ESPUÉS de esto se presentaron todas las tribus de Israel a David en Hebrón, diciendo: Aquí nos tienes; hueso tuyo y carne tuya somos.
A más de que tiempo atrás, cuando Saúl era nuestro rey, tú eras el que capitaneaba a Israel; y a ti te ha dicho el Señor: Tú apacentarás a mi pueblo de Israel y tú serás su caudillo.
Vinieron también los ancianos de Israel a tratar con el rey en Hebrón, y capituló allí con ellos el rey David delante del Señor; después de lo cual lo ungieron por rey de todo Israel.
Treinta años tenía David cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta.
En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá.
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Porque a pocos días el rey con toda la gente que tenía consigo se dirigió a Jerusalén contra los jebuseos, moradores de aquel territorio, y le dijeron a David los sitiados: No entrarás acá dentro de esta plaza si no echas primero de ella a los ciegos y cojos, los cuales están diciendo: No entrará David acá.
Sin embargo, David se apoderó del alcázar de Sión, que se llama hoy Ciudad de David.
Para lo cual había ofrecido aquel día del asalto un premio al que batiese a los jebuseos, y ganando lo alto de los muros, arrojase de allí a los ciegos y a los cojos enemigos enconados de David; de donde se dice por refrán: Ni ciego ni cojo entrarán en el templo.
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Habitó, pues, David en el alcázar, y lo llamó Ciudad de David; e hizo construir varios edificios alrededor, e interiormente, comenzando desde Mello.
De esta suerte se iba fortificando y engrandeciendo más y más, y el Señor Dios de los ejércitos estaba con él.
Además Hiram, rey de Tiro, envió embajadores a David y le remitió maderas de cedro, y carpinteros y canteros para levantar edificios; y fabricaron la casa de David.
Y David en todo esto reconoció que el Señor le había confirmado en el reino sobre Israel, y elevado para siempre al gobierno de su pueblo de Israel.
Tomó también David en Jerusalén , después que vino de Hebrón, otras mujeres de segundo y de primer orden, de quienes tuvo otros hijos e hijas.
He aquí los nombres de los hijos que tuvo en Jerusalén : Samua, Sabab, Natán y Salomón ,
Jebahar, Elisua, Nefeg,
Jafia, Elisama, Elioda y Elifalet.
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Luego que oyeron los filisteos que David había sido ungido rey sobre Israel, se pusieron todos en movimiento para ir contra David: lo que sabiendo éste, se atrincheró en una posición muy fuerte.
Entretanto los filisteos habiendo avanzado se extendieron por el valle de Rafaím.
Y David consultó al Señor, diciendo: ¿Será bien que yo acometa a los filisteos? ¿Los entregarás en mis manos? Ve, respondió el Señor, que en tus manos los pondré infaliblemente.
Bajó, pues, David a Baal Farasim, y allí los derrotó. Por lo que dijo: El Señor ha dispersado delante de mí a mis enemigos, como agua que se derrama. Por eso se llamó aquel sitio Baal Farasim.
Y los filisteos dejaron allí sus ídolos, los cuales recogieron David y su gente.
Todavía los filisteos volvieron a salir a campaña, y se dispersaron por el valle de Rafaím.
Consultó David al Señor, diciendo: ¿Acometeré a los filisteos, y los entregarás tú en mis manos? Le respondió el Señor: No los acometas de frente, sino da la vuelta por sus espaldas, y embístelos por enfrente de los perales.
Y cuando sintieres el ruido de uno que anda por entre las copas de los perales, entonces darás el combate; porque entonces saldrá el Señor a tu frente para atacar el campamento de los filisteos.
Lo hizo así David, como el Señor se lo había mandado, y fue batiendo a los filisteos desde Gabaa hasta la entrada de Gezer.
Pater
Filius
Spiritus Sanctus
Angelorum
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