Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Pues

Os 5:1 Escuchad esto, ¡oh sacerdotes! Tú, ¡oh casa de Israel!, oye con atención; atiende bien tú, ¡oh casa real!, porque a vosotros se os va a juzgar. Pues debiendo ser unos centinelas del pueblo, le habéis armado lazos, y sido para él como una red tendida por los cazadores sobre el monte Tabor.
Os 10:6 Pues el becerro fue transportado a Asiria, y sirvió de donativo o presente al rey que habían tomado por defensor, cubierto de ignominia quedará Efraín; Israel será afrentado por sus antojos.
Os 11:8 ¿Qué haré yo de ti, oh Efraín? ¿Seré yo tu protector, oh Israel? Pues qué ¿podré yo tratarte como a Adama, ni ponerte como puse a Seboim? ¡Ah! mis entrañas se conmueven dentro de mí, yo me siento como arrepentido.
Joel 1:6 Pues va viniendo hacia mi tierra una gente fuerte e innumerable; como de león así son sus dientes; son sus muelas como de un joven y robusto león.
Amós 4:13 Pues he aquí que viene aquel que forma los montes y crea los vientos, el cual anuncia a los hombres su palabra o Verbo eterno, aquel que produce la niebla de la mañana, y el que pisa con sus pies las alturas de la tierra, aquel que tiene por nombre Señor Dios de los ejércitos.
Amós 6:10 Y algún pariente suyo los tomará uno después de otro, y los quemará, y sacará los huesos fuera de la casa para enterrarlos, y dirá después al que está en el fondo de la casa: ¿Tienes todavía aquí dentro algún otro cadáver? Y responderá el de adentro: No hay más. Y aquel pariente le dirá: Pues calla, y no tienes ya que hacer mención del Nombre del Señor.
Amós 6:13 Vosotros fundáis sobre la nada vuestra alegría, y decís: Pues qué ¿no nos ha hecho poderosos nuestra fortaleza?
Amós 7:8 Y me dijo el Señor: ¿Qué es lo que ves, Amós? Y respondí yo: Una llana de albañil. Pues he aquí, dijo el Señor, que yo voy a arrojar la llana en medio de mi pueblo de Israel; y jamás volveré a embarrar sus muros.
Amós 9:7 Pues vosotros, ¡oh hijos de Israel!, dice el Señor, ¿no sois lo mismo para conmigo que los hijos de los etíopes? ¿No hice yo salir a Israel de Egipto, al modo que transporté de la Capadocia a los palestinos, y de Cirene a los siros?
Amós 9:9 Pues he aquí que por orden mía será agitada en medio de todas las naciones la casa de Israel, como se zarandea el trigo en un harnero, y no caerá por tierra un solo granito.
Abd 1:11 Pues en aquel día en que tomaste las armas contra él, cuando los extranjeros o caldeos hacían prisionero su ejército, y entraban en sus ciudades, y echaban suerte sobre los despojos de Jerusalén , tú también eras como uno de ellos.
Jon 1:11 Entonces le dijeron: ¿Qué haremos de ti, a fin de que el mar se nos aplaque? Pues el mar iba embraveciéndose cada vez más.
Miq 2:7 Pues la casa de Jacob va diciendo: Qué, ¿por ventura se ha disminuido el espíritu misericordioso del Señor, o pueden ser tales sus designios? Pero ¿acaso no hablo yo, responde Dios, con benignidad a aquellos que andan por el recto camino?
Miq 3:11 Sus príncipes o jueces se dejan cohechar en los juicios; y sus sacerdotes predican por interés, y por el dinero adivinan sus profetas; y no obstante se apoyan en el Señor, diciendo: Pues qué, ¿acaso no está el Señor en medio de nosotros? No temáis, ningún mal nos vendrá.
Miq 7:6 Pues el hijo ultraja al padre y se rebela contra su madre la hija, y contra su suegra la nuera; son enemigos del hombre los mismos de su casa o familia.
Nah 2:13 Pues heme aquí contra ti, dice el Señor de los ejércitos. Yo reduciré a humo tus carros de guerra, y la espada devorará tus jóvenes o vigorosos leones, y arrancaré de la tierra tus rapiñas, y no se oirá ya más la voz blasfema de tus embajadores.
Hab 1:6 Pues he aquí que yo haré venir a los caldeos, nación fiera y veloz, que recorre toda la tierra para alzarse con las posesiones ajenas.
Hab 2:14 Pues la tierra será inundada de enemigos, al modo que el mar está cubierto de aguas; a fin de que sea conocida la gloria del Señor.
Sof 2:13 Pues el caldeo extenderá su mano contra el Aquilón, y exterminará a los asirios, y convertirá la hermosa ciudad de Nínive en una soledad, y en un país despoblado y desierto.
Ag 2:5 Pues ahora, ¡oh Zorobabel!, ten buen ánimo, dice el Señor, buen ánimo también, ¡oh Josué, hijo de Josedec, sumo sacerdote; y buen ánimo tú, pueblo todo del país!, dice el Señor de los ejércitos, y cumplid, pues yo estoy con vosotros, dice el Señor de los ejércitos,
Ag 2:20 ¿No veis cómo aún no han nacido las simientes, y que las viñas, y las higueras, y los granados, y los olivos no están en flor? Pues yo desde este día les echaré mi bendición.
Zac 1:6 Pues las palabras mías y los decretos míos, comunicados a mis siervos los profetas, ¿por ventura no alcanzaron a vuestros padres? Ellos se convirtieron y dijeron: El Señor de los ejércitos ha hecho con nosotros aquello mismo que pensó hacer en vista de nuestras obras y de nuestros procederes.
Zac 4:10 Porque ¿quién es el que hacía poco caso de los cortos progresos en los primeros días? Pues éste tal se alegrará y verá la piedra de plomo o la plomada en la mano de Zorobabel. Estos (las siete luces), son los siete ojos del Señor, que recorren toda la tierra.
Zac 4:13 Y contestó diciéndome: Pues qué ¿no sabes lo que es esto? No, mi señor, dije.
Zac 8:14 Pues esto dice el Señor de los ejércitos: Al modo que yo determiné castigaros, dice el Señor, por haber vuestros padres provocado mi indignación,
Zac 10:10 Pues yo los traeré de la tierra de Egipto, y los recogeré a la Asiria, y los conduciré a la tierra de Galaad y del Líbano, y no se hallará bastante lugar para ellos.
Zac 11:6 Pues tampoco yo tendré más compasión de los moradores de esta tierra, dice el Señor, he aquí que yo abandonaré estos hombres cada uno en poder del vecino y en poder de su rey, y su país quedará asolado, y no los libraré de las manos de ellos.
Zac 13:6 Y le dirán: ¿Pues qué llagas o cicatrices son ésas en medio de tus manos? Y responderá: En la casa de aquellos que me amaban me hicieron estas llagas.
Mal 1:2 Yo os amé, dice el Señor, y vosotros habéis dicho: ¿En qué nos amaste? Pues qué, dice el Señor, ¿no era Esaú hermano de Jacob , y yo amé más a Jacob ,
Mal 1:13 Y vosotros decís: He aquí el fruto de nuestro trabajo; y lo envilecéis, dice el Señor de los ejércitos, y ofrecéis la res coja y enferma, y me presentáis una ofrenda de lo que habéis robado. Pues qué, ¿he de aceptarla yo de vuestra mano?, dice el Señor.
Mal 2:10 Pues qué, ¿no es uno mismo el padre de todos nosotros? ¿No es un mismo Dios el que nos ha creado? ¿Por qué, pues, desdeña cada uno de nosotros a su hermano, quebrantando la alianza de nuestros padres?
Mal 2:15 Pues, ¿no la hizo a ella aquel Señor que es uno? ¿Y no es ella una partícula de su espíritu? Y aquel uno ¿qué es lo que quiere, sino una prole o linaje de Dios? Guardad, pues, custodiad vuestro espíritu, y no despreciéis la mujer que tomasteis en vuestra juventud.
I Mac 12:23 Pues nosotros desde luego os respondemos: Nuestros ganados y nuestros bienes vuestros son, y nuestros los vuestros; y esto es lo que les encargamos que os digan.
I Mac 14:40 Pues oyó que los judíos habían sido declarados amigos, y aliados, y hermanos de los romanos; y que éstos habían recibido con gran honor a los embajadores de Simón;"
II Mac 1:14 Pues habiendo ido el mismo Antíoco con sus amigos a aquel lugar o templo, como para desposarse con ella, y recibir gran suma de dinero a título de dote,
II Mac 3:39 Pues aquel mismo que tiene su morada en los cielos, está presente y protege aquel lugar, y castiga y hace perecer a los que van a hacer allí algún mal."
II Mac 4:12 Pues tuvo el atrevimiento de establecer bajo del alcázar mismo de Jerusalén un gimnasio, y de exponer en lugares infames la flor de la juventud;
II Mac 12:44 (Pues si no esperara que los que habían de resucitar, habría tenido por cosa superflua e inútil rogar por los difuntos),"
II Mac 15:5 Pues yo, les replicó él, soy poderoso sobre la tierra, y mando que se tomen las armas, y que se ejecuten las órdenes del rey. Mas a pesar de eso, no pudo Nicanor efectuar sus designios,
II Mac 15:40 Pues así como es cosa dañosa beber siempre vino, o siempre agua, al paso que es grato el usar ora de uno, ora de otra, así también un discurso gustaría poco a los lectores si el estilo fuese siempre muy peinado y uniforme. Y con esto doy fin.
Mt 6:26 Mirad las aves del cielo cómo no siembran, ni siegan, ni tienen graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿Pues no valéis vosotros mucho más sin comparación que ellas?
Mt 6:30 Pues si una hierba del campo que hoy es, o florece, y mañana se echa en el horno, Dios así la viste, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?
Mt 7:11 Pues si vosotros siendo malos sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará cosas buenas a los que se las pidan?
Mt 8:9 Pues aun yo, que no soy más que un hombre sujeto a otros, tengo soldados a mi mando, digo al uno: Marcha, y él marcha, y al otro: Ven, y viene; y a mi criado: Haz esto, y lo hace.
Mt 9:6 Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra potestad de perdonar pecados, levántate, dijo al mismo tiempo al paralítico, toma tu lecho y vete a tu casa.
Mt 11:10 Pues él es de quien está escrito: Mira que yo envío mi ángel ante tu presencia, el cual irá delante de ti disponiéndote el camino.
Mt 12:6 Pues yo os digo que aquí está uno que es mayor que el templo.
Mt 12:12 ¿Pues cuánto más vale un hombre que una oveja? Luego es lícito hacer el bien en día de sábado.
Mt 13:17 Pues en verdad os digo que muchos profetas y justos ansiaron ver lo que vosotros estáis viendo, y no lo vieron, y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Mt 13:56 Y sus primas hermanas, ¿no viven todas entre nosotros? Pues, ¿de dónde le vendrán a éste todas esas cosas?