Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

David

I Rey 25:43 Además de ella, tomó David a Aquinoam, natural de Jezrael, y ambas fueron esposas suyas.
I Rey 25:44 Pero ya antes Saúl había dado su hija Micol, mujer de David, a Falti, hijo de Lais, que era de Gallim.
I Rey 26:1 Y otra vez vinieron los zifeos a Gabaa, y dijeron a Saúl: Mira que David está escondido en el cerro de Haquila, enfrente del desierto.
I Rey 26:2 Con esto Saúl se puso en camino, y acompañado de tres mil hombres escogidos de todo Israel, bajó al desierto de Zif para ir en busca de David.
I Rey 26:3 Acampó Saúl en Gabaa o cerro de Haquila, frente por frente del desierto, sobre el camino; y estaba David en dicho desierto. Mas oyendo que Saúl había venido allí en su seguimiento,
I Rey 26:6 dijo David al heteo Aquimelec, y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab: ¿Quién quiere venir conmigo al campamento de Saúl? Respondió Abisai: Yo iré contigo.
I Rey 26:7 Fueron, pues, David y Abisai de noche al campamento, y hallaron a Saúl echado y durmiendo en su tienda, y la lanza hincada en tierra a su cabecera; y Abner con la tropa, que dormían alrededor de Saúl.
I Rey 26:8 Dijo entonces Abisai a David: Dios ha puesto hoy en tus manos a tu enemigo; ahora, pues, voy a clavarlo en tierra de una sola lanzada, y no será menester repetir golpe.
I Rey 26:9 Mas David dijo a Abisai: De ningún modo lo mates; porque, ¿quién podrá alzar, sin pecado, su mano contra el ungido del Señor?
I Rey 26:12 Se llevó, pues, David la lanza y el jarro del agua que tenía Saúl junto a su cabeza y se fueron, sin que hubiese persona que los viese, ni sintiese, o que despertase; sino que todos dormían poseídos de un sueño profundo que el Señor les había enviado.
I Rey 26:13 David, pues, cuando hubo pasado a la parte opuesta, se paró a lo lejos en lo alto del cerro, habiendo entre él y el campamento enemigo un gran trecho;
I Rey 26:15 Le replicó David: ¿No eres tú un hombre de valor? ¿Y hay otro ninguno en Israel que te iguale? Pues, ¿cómo no has guardado al rey, tu señor, puesto que ha entrado uno de la plebe con intento de matar a tu señor el rey?
I Rey 26:17 Reconoció Saúl la voz de David, y le dijo: ¿No es esta tu voz, hijo mío David? Y David respondió: Mi voz es, señor y rey mío,
I Rey 26:17 Reconoció Saúl la voz de David, y le dijo: ¿No es esta tu voz, hijo mío David? Y David respondió: Mi voz es, señor y rey mío,
I Rey 26:17 Reconoció Saúl la voz de David, y le dijo: ¿No es esta tu voz, hijo mío David? Y David respondió: Mi voz es, señor y rey mío,
I Rey 26:21 Y dijo Saúl: He pecado, vuelve, hijo mío David, que no te haré mal ninguno de este día en adelante; visto que has mirado hoy con tanto aprecio mi vida, que bien se ve cuán neciamente he procedido, y que he sido mal informado en muchísimas cosas.
I Rey 26:22 A lo que respondiendo David, dijo: Aquí está la lanza del rey; pase acá uno de los criados, y llévela.
I Rey 26:25 Por último dijo Saúl a David: Bendito seas, hijo mío David; sin duda ejecutarás tus grandes empresas, y será grande tu poder. Después David se fue por su camino, y Saúl volvió a su casa.
I Rey 26:25 Por último dijo Saúl a David: Bendito seas, hijo mío David; sin duda ejecutarás tus grandes empresas, y será grande tu poder. Después David se fue por su camino, y Saúl volvió a su casa.
I Rey 26:25 Por último dijo Saúl a David: Bendito seas, hijo mío David; sin duda ejecutarás tus grandes empresas, y será grande tu poder. Después David se fue por su camino, y Saúl volvió a su casa.
I Rey 27:1 Mas David dijo en su corazón: Al fin algún día vendré a caer en manos de Saúl. ¿No me vale más huir y ponerme a salvo en tierra de los filisteos, para que Saúl pierda las esperanzas y cese de andarme buscando por todo el país de Israel? Huiré, pues, de sus dominios.
I Rey 27:2 Y así David partió con sus seiscientos hombres, y se fue a Aquis, rey de Get, hijo de Maoc.
I Rey 27:3 Y habitó David en Get con Aquis, él y los suyos, cada cual con su famila, y David con sus dos esposas Aquinoam jezraelita, y Abigaíl, viuda de Nabal del Carmelo.
I Rey 27:3 Y habitó David en Get con Aquis, él y los suyos, cada cual con su famila, y David con sus dos esposas Aquinoam jezraelita, y Abigaíl, viuda de Nabal del Carmelo.
I Rey 27:4 Dieron noticia a Saúl de que David había huido a Get; con lo que no cuidó más de buscarle.
I Rey 27:5 David dijo a Aquis: Si he hallado gracia ante tus ojos, déseme habitación en una de las ciudades de este país para morar allí, pues ¿a qué fin residirá tu siervo en la corte del rey?
I Rey 27:7 El tiempo en que vivió David en tierra de los filisteos, fue de cuatro meses;
I Rey 27:8 durante los cuales salía David con su gente a hacer correrías sobre Gesuri y Gerzi y sobre los amalecitas; porque antiguamente estaban aquellas aldeas por estos pueblos desde el camino del sur hasta la tierra de Egipto.
I Rey 27:9 Y asolaba David todo el país, sin dejar con vida hombre ni mujer; y llevándose ovejas y bueyes, y asnos, y camellos, y ropas, daba la vuelta y se presentaba a Aquis.
I Rey 27:10 Y le decía Aquis: ¿Hacia qué lado te has dejado caer hoy? David le respondía: Hacia la parte meridional de Judá; o bien hacia el mediodía de Jerameel; o hacia el mediodía de Ceni.
I Rey 27:11 No dejaba David hombre ni mujer con vida; ni conducía prisionero ninguno a Get. No sea caso, decía, que hablen contra nosotros. Esta era la conducta de David, y éste era su proceder todo el tiempo que habitó en el país de los filisteos.
I Rey 27:11 No dejaba David hombre ni mujer con vida; ni conducía prisionero ninguno a Get. No sea caso, decía, que hablen contra nosotros. Esta era la conducta de David, y éste era su proceder todo el tiempo que habitó en el país de los filisteos.
I Rey 27:12 Por donde Aquis vino a fiarse de David, diciendo entre sí: Muchos son los daños que ha hecho contra su pueblo de Israel; y por lo mismo se quedará ya para siempre adicto a mi servicio.
I Rey 28:1 Acaeció aquellos días que los filisteos reunieron fuerzas para prepararse a la guerra contra Israel; y dijo Aquis a David: Ten entendido que saldrás conmigo a campaña, tú y los tuyos.
I Rey 28:2 Respondió David: Ahora verás lo que hará tu siervo. Y yo, le dijo Aquis, te confiaré para siempre mi guarda personal.
I Rey 28:17 Porque el Señor te tratará como te predije yo de su parte. Arrancará de tus manos el reino, y lo dará a tu prójimo, a David, tu yerno,
I Rey 29:2 Los sátrapas de los filisteos marchaban al frente de sus tropas, divididas en compañías de a ciento, y regimientos de a mil hombres; mas David y su gente iban en la retaguardia con Aquis.
I Rey 29:3 Y dijeron los príncipes de los filisteos a Aquis: ¿Qué hacen aquí esos hebreos? Les respondió Aquis: Pues, ¿no conocéis a David que sirvió a Saúl, rey de Israel, y está en mi compañía días hace, o ya años, sin que haya yo tenido queja de él desde el día que se pasó a mí hasta el presente?
I Rey 29:5 ¿No es éste aquel David de quien cantaban a coros en las danzas: Saúl mató a mil, y David mató a diez mil?
I Rey 29:5 ¿No es éste aquel David de quien cantaban a coros en las danzas: Saúl mató a mil, y David mató a diez mil?
I Rey 29:6 Llamó, pues, Aquis a David, y le dijo: Vive el Señor que tú eres justo y bueno en mis ojos; y que es tal la conducta que has observado en el ejército, que no he hallado en ti falta ninguna, desde el día en que te pasaste a mí hasta el presente; pero no eres del gusto de los sátrapas.
I Rey 29:8 Dijo David a Aquis: Pues, ¿qué he hecho yo, y qué has visto en mí, siervo tuyo, desde el día en que me presenté a ti hasta hoy, para que no pueda yo ir a pelear contra los enemigos del rey mi señor?
I Rey 29:11 Se levantó, pues, David con su gente siendo aún de noche, para partir por la mañana, y volverse al país de los filisteos. Mas los filisteos subieron a Jezrael.
I Rey 30:1 David y los suyos llegaron a los tres días a Siceleg, cuando ya los amalecitas habían hecho una incursión por la parte del mediodía hasta Siceleg, tomando esta ciudad, y le habían prendido fuego,
I Rey 30:3 Pues como David y su gente llegasen a la ciudad, y la encontrasen abrasada, y que sus mujeres, sus hijos e hijas habían sido llevadas cautivas,
I Rey 30:4 levantaron el grito David y la tropa que le acompañaba, desechos en lágrimas hasta más no poder.
I Rey 30:5 También las dos esposas de David, Aquinoam la jezraelita, y Abigaíl, la viuda de Nabal del Carmelo habían sido hechas cautivas.
I Rey 30:6 Y se halló David en extremo angustiado, porque el pueblo trataba de apedrearlo, estando todos poseídos de la mayor amargura por la pérdida de sus hijos e hijas. Pero David puso su confianza, y se confortó en el Señor Dios suyo.
I Rey 30:6 Y se halló David en extremo angustiado, porque el pueblo trataba de apedrearlo, estando todos poseídos de la mayor amargura por la pérdida de sus hijos e hijas. Pero David puso su confianza, y se confortó en el Señor Dios suyo.
I Rey 30:7 Y dijo a Abiatar sumo sacerdote, hijo de Abimelec: Tráeme el efod. Y Abiatar trajo a David el efod.