído la nueva, diciendo: Huyó Israel delante de los filisteos, y ha sido grande el destrozo del ejército; y además han quedado muertos tus dos hijos Ofni y Finees, y el arca de Dios ha sido robada.
I Rey 4:18 Apenas el hombre hubo nombrado el arca de Dios, cayó Helí de espaldas de la silla junto a la puerta, y quebrándose la cerviz, murió, siendo como era ya hombre anciano. Fue Helí juez de Israel cuarenta años.
I Rey 4:18 Apenas el hombre hubo nombrado el arca de Dios, cayó Helí de espaldas de la silla junto a la puerta, y quebrándose la cerviz, murió, siendo como era ya hombre anciano. Fue Helí juez de Israel cuarenta años.
I Rey 9:1 Vivía en esta sazón un hombre de la tribu de Benjamín, llamado Cis, hijo de Abiel, hijo de Seror, hijo de Becorat, hijo de Afía, hijo de Jémini, varón fuerte y valeroso.
I Rey 9:16 Mañana a esta misma hora te enseñaré un hombre de la tierra de Benjamín, y lo ungirás por caudillo de mi pueblo de Israel, y él salvará a mi pueblo de las manos de los filisteos; porque yo he vuelto mis ojos hacia el pueblo mío, por cuanto sus clamores han llegado hasta mí.
I Rey 9:17 Y así fue, que luego que Samuel vio a Saúl, le dijo el Señor: Ese es el hombre de quien te hablé; ése reinará sobre mi pueblo.
I Rey 10:6 Y te arrebatará el espíritu del Señor, y profetizarás con ellos, y quedarás mudado en otro hombre.
I Rey 11:7 tomó los dos bueyes, y los hizo trozos; los que envió por todos los confines de Israel por medio de unos mensajeros que dijesen: Así serán tratados los bueyes de todo aquel que no saliere a campaña, y no siguiere a Saúl y a Samuel. Con esto se apoderó del pueblo el temor del Señor, y salieron todos a una, como si fueran un hombre solo.
I Rey 14:24 Se reunieron entonces los israelitas; y Saúl juramentó al pueblo, diciendo: Maldito sea el hombre que probare bocado antes de la noche, hasta que yo me haya vengado de mis enemigos. Y toda la gente se abstuvo de comer.
I Rey 14:28 Entonces le advirtió uno del pueblo, diciéndole: Tu padre ha obligado al pueblo con juramento, diciendo: Maldito sea el hombre que probare hoy bocado. (Estaban ya todos desfallecidos).
I Rey 14:36 Dijo después Saúl: Echémonos esta noche sobre los filisteos, y acabemos con ellos antes que amanezca, sin dejar hombre con vida. Respondió el pueblo: Haz todo lo que bien te parezca. Mas el sacerdote dijo: Acerquémonos antes aquí a consultar a Dios.
I Rey 15:29 Y aquel Señor a quien se debe el triunfo de Israel, no te perdonará; ni se arrepentirá de esto; porque no es él un hombre para que tenga que arrepentirse.
I Rey 16:7 Respondió el Señor a Samuel: No mires a su buena presencia, ni a su grande estatura; porque no es ése el que he escogido; y yo no juzgo por lo que aparece a la vista del hombre; pues el hombre no ve más que lo exterior; mas el Señor ve en el fondo del corazón.
I Rey 16:7 Respondió el Señor a Samuel: No mires a su buena presencia, ni a su grande estatura; porque no es ése el que he escogido; y yo no juzgo por lo que aparece a la vista del hombre; pues el hombre no ve más que lo exterior; mas el Señor ve en el fondo del corazón.
I Rey 16:16 Si tú, Señor nuestro, lo mandas, tus siervos que tienes aquí delante, buscarán un hombre hábil en tocar el arpa, para que cuando el Señor permita que te agite el mal espíritu, la toque y sientas algún alivio.
I Rey 17:4 Y salió de los campamentos de los filisteos un hombre bastardo, llamado Goliat, natural de Get, cuya estatura era de seis codos y un palmo.
I Rey 17:8 Este hombre vino a presentarse delante de los escuadrones de Israel, dando voces y diciéndoles: ¿Por qué habéis venido para dar batalla? ¿No soy yo un filisteo, y vosotros siervos de Saúl? Escoged entre vosotros alguno que salga a combatir cuerpo a cuerpo.
I Rey 17:12 David, según queda dicho, era hijo de un varón efrateo, de la ciudad de Betlehem en Judá, llamado Isaí, el cual tenía ocho hijos, y era hombre anciano, y de los más avanzados en edad en el tiempo de Saúl.
I Rey 17:23 Aún no había acabado de hablar, cuando compareció aquel hombre llamado Goliat, filisteo, natural de Get, que salía del campamento de los filisteos, repitiendo los mismos insultos que siempre, los cuales oyó David.
I Rey 17:24 Todos los israelitas, así que vieron aquel hombre, huyeron de su presencia temblando de miedo.
I Rey 17:25 Y decía uno de los soldados de Israel: ¿No habéis visto ese hombre que se presenta al combate? Pues a insultar a Israel viene. Al que le matare le dará el rey grandes riquezas y a su hija por esposa, y eximirá de tributos en Israel la casa de su padre.
I Rey 22:1 ¿Nos faltan acaso dementes, que habéis traído también a éste para que hiciese locuras en mi presencia? ¿Un hombre semejante hallará entrada en mi casa?
I Rey 25:2 A la sazón vivía un hombre en el desierto de Maón, que tenía su hacienda en el Carmelo, el cual era sumamente rico, y tenía tres mil ovejas y mil cabras. Cabalmente hacía entonces esquilar sus rebaños en el Carmelo.
I Rey 25:3 Se llamaba este hombre Nabal, y su esposa Abigaíl, mujer de gran prudencia y hermosura; al contrario su marido era duro, y muy perverso y malicioso, el cual descendía del linaje de Caleb.
I Rey 25:29 Y si alguna vez se levantare algún hombre que te persiga y quisiere atentar contra tu vida, será guardada como en un ramillete de vivientes en el seno del Señor Dios tuyo; y al contrario el alma de tus enemigos será agitada y expelida de la vida como la piedra tirada con la honda.
I Rey 26:15 Le replicó David: ¿No eres tú un hombre de valor? ¿Y hay otro ninguno en Israel que te iguale? Pues, ¿cómo no has guardado al rey, tu señor, puesto que ha entrado uno de la plebe con intento de matar a tu señor el rey?
I Rey 27:9 Y asolaba David todo el país, sin dejar con vida hombre ni mujer; y llevándose ovejas y bueyes, y asnos, y camellos, y ropas, daba la vuelta y se presentaba a Aquis.
I Rey 27:11 No dejaba David hombre ni mujer con vida; ni conducía prisionero ninguno a Get. No sea caso, decía, que hablen contra nosotros. Esta era la conducta de David, y éste era su proceder todo el tiempo que habitó en el país de los filisteos.
I Rey 29:4 Mas los príncipes de los filisteos se irritaron contra él, y le dijeron: Retírese ese hombre, y quédese allá en el lugar que le señalaste, y no venga con nosotros a la guerra, no sea que comenzando el combate se revuelva contra nosotros; porque, ¿de qué otro modo podrá aplacar a su Señor, sino a costa de nuestras cabezas?
I Rey 30:11 Y hallaron en el campo un hombre egipcio, al cual llevaron a David; y le dieron pan para que comiese y agua para que aliviase su sed,
II Rey 1:2 cuando al tercer día compareció un hombre que venía del campamento de Saúl, rasgados sus vestidos y cubierta de polvo su cabeza; y acercándose a David, se postró sobre su rostro, haciéndole una profunda reverencia.
II Rey 1:13 Dijo después David al joven que había traído la noticia: ¿De dónde eres tú? Soy hijo, respondió de un hombre extranjero, amalecita.
II Rey 1:15 Y llamando a uno de sus soldados, le dijo: Arrójate sobre ese hombre, y mátalo. En efecto, se echó sobre él, y lo hirió, y lo mató;
II Rey 10:12 Pórtate como hombre de valor, y peleemos por nuestro pueblo y por la ciudad de nuestro Dios; por lo demás el Señor dispondrá lo que sea de su mayor agrado.
II Rey 12:5 Oído esto, David, altamente indignado contra aquel hombre, dijo a Natán: Vive Dios que hombre que tal hizo es reo de muerte.
II Rey 12:5 Oído esto, David, altamente indignado contra aquel hombre, dijo a Natán: Vive Dios que hombre que tal hizo es reo de muerte.
II Rey 12:7 Dijo entonces Natán a David: Ese hombre eres tú. Esto es lo que dice el Señor Dios de Israel: Yo te ungí rey de Israel, y te libré de la mano de Saúl.
II Rey 14:14 Todos nos vamos muriendo, y deslizando como el agua derramada por la tierra, la cual nunca vuelve atrás; ni Dios quiere que perezca ningún hombre, antes bien está propenso siempre a revocar la sentencia, a fin de que no perezca enteramente el que está abatido.
II Rey 14:25 No había en todo Israel hombre tan hermoso, ni de tan gallarda presencia como Absalón; desde la coronilla de la cabeza, no había en él el menor defecto.
II Rey 15:2 Y levantándose de madrugada, se ponía a la entrada de la puerta; y a todos los que tenían negocios de tratar, y venían a pedir justicia al rey, los llamaba Absalón, y les decía: ¿De dónde eres tú? Le respondía el hombre: Yo, siervo tuyo, soy de tal tribu de Israel.
II Rey 16:5 Llegó, pues, el rey David hasta Bahurim; y he aquí que salía de esta ciudad un hombre de la parentela de Saúl, llamado Semei, hijo de Gera; el cual lo seguía de cerca, echándole maldiciones.
II Rey 16:7 Estas eran las palabras que decia Semei, maldiciendo al rey: ¡Anda, anda, hombre sanguinario, hombre de Belial!
II Rey 16:7 Estas eran las palabras que decia Semei, maldiciendo al rey: ¡Anda, anda, hombre sanguinario, hombre de Belial!
II Rey 16:8 Ahora te ha dado el Señor el pago de toda la sangre derramada en casa de Saúl; por cuanto tú le usurpaste el reino, el Señor se lo ha traspasado a manos de tu hijo Absalón; mira cómo te ves oprimido de males, por haber sido tú un hombre sanguinario.
II Rey 17:3 Con lo cual conduciré otra vez a toda aquella gente, como se hace volver a un hombre solo; por cuanto tú no buscas sino una sola persona; y muerta ésta, todo el pueblo quedará en paz.
II Rey 17:8 Y añadió Cusai: No ignoras que tu padre y la gente que te sigue son varones muy esforzados, y en la actualidad de ánimo exasperado, como una osa embravecida en un bosque cuando le han robado sus cachorillos. Sobre todo, tu padre es un hombre aguerrido, y así no se detendrá con su gente.
II Rey 18:11 Respondió Joab al hombre que le daba la noticia: Si lo viste, ¿por qué no lo has cosido con la tierra a puñaladas, y yo te habría dado diez ciclos de plata, y te habría honrado con un cinturón?