Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

hombre

Prov 22:29 ¿Viste algún hombre puntual y expedito en sus negocios? Ese tendrá cabida con los reyes, y no quedará entre la plebe.
Prov 23:6 No vayas a comer con el hombre envidioso, ni desees su mesa;
Prov 24:9 Peca el necio hasta en lo que piensa; abominado es de los hombres todo hombre insolente.
Prov 24:12 Si dijeres: no alcanza a ello mis fuerzas, sábete que aquel que ve los corazones, lo conoce bien; y nada se le pasa por alto al salvador de tu alma, el cual ha de remunerar al hombre según sus obras.
Prov 25:10 No sea que éste después de haberlo sabido te insulte, y no cese de sonrojarte. El favor y la amistad libertan al hombre; procura conservar uno y otro para no caer en el desprecio.
Prov 25:12 La reprensión dada al sabio y al hombre de dócil oído, es una joya de oro y perla reluciente.
Prov 25:14 Nubes de viento, que no traen lluvia, es el hombre fanfarrón que no cumple sus promesas.
Prov 25:18 El hombre que atestigua falsamente contra su prójimo, es un martillo, un estoque, una aguda saeta.
Prov 25:19 El que confía en un hombre pérfido en el día de la tribulación, es como el que quiere valerse de un diente podrido o de una pierna rota,
Prov 25:20 o como el que pierde su capa cuando hace frío. El cantar letrillas a un corazón afligido o melancólico, es echar vinagre en el nitro, es atormentarle más. Como la polilla al vestido y la carcoma al madero, así la melancolía daña el corazón del hombre.
Prov 25:28 Como ciudad abierta y sin muros, tal es el hombre, que ofreciéndose a hablar, no puede reprimir su necia verbosidad.
Prov 26:9 La parábola o sentencia en boca del necio, hace lo que un espino o zarza que clava al hombre borracho que lo maneja.
Prov 26:12 ¿Has visto a un hombre que se precie de sabio? Pues más que de tal puede esperarse el acierto de un hombre que es y se reconoce ignorante.
Prov 26:12 ¿Has visto a un hombre que se precie de sabio? Pues más que de tal puede esperarse el acierto de un hombre que es y se reconoce ignorante.
Prov 26:19 así lo es el hombre que fraudulentamente hace daño a su amigo, y que cuando viene a ser descubierto da por excusa: yo lo hacía por chanza.
Prov 26:21 Como la brasa enciende el carbón, y el fuego las astillas, así el hombre iracundo enciende las riñas.
Prov 27:4 La ira y el furor exaltado no dejan lugar a la misericordia; pero el ímpetu de un hombre arrebatado de celos ¿quién podrá soportarlo?
Prov 27:8 Así como peligra el pájaro que sale de su nido, así el hombre que abandona su lugar.
Prov 27:17 El hierro con hierro se aguza, y el hombre aguza el ingenio de su amigo.
Prov 27:21 Como en la hornaza se prueba la plata, y en el crisol el oro, así se prueba el hombre por la boca del que le alaba. Va en busca de males el corazón del inicuo; pero el buen corazón inquiere la ciencia.
Prov 28:3 El hombre pobre que oprime a otros pobres para hacerse poderoso, es semejante a un recio aguacero que acarrea la carestía.
Prov 28:11 Se tiene por sabio el hombre rico; pero el pobre dotado de prudencia sabrá quitarle la máscara.
Prov 28:14 Bienaventurado el hombre que está siempre temeroso de ofender a Dios; pero el de corazón duro y descuidado se precipitará en la maldad.
Prov 28:17 Al hombre que, valiéndose de calumnias, derrama la sangre de una persona, aunque huyendo llegare hasta el borde de un abismo, nadie acudirá a detenerlo.
Prov 28:20 El hombre de un proceder leal será muy alabado; mas quien se afana demasiado por enriquecerse, no estará exento de culpa.
Prov 28:22 El hombre que tiene afán por enriquecerse y envidia a los otros, no se hace cargo de que le sobrevendrá de repente la pobreza.
Prov 29:1 Al hombre de dura cerviz, que desprecia al que le corrige, le sorprenderá de repente su total ruina, y no tendrá remedio.
Prov 29:3 El hombre que ama la sabiduría, es el consuelo de su padre; mas aquel que mantiene prostitutas, disipará su hacienda.
Prov 29:4 El rey justo hace felices sus estados; el hombre avariento los arruina vendiendo la justicia.
Prov 29:6 El hombre pecador e inicuo caerá en su mismo lazo; y el justo cantará himnos y se regocijará.
Prov 29:20 ¿Has visto tú algún hombre que se precipita para hablar? Antes se puede esperar la enmienda del necio que del locuaz.
Prov 29:22 Levanta quimeras el hombre colérico; y quien fácilmente se enoja estará más expuesto a pecar.
Prov 29:25 El que sólo al hombre teme, presto caerá; el que espera en el Señor será exaltado.
Prov 30:19 El rastro del águila en la atmósfera, el rastro de la culebra sobre la peña, el rastro de la nave en alta mar, y el proceder del hombre en la mocedad.
Ecle 1:3 ¿Qué saca el hombre de todo el trabajo con que se afana sobre la tierra o debajo de la capa del sol?
Ecle 1:8 Todas las cosas del mundo son difíciles: no puede el hombre comprenderlas ni explicarlas con palabras. Nunca se harta el ojo de mirar, ni el oído de oír cosas nuevas.
Ecle 2:12 Pasé de aquí a contemplar la sabiduría, y los errores, y la necedad de los mortales; (pero, ¿quién es el hombre, dije, para poder seguir las obras del rey, su Creador?)
Ecle 2:22 Porque ¿qué fruto saca el hombre de todos sus afanes y de la aflicción de ánimo con que se atormenta en este mundo?
Ecle 2:26 Dios, al hombre que le es grato, le da sabiduría, y ciencia, y contentamiento; mas al pecador le envía aflicción e inútiles cuidados de acumular y almacenar bienes para dejarlos a quien Dios quiera; lo que no menos es vanidad e inútil tormento de ánimo.
Ecle 3:9 Y al cabo, ¿qué fruto saca el hombre de su trabajo?
Ecle 3:13 Porque cualquier hombre que come y bebe, gozando del fruto de sus fatigas, de Dios recibe este don.
Ecle 3:19 Porque muere el hombre a semejanza de las bestias, y en tener que morir son ambos de igual condición; pues como el hombre muere, así mueren ellas; todos respiran de la misma manera; y el hombre, después del pecado, no tiene ninguna exención sobre las bestias; todo está sujeto a la vanidad del sepulcro,
Ecle 3:19 Porque muere el hombre a semejanza de las bestias, y en tener que morir son ambos de igual condición; pues como el hombre muere, así mueren ellas; todos respiran de la misma manera; y el hombre, después del pecado, no tiene ninguna exención sobre las bestias; todo está sujeto a la vanidad del sepulcro,
Ecle 3:19 Porque muere el hombre a semejanza de las bestias, y en tener que morir son ambos de igual condición; pues como el hombre muere, así mueren ellas; todos respiran de la misma manera; y el hombre, después del pecado, no tiene ninguna exención sobre las bestias; todo está sujeto a la vanidad del sepulcro,
Ecle 3:22 Entiendo, pues, que no hay cosa mejor para el hombre que atender con alegría a sus ocupaciones, y que ésta es su suerte mientras vive. Porque ¿quién podrá ponerlo en estado de conocer lo que ha de acontecer después de sus días?
Ecle 4:3 y juzgué más feliz que unos y otros al hombre que todavía está por nacer, ni ha visto los males que se hacen debajo del sol.
Ecle 4:8 Un hombre solo que no tiene heredero, ni hijo ni hermano; y sin embargo no cesa de afanarse, ni se hartan de bienes sus ojos; ni le ocurre el preguntarse a sí mismo: ¿Yo para quién trabajo? ¿Y por qué me privo del uso de estos bienes? Vanidad es ésta también y aflicción grandísima del ánimo.
Ecle 4:10 Si uno va a caer, el otro lo sostiene. Pero ¡ay del hombre que está solo!, pues si cae no tiene quién lo levante.
Ecle 5:17 Por tanto yo tengo por una cosa bien hecha el que el hombre coma y beba sobriamente, y disfrute con alegría del fruto de las fatigas que ha de soportar en este mundo durante los días de vida que Dios le conceda; y ésta es la suerte que le pertenece.
Ecle 5:18 Y cuando concede Dios a un hombre conveniencias y hacienda, dándole al mismo tiempo facultad para gozar de ellas, y disfrutar de la parte que le ha tocado, y alegrarse con el fruto de su trabajo, es esto un don de Dios.