Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

hombre

Lc 18:2 diciendo: En cierta ciudad había un juez, que ni tenía temor de Dios, ni respeto a hombre alguno.
Lc 18:4 Mas el juez en mucho tiempo no quiso hacérsela. Pero después dijo para consigo: Aunque yo no temo a Dios, ni respeto a hombre alguno,
Lc 18:8 Os aseguro que no tardará en vengarlos. Pero cuando viniere el Hijo del hombre, ¿os parece que hallará fe sobre la tierra?
Lc 18:31 Después tomando Jesús aparte a los doce apóstoles, les dijo: Ya veis que subimos a Jerusalén , donde se cumplirán todas las cosas que fueron escritas por los profetas acerca del Hijo del hombre;
Lc 19:2 Y he aquí que un hombre rico llamado Zaqueo, principal entre los publicanos,
Lc 19:7 Todo el mundo al ver esto, murmuraba diciendo que se había ido a hospedar en casa de un hombre de mala vida.
Lc 19:10 Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que había perecido.
Lc 19:12 Dijo, pues: Un hombre de ilustre nacimiento se marchó a una región remota para recibir el reino, y volver con ella.
Lc 19:21 porque tuve miedo de ti por cuanto eres hombre de un natural austero; tomas lo que no has depositado, y siegas lo que no has sembrado.
Lc 19:22 Le dijo el amo: ¡Oh mal siervo!, por tu propia boca te condeno; sabías que yo soy un hombre duro y austero, que me llevo lo que no deposité y siego lo que no he sembrado;
Lc 19:30 diciéndoles: Id a esa aldea de enfrente, donde al entrar hallaréis un burrito atado, en que ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y traedlo.
Lc 20:9 Luego comenzó a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, y la arrendó a ciertos viñaderos; y él se ausentó lejos de allí por una larga temporada.
Lc 21:27 Y entonces será cuando verán al Hijo del hombre venir sobre una nube con gran poder y majestad.
Lc 21:36 Velad, pues, orando en todo tiempo, a fin de merecer el evitar todos estos males venideros, y comparecer ante el Hijo del hombre.
Lc 22:10 Les respondió: Así que entrareis en la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa en que entre.
Lc 22:22 Verdad es que el Hijo del hombre, según está decretado, va a su camino; pero ¡ay de aquel hombre que le traicionará!
Lc 22:22 Verdad es que el Hijo del hombre, según está decretado, va a su camino; pero ¡ay de aquel hombre que le traicionará!
Lc 22:48 Y Jesús le dijo: ¡Oh Judas!, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?
Lc 22:58 De allí a poco mirándole otro, dijo: Si, tú también eres de aquéllos. Mas Pedro le respondió: ¡Oh hombre!, no lo soy.
Lc 22:69 Pero después de ahora, el Hijo del hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios.
Lc 23:4 Pilatos dijo a los príncipes de los sacerdotes y al pueblo: Yo no hallo delito alguno en este hombre.
Lc 23:6 Pilatos oyendo Galilea, preguntó si aquel hombre era galileo.
Lc 23:14 les dijo: Vosotros me habéis presentado este hombre como alborotador del pueblo, y he aquí que habiéndole yo interrogado en presencia vuestra, ningún delito he hallado en él, de los que le acusáis.
Lc 23:47 Así que vio el centurión lo que acababa de suceder, glorificó a Dios diciendo: Verdaderamente era éste un hombre justo.
Lc 24:7 diciendo: Conviene que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y crucificado, y que al tercer día resucite.
Jn 1:6 Hubo un hombre enviado de Dios que se llamaba Juan.
Jn 1:9 El Verbo era la luz verdadera, que cuanto es de sí alumbra a todo hombre que viene a este mundo.
Jn 1:13 Los cuales no nacen de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de querer de hombre, sino que nacen de Dios.
Jn 1:51 Y le añadió: En verdad, en verdad os digo, que algún día veréis abierto el cielo, y a los ángeles de Dios subir y bajar, sirviendo al Hijo del hombre.
Jn 2:25 y no necesitaba que nadie le diera testimonio acerca de hombre alguno, porque sabía él mismo lo que hay dentro de cada hombre.
Jn 2:25 y no necesitaba que nadie le diera testimonio acerca de hombre alguno, porque sabía él mismo lo que hay dentro de cada hombre.
Jn 3:1 Había un hombre en la secta de los fariseos, llamado Nicodemo, varón principal entre los judíos.
Jn 3:4 Le dijo Nicodemo: ¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Puede acaso volver otra vez al seno de su madre para renacer?
Jn 3:13 Ello es así que nadie subió al cielo, sino aquel que ha descendido del cielo, a saber, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
Jn 3:14 Al modo que Moisés en el desierto levantó en alto la serpiente de bronce, así también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto,
Jn 3:27 Pero Juan les respondió, y dijo: No puede el hombre atribuirse nada, si no le es dado del cielo.
Jn 4:29 Venid y veréis a un hombre que me ha dicho todo cuanto yo he hecho. ¿Será quizá éste el Cristo ?
Jn 4:50 Le dijo Jesús : Anda, que tu hijo está bueno. Creyó aquel hombre en la palabra que Jesús le dijo, y se puso en camino.
Jn 5:5 Allí estaba un hombre que treinta y ocho años hacía que se hallaba enfermo.
Jn 5:9 De repente se halló sano este hombre; y cogió su camilla, e iba caminando. Era aquel un día de sábado;
Jn 5:12 Le preguntaron entonces: ¿Quién es ese hombre que te ha dicho: Toma tu camilla y anda?
Jn 5:15 Gozoso aquel hombre, fue y declaró a los judíos, que Jesús era quien le había curado.
Jn 5:27 y le ha dado la potestad de juzgar en cuanto es Hijo del hombre.
Jn 5:34 Aunque yo no necesite testimonio de hombre; sino que digo esto para vuestra salvación.
Jn 6:27 Trabajad para tener no tanto el manjar que se consume, sino el que dura hasta la vida eterna, el cual os lo dará el Hijo del hombre, pues en éste imprimió su sello o imagen el Padre, que es Dios.
Jn 6:46 No porque algún hombre haya visto al Padre, excepto el que es hijo de Dios: éste sí que ha visto al Padre.
Jn 6:53 Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo, que si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y no bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros.
Jn 6:62 Pues, ¿qué será si viereis al Hijo del hombre subir a donde antes estaba?
Jn 7:12 Y era mucho lo que se susurraba de él entre el pueblo. Porque unos decían: Sin duda es hombre de bien. Otros al contrario: No, sino que trae embaucado al pueblo.
Jn 7:22 Mientras que, habiéndoos dado Moisés la ley de la circuncisión (no que traiga de él su origen, sino de los patriarcas), no dejáis de circuncidar al hombre aun en día de sábado.