I Rey 23:14
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Por lo que dispuso David marcharse de allí con toda su gente, que eran como unos seiscientos hombres; y saliendo de Ceila, andaban de una a otra parte sin asiento fijo. Tuvo Saúl aviso de que había huido David de Ceila, se había puesto a salvo; por lo cual aparentó no querer moverse.
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I Rey 23:14
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Por lo que dispuso David marcharse de allí con toda su gente, que eran como unos seiscientos hombres; y saliendo de Ceila, andaban de una a otra parte sin asiento fijo. Tuvo Saúl aviso de que había huido David de Ceila, se había puesto a salvo; por lo cual aparentó no querer moverse.
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I Rey 23:15
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Entretanto estaba David en el desierto en lugares muy fuertes, y se fijó en el monte del desierto de Zif, monte muy espeso. Saúl entretanto no cesaba de buscarlo; mas el Señor siempre lo libertó de sus manos.
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I Rey 23:16
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Y supo David que Saúl había salido para quitarle la vida; por lo que se mantuvo en el desierto de Zif, escondido en el bosque.
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I Rey 23:19
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Renovaron entonces los dos su alianza en presencia del Señor; y David se quedó en el bosque, pero Jonatás volvió a su casa.
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I Rey 23:20
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Mas los zifeos fueron a encontrar a Saúl en Gabaa, y le dijeron: ¿No sabes que David está escondido entre nosotros en los parajes más fuertes del bosque, hacia el cerro de Haquila, que cae a mano derecha del desierto.
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I Rey 23:25
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Con esto se despidieron, y volvieron a Zif delante de Saúl. Estaban entonces David y su gente en el desierto de Maón, y se quedó allí. Enterado de ello Saúl, fue en persecución de David en el desierto de Maón.
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I Rey 23:25
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Con esto se despidieron, y volvieron a Zif delante de Saúl. Estaban entonces David y su gente en el desierto de Maón, y se quedó allí. Enterado de ello Saúl, fue en persecución de David en el desierto de Maón.
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I Rey 23:26
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Iba Saúl por un lado del monte, y David con los suyos por el otro, y ya no tenía esperanza de poder escapar de las manos de Saúl; pues éste con su gente tenía encerrado a David y a los suyos, como en un círculo, para cogerlos en medio.
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I Rey 23:26
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Iba Saúl por un lado del monte, y David con los suyos por el otro, y ya no tenía esperanza de poder escapar de las manos de Saúl; pues éste con su gente tenía encerrado a David y a los suyos, como en un círculo, para cogerlos en medio.
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I Rey 23:28
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Con esta nueva, desistiendo Saúl de perseguir a David, se volvió y marchó contra los filisteos. Por donde llamaron a aquel sitio la Peña de Separación.
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I Rey 23:29
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No obstante, se retiró David de allí, y fue a vivir en los lugares más fuertes de Engaddi.
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I Rey 24:1
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Y como Saúl volviese de haber perseguido a los filisteos, le avisaron, diciendo: Mira que David está en el desierto de Engaddi.
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I Rey 24:2
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Tomando, pues, Saúl tres mil hombres escogidos en todo Israel, salió en busca de David y de su gente; yendo hasta por las rocas más escarpadas, accesibles sólo a las cabras monteses.
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I Rey 24:3
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Y llegó a unas majadas de ovejas, que encontró en el camino. Había allí una cueva, donde entró Saúl a desocupar el vientre; y David estaba con los suyos escondido en lo más profundo de ella.
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I Rey 24:4
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Le dijeron, pues, a David, sus criados: He aquí el día feliz del cual te dijo el Señor: Yo pondré en tus manos a tu enemigo, para que hagas de él lo que gustares. Entonces David se levantó, y cortó sin ser sentido la orla del manto de Saúl.
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I Rey 24:4
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Le dijeron, pues, a David, sus criados: He aquí el día feliz del cual te dijo el Señor: Yo pondré en tus manos a tu enemigo, para que hagas de él lo que gustares. Entonces David se levantó, y cortó sin ser sentido la orla del manto de Saúl.
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I Rey 24:5
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E inmediatamente le remordió a David su conciencia de haber cortado la orla del manto de Saúl,
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I Rey 24:7
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Y contuvo David con sus palabras a los suyos, no permitiéndoles que se echasen sobre Saúl. Saliendo, pues, éste de la cueva proseguía el camino comenzado;
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I Rey 24:8
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cuando se fue también David en pos de Saúl, y salido ya fuera, dio voces a espaldas de Saúl, diciendo: Mi rey y señor. Volvió Saúl la cabeza, y postrándose David hasta el suelo, le hizo una profunda reverencia.
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I Rey 24:8
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cuando se fue también David en pos de Saúl, y salido ya fuera, dio voces a espaldas de Saúl, diciendo: Mi rey y señor. Volvió Saúl la cabeza, y postrándose David hasta el suelo, le hizo una profunda reverencia.
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I Rey 24:9
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Y dijo a Saúl: ¿Por qué das oídos a las palabras de aquellos que te dicen: David anda maquinando tu ruina?
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I Rey 24:16
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Luego que David acabó de hablar tales palabras a Saúl, dijo éste: ¿No es esta voz la tuya, hijo mío David? Y al mismo tiempo lanzó Saúl un grito, y comenzó a llorar.
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I Rey 24:16
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Luego que David acabó de hablar tales palabras a Saúl, dijo éste: ¿No es esta voz la tuya, hijo mío David? Y al mismo tiempo lanzó Saúl un grito, y comenzó a llorar.
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I Rey 24:17
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Y dijo a David: Más justo eres tú que yo; porque tú no me has hecho sino bienes, y yo te he pagado con males.
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I Rey 24:22
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Y se lo juró David. Con lo cual se retiró Saúl a su casa; pero David y los suyos subieron a lugares más seguros.
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I Rey 24:22
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Y se lo juró David. Con lo cual se retiró Saúl a su casa; pero David y los suyos subieron a lugares más seguros.
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I Rey 25:1
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Habiendo muerto Samuel, se congregó todo Israel a celebrar con lágrimas sus exequias, y lo sepultaron en el sepulcro de su casa en Rámata. David entonces pasó al desierto de Farán.
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I Rey 25:4
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Pues como David oyese en el desierto que Nabal estaba esquilando sus ovejas,
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I Rey 25:8
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Infórmate de tus criados, y te lo dirán. Por tanto hallen ahora gracia en tus ojos estos siervos tuyos, ya que venimos en tan alegre día; y danos a tus siervos y a David, tu hijo, lo que cómodamente pudieres.
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I Rey 25:9
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Llegados, pues, los mozos de David, dijeron a Nabal todas estas cosas de parte de David, y aguardaron en silencio la respuesta.
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I Rey 25:9
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Llegados, pues, los mozos de David, dijeron a Nabal todas estas cosas de parte de David, y aguardaron en silencio la respuesta.
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I Rey 25:10
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Pero Nabal les respondió: ¿Quién es David? ¿Y quién es el hijo de Isaí para que yo le ofrezca presentes? Cada día se ven más esclavos que andan fugitivos de sus amos.
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I Rey 25:12
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Con esto volvieron los mozos de David a tomar su camino, y habiendo llegado, le contaron todo lo que Nabal les había respondido.
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I Rey 25:13
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Entonces David les dijo a sus gentes: Tome cada cual su espada. Tomaron todos sus espadas, y David también la suya y siguieron a David como unos cuatrocientos hombres, quedándose doscientos con el bagaje.
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I Rey 25:13
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Entonces David les dijo a sus gentes: Tome cada cual su espada. Tomaron todos sus espadas, y David también la suya y siguieron a David como unos cuatrocientos hombres, quedándose doscientos con el bagaje.
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I Rey 25:13
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Entonces David les dijo a sus gentes: Tome cada cual su espada. Tomaron todos sus espadas, y David también la suya y siguieron a David como unos cuatrocientos hombres, quedándose doscientos con el bagaje.
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I Rey 25:14
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Entretanto uno de los criados de Nabal avisó a su mujer Abigaíl, diciendo: Mira que David acaba de enviar del desierto unos mensajeros para saludar a nuestro amo y él los ha desechado con desprecio.
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I Rey 25:20
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Habiendo, pues, montado en un asno, y bajando a la falda del monte, encontró a David y a su gente que venían hacia ella; la cual fue luego a su encuentro.
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I Rey 25:21
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Había dicho David por el camino: A la verdad que ha sido bien en vano guardar todo lo que éste tenía en el desierto, sin que se le haya perdido nada de cuanto poseía, pues me ha vuelto mal por bien.
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I Rey 25:22
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Trate el Señor con toda su severidad a los enemigos de David, como juro yo que no dejaré de aquí a mañana cosa con vida de todo lo perteneciente a Nabal, ni un perro siquiera.
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I Rey 25:23
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Abigaíl, así que vio a David, bajó al instante del asno, y le hizo una profunda reverencia, postrándose en tierra sobre su rostro.
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I Rey 25:32
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Respondió David a Abigaíl: Bendito sea el Señor Dios de Israel por haberte hoy enviado a mi encuentro, y bendito sea el consejo que me has dado.
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I Rey 25:35
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En fin, recibió David de su mano todo lo que había traído, y le dijo: Vuélvete en paz a tu casa; ya ves que he hecho lo que me has pedido, y que lo he hecho por consideración a ti.
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I Rey 25:39
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Y habiendo sabido David la muerte de Nabal, dijo: Bendito sea el Señor que me ha vengado de la afrenta que me hizo Nabal y que preservó a su siervo del mal que iba a hacer, y que ha hecho recaer la iniquidad de Nabal sobre su propia cabeza. Envió después David a tratar con Abigaíl sobre casarse con ella.
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I Rey 25:39
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Y habiendo sabido David la muerte de Nabal, dijo: Bendito sea el Señor que me ha vengado de la afrenta que me hizo Nabal y que preservó a su siervo del mal que iba a hacer, y que ha hecho recaer la iniquidad de Nabal sobre su propia cabeza. Envió después David a tratar con Abigaíl sobre casarse con ella.
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I Rey 25:40
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En consecuencia los mensajeros de David fueron a verse con Abigaíl en el Carmelo, y la dijeron: David nos envía a ti para tomarte por esposa suya.
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I Rey 25:40
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En consecuencia los mensajeros de David fueron a verse con Abigaíl en el Carmelo, y la dijeron: David nos envía a ti para tomarte por esposa suya.
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I Rey 25:41
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Y levantándose ella, se inclinó hasta la tierra, y dijo como si hablase con David: Tu sierva se tendría por dichosa de ser empleada en lavar los pies de los criados de mi señor.
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I Rey 25:42
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En seguida Abigaíl se dispuso luego, y montó en su asno, acompañándola cinco doncellas criadas suyas, y siguió a los enviados de David, con el cual se desposó.
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