AS como Samuel fuese ya viejo, sustituyó a sus hijos por jueces de Israel, a modo de tenientes suyos.
Se llamaba su hijo primogénito Joel, y el segundo Abía; los cuales daban audiencia en Bersabee.
Mas no siguieron las pisadas de su padre Samuel, sino que se dejaron arrastrar de la avaricia, recibiendo regalos y torciendo la justicia.
Por lo que juntándose todos los ancianos de Israel, vinieron a Samuel que estaba en Rámata,
y le dijeron: Ya ves que tú has envejecido, y que tus hijos no siguen tus pasos; constitúyenos un rey que nos gobierne, como lo tienen todas las naciones.
Este lenguaje desagradó a Samuel, al oír que le decían: Constitúyenos un rey que nos gobierne. Con todo hizo oración y consultó al Señor;
y el Señor le dijo: Escucha la voz de ese pueblo, y condesciende a todo lo que te pide, porque no te ha desechado a ti, sino a mí, para que no reine sobre ellos.
Hacen lo que han hecho siempre desde el día en que los saqué de Egipto hasta hoy; como me abandonaron a mí por servir a dioses ajenos, así hacen contigo.
Ahora, pues, otórgales su petición; pero primero hazles presente y anúnciales el poder del rey que reinará sobre ellos.
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Refirió, pues, Samuel al pueblo que le había pedido rey todas las palabras del Señor,
y dijo: Esta será la potestad del rey que os mandará: Tomará vuestros hijos y los destinará para guiar sus carros, y para ser sus guardias de a caballo, y para que corran delante de sus tiros de cuatro caballos.
De ellos sacará sus tribunos y centuriones, los cultivadores de sus tierras, los segadores de sus mieses, y los artífices de sus armas y de sus carros.
Hará asimismo que vuestras hijas sean sus perfumeras, sus cocineras y sus panaderas.
Y, lo que es más, os quitará también lo mejor de vuestros campos, viñas y olivares, y lo dará a sus criados.
Además diezmará vuestras mieses, y los productos de las viñas para darlos a sus eunucos o ministros, y a otros de sus criados.
Tomará también vuestros siervos y siervas y vuestros robustos jóvenes, y vuestros asnos, y los hará trabajar para él.
Diezmará asimismo vuestros ganados, y todos vosotros vendréis a ser esclavos suyos.
Por lo que alzaréis el grito en aquel día a causa del rey que os elegisteis, y entonces el Señor no querrá oír vuestros clamores, porque vosotros mismos pedisteis tener un rey.
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Pero el pueblo no quiso dar oídos a las razones de Samuel, sino que dijeron todos: No, no; habrá un rey sobre nosotros,
y nosotros hemos de ser como todas las naciones; nuestro rey nos administrará la justicia, y saldrá a nuestro frente y combatirá por nosotros en todas las guerras.
Oyó Samuel todas las palabras del pueblo y las hizo presentes al Señor.
Pero el Señor dijo a Samuel: Haz lo que te piden, y nómbrales un rey. Dijo, pues, Samuel a los ancianos de Israel: Váyase cada cual a su ciudad.
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