II Rey 23:15
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Dijo, pues, David con mucho anhelo: ¡Ah! ¡si alguno me diera a beber agua de aquella cisterna que hay en Betlehem junto a la puerta!
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II Rey 23:16
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Al punto estos tres valientes atravesaron el campamento de los filisteos, fueron a sacar agua de la cisterna que hay en Betlehem junto a la puerta, y se la trajeron a David; pero David no quiso beberla, sino que hizo libación de ella, o la derramó, en obsequio del Señor,
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II Rey 23:16
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Al punto estos tres valientes atravesaron el campamento de los filisteos, fueron a sacar agua de la cisterna que hay en Betlehem junto a la puerta, y se la trajeron a David; pero David no quiso beberla, sino que hizo libación de ella, o la derramó, en obsequio del Señor,
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II Rey 23:23
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famoso entre los tres campeones, que eran los más ilustres de los treinta. Sin embargo, no igualaba a los tres primeros; y David le hizo su consejero y secretario.
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II Rey 24:1
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Se encendió de nuevo el furor del Señor contra Israel; y así permitió para su daño que David mandase hacer el censo de toda la gente de Israel y de Judá.
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II Rey 24:10
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Pero a David le remordió su conciencia después que se formó el censo del pueblo, y dijo al Señor: Pecado he gravísimamente en este negocio; mas te ruego, Señor, que perdones este pecado de tu siervo, porque reconozco que he obrado muy neciamente.
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II Rey 24:11
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Por la mañana, así que David se hubo levantado, habló el Señor a Gad, profeta y vidente de David, diciendo:
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II Rey 24:11
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Por la mañana, así que David se hubo levantado, habló el Señor a Gad, profeta y vidente de David, diciendo:
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II Rey 24:12
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Anda y dile a David: He aquí lo que dice el Señor: Tres cosas se te dan a escoger en castigo; elige de ellas la que quisieres que yo te envíe.
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II Rey 24:13
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Presentándose, pues, Gad a David, se lo contó diciendo: O por siete años será tu país afligido del hambre; o por tres meses andarás huyendo de tus enemigos que te irán persiguiendo; o a lo menos por tres días habrá peste en tu reino. Delibera, pues, ahora, y mira qué respuesta he de dar al que me ha enviado.
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II Rey 24:14
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Respondió David a Gad: En un estrechísimo apuro me veo; pero más quiero yo caer en las manos del Señor (cuya misericordia es tan grande) que no en manos de hombres.
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II Rey 24:17
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Y dijo David al Señor, así que vio que el ángel castigaba al pueblo: Yo soy el que he pecado; yo el que tengo la culpa. ¿Qué han hecho éstos, que son unas ovejas? ¡Oh Señor!, te ruego que descargues tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre.
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II Rey 24:18
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Y aquel mismo día vino Gad a David y le dijo: Sube a la era de Areúna jebuseo, y levanta en ella un altar al Señor.
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II Rey 24:19
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Fue, pues, David allá, en cumplimiento del mandato que le dio Gad en nombre del Señor.
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II Rey 24:21
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y saliendo al encuentro, hizo al rey profunda reverencia pegado el rostro en tierra, y dijo: ¿Qué motivo hay para que el rey mi señor venga a casa de su siervo? Al cual respondió David: Para comprarte esa era, y edificar en ella un altar al Señor; a fin de que cese la mortandad que se extiende por el pueblo.
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II Rey 24:22
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Mas Areúna replicó a David: Tómela el rey, mi señor, y conságrela como bien le parezca; ahí tienes los bueyes para el holocausto, y el carro y los yugos de los bueyes para que sirvan de leña.
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II Rey 24:23
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Todas estas cosas dio el rey Areúna al rey David, y añadió: El Señor Dios tuyo acepte tu sacrificio.
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II Rey 24:24
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Respondió el rey y le dijo: No ha de ser como tú quieres, sino que te pagaré lo que vale; que no quiero ofrecer yo al Señor mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Y así compró David la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata;
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II Rey 24:25
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y edificó allí David un altar al Señor, ofreciendo en él holocaustos y hostias pacíficas; con lo que se mostró el Señor propicio a la tierra, y cesó la mortandad en Israel.
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III Rey 1:1
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El rey David era ya viejo y de edad muy avanzada; y por más que le cubrían con ropa, no podía entrar en calor.
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III Rey 1:8
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Mas el otro sumo sacerdote Sadoc, y Banaías, hijo de Joíada, el profeta Natán, y Semei, y Rei, y la principal fuerza del ejército de David, no estaban por Adonías.
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III Rey 1:11
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Por lo que dijo Natán a Betsabé, madre de Salomón : ¿No has oído que Adonías, hijo de Haggit, se ha hecho rey, sin que David nuestro señor lo sepa?
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III Rey 1:13
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Anda, ve y preséntate al rey David, y dile: ¿No es verdad, oh rey y señor mío, que tú me juraste a mí, esclava tuya, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí; y él se sentará en mi trono? Pues, ¿cómo es que reina Adonías?
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III Rey 1:28
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Mas el rey David respondió, y dijo: Llamadme a Betsabé. Así que hubo ésta entrado y estuvo delante del rey,
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III Rey 1:31
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Y Betsabé, inclinando el rostro hasta la tierra, hizo reverencia al rey, y dijo: ¡Viva para siempre David, mi señor!
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III Rey 1:32
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Dijo después el rey David: Llamadme al sumo sacerdote Sadoc, y al profeta Natán, y a Banaías, hijo de Joíada. Y así que estuvieron éstos en su presencia
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III Rey 1:37
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Como el Señor ha protegido al rey mi amo, así guarde a Salomón , y ensalce su trono, aun más que el trono de mi amo el rey David.
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III Rey 1:38
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Con esto salieron el sumo sacerdote Sadoc, y el profeta Natán, y Banaías, hijo de Joíada, con las guardias de cereteos y feleteos, y haciendo montar a Salomón en la mula del rey David, lo condujeron a Gihón.
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III Rey 1:43
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No por cierto, respondió Jonatás a Adonías; porque David, el rey nuestro Señor, ha declarado por rey a Salomón .
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III Rey 1:47
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y los criados del rey han entrado ya para felicitar a David, nuestro rey y señor, diciendo: Haga Dios el nombre de Salomón más glorioso todavía que tu mismo nombre, y engrandezca su trono aun más que el tuyo. Y el rey desde su cama ha adorado al Señor,
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III Rey 2:1
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Estando ya David cercano al día de su muerte, dio estas instrucciones a su hijo Salomón , diciendo:
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III Rey 2:10
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Fue, pues, David a descansar con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David.
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III Rey 2:10
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Fue, pues, David a descansar con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David.
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III Rey 2:11
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El tiempo que reinó David sobre Israel fue de cuarenta años. En Hebrón reinó siete años, y treinta y tres en Jerusalén .
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III Rey 2:12
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Y sucedió Salomón en el trono a su padre David; y quedó su reino firmísimamente establecido.
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III Rey 2:24
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Ahora, pues, vive Dios, que me ha establecido y colocado sobre el solio de mi padre David, y que me ha fundado casa como lo tenía prometido, que hoy ha de morir Adonías.
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III Rey 2:26
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Dijo asimismo el rey a Abiatar, sumo sacerdote: Retírate a la posesión que tienes en Anatot. Tú, a la verdad, mereces la muerte, pero yo no te quito hoy la vida, por cuanto llevaste el arca del Señor Dios delante de mi padre David, y acompañaste a mi padre en todos los trabajos que padeció.
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III Rey 2:32
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Y el Señor hará recaer su sangre sobre su cabeza, puesto que él asesinó a dos varones justos, y mejores que él, atravesando con su espada, sin que mi padre David lo supiese, a Abner, hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa, hijo de Jeter, general del ejército de Judá.
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III Rey 2:33
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Recaiga, pues, la sangre de éstos sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de sus descendientes para siempre. Mas a David y a su descendencia, a su casa y a su trono, dé el Señor paz sempiterna.
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III Rey 2:44
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Y añadió el rey a Semei: Tú bien sabes y tu misma conciencia es testigo de todo el mal que hiciste a mi padre David. El Señor ha hecho caer sobre tu cabeza el castigo de tu maldad.
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III Rey 2:45
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Mas el rey Salomón será bendito, y el trono de David será estable para siempre delante del Señor.
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III Rey 3:1
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Salomón , pues, afianzado que hubo su trono, emparentó con el faraón, rey de Egipto, desposándose con su hija; la que condujo a la ciudad de David, mientras que acababa de edificar su casa y el templo del Señor, y los muros alrededor de Jesusalén.
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III Rey 3:3
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Y Salomón amó al Señor, y siguió los preceptos de David su padre; solamente que ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los lugares altos.
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III Rey 3:6
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Respondió Salomón : Tú usaste de gran misericordia con tu siervo David, mi padre; así como él anduvo en tu presencia con verdad, y justicia, y rectitud de corazón para contigo; tú le conservaste tu gran misericordia, y le diste un hijo que se sentase sobre su trono, según que hoy se verifica.
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III Rey 3:7
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Ahora, pues, Señor Dios, tú me has hecho reinar a mí, siervo tuyo, en lugar de mi padre David; mas yo soy aún como un niño pequeño que no sabe la manera de conducirse.
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III Rey 5:1
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Además de eso, Hiram, rey de Tiro, envió sus embajadores a Salomón , habiendo sabido que le habían ungido rey en el lugar de su padre; porque Hiram había sido siempre amigo de David.
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III Rey 5:3
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Bien sabes el deseo que tuvo mi padre David, y que no pudo edificar el templo al Nombre del Señor su Dios a causa de las guerras que tenía con sus vecinos, hasta que el Señor se los puso bajo las plantas de sus pies.
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III Rey 5:5
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Por eso pienso edificar un templo al Nombre del Señor Dios mío, como lo dejó el Señor ordenado a mi padre David, diciendo: Tu hijo a quien pondré en tu lugar sobre tu solio, ése ha de edificar el templo al Nombre mío.
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III Rey 5:7
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Así que oyó Hiram la embajada de Salomón , se alegró sobremanera, y exclamó: Bendito sea hoy el Señor Dios que dio a David un hijo sapientísimo para gobernar un pueblo tan numeroso.
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III Rey 6:12
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En esta casa que tú has edificado (si tú siguieres mis preceptos, y practicares mis determinaciones, y guardares todos mis mandamientos, sin desviarte de ellos), verificaré en ti la promesa que hice a David, tu padre;
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