HABIENDO acabado Salomón de construir la casa o templo del Señor, y el palacio real, y todas las obras que había ideado y querido hacer,

2 se le apareció el Señor por segunda vez en sueños, como se le había aparecido en Gabaón,

3 y le dijo: He oído tu oración y la súplica que me has hecho; he santificado esta casa que me has edificado, a fin de que permanezca en ella mi Nombre para siempre; y en todo tiempo mis ojos y mi corazón estarán fijos sobre este lugar. 4 Por lo que a ti toca, si tú anduvieres en mi presencia, como anduvo tu padre, con un corazón recto y sencillo, e hicieres todo lo que te tengo mandado, y guardares mis leyes y mandamientos, 5 yo aseguraré para siempre el trono de tu reino sobre Israel, como se lo prometí a tu padre David, diciendo: Será siempre de tu linaje el que ocupe el trono de Israel.

6 Mas si vosotros y vuestros hijos obstinadamente os apartáis de mí, dejando de seguirme, y no guardando mis mandamientos y ceremonias que os he prescrito, antes bien os fuereis en pos de los dioses extranjeros, dándoles culto y adoración, 7 yo arrancaré a Israel de la tierra que le di, y arrojaré lejos de mí ese templo que he consagrado a mi Nombre; e Israel vendrá a ser el escarnio y la fábula de todas las gentes. 8 Y esta casa, hecha cenizas, se mirará como un ejemplo de mi justicia; cualquiera que pasare por delante de ella, quedará pasmado, y prorrumpirá en exclamaciones, y dirá: ¿Por qué ha tratado así el Señor a este país y a esta casa?

9 Y le responderán: Porque abandonaron al Señor Dios suyo, que sacó a sus padres de la tierra de Egipto, y se fueron tras los dioses ajenos, y los adoraron y dieron culto; por eso el Señor ha descargado sobre ellos todos estos males.

10 Pasados, pues, los veinte años que Salomón empleó en edificar las dos casas, esto es, el templo del Señor y la casa del rey

11 (suministrándole Hiram, rey de Tiro, las maderas de cedro y abeto, y el oro, todo cuanto había necesitado), entonces Salomón dio a Hiram veinte poblaciones en tierra de Galilea. 12 E Hiram salió de Tiro para ver las poblaciones que Salomón le había dado y no le agradaron. 13 Y así dijo: ¿Conque éstas son, hermano mío, las ciudades que me has dado? Y las llamó tierras de Cabul, nombre que conservan hasta el día de hoy. 14 También había enviado Hiram al rey Salomón ciento veinte talentos de oro;

15 tan grandes fueron las expensas del rey Salomón en la construcción de la casa del Señor, y de los edificios de Mello, y en los muros de Jerusalén , de Heser, de Mageddo y de Gazer. 16 Es de saber que el faraón, rey de Egipto, había ido a sitiar a Gazer, y después de haberla tomado, e incendiado, y pasado a cuchillo a los cananeos, sus moradores, se la dio en dote a su hija, mujer de Salomón . 17 Salomón , pues, reedificó a Gazer, y a Bet-Horón la de abajo, 18 y a Balaat, y a Palmira en el desierto; 19 y todos los lugares que le pertenecían, y estaban sin muros, los fortificó, como también las ciudades en que tenía sus carros de guerra, y las ciudades en que estaba la tropa de a caballo; en suma acabó cuanto quiso construir en Jerusalén , y en el Líbano, y en todas las tierras de sus dominios. 20 A toda la gente que había quedado de los amorreos, y heteos, y ferezeos, y heveos, y jebuseos, los cuales no eran del número de los hijos de Israel, 21 a los hijos, digo, de estos pueblos, que se mantenían en el país por no haberlos podido exterminar los hijos de Israel, los hizo Salomón tributarios, como lo son hasta hoy. 22 Mas de los hijos de Israel dispuso Salomón que ninguno estuviese sujeto a servidumbre, sino que éstos eran destinados a las armas, y eran ministros suyos, y príncipes, y capitanes, y comandantes de los carros de guerra y de la caballería. 23 Había puesto también Salomón por inspectores de todas las obras quinientos cincuenta jefes, que tenían a sus órdenes la gente, y dirigían las tareas que les habían señalado. 24 La hija del faraón pasó de la ciudad de David al palacio que le había construido Salomón ; el cual edificó entonces a Mello.

25 Ofrecía asimismo Salomón tres veces al año holocaustos y víctimas pacíficas sobre el altar que había erigido al Señor; ante el cual hacía quemar los perfumes, después que quedó el templo todo acabado.

26 Hizo también equipar Salomón una flota en Asiongaber, que cae junto a Ailat, sobre la costa del mar Rojo, en la Idumea; 27 y envió Hiram en esta flota algunas de sus gentes, hombres inteligentes de la náutica, y prácticos de la mar, con las gentes de Salomón . 28 Y habiendo navegado a Ofir, tomaron de allí cuatrocientos veinte talentos de oro, y se los trajeron al rey Salomón .
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