NTONCES Tobías llamó aparte al ángel, a quien tenía él por un hombre, y le dijo: Hermano mío Azarías, te pido que oigas mis razones.
Aun cuando yo me diese a ti por esclavo, no podría pagar tus buenos oficios.
Esto, no obstante, te suplico que tomando caballerías y criados vayas a Ragés, ciudad de los medos, a encontrar a Gabelo; y le devuelvas su recibo cobrando de él el dinero, y lo convides a venir a mis bodas.
Porque bien sabes tú que mi padre está contando los días uno por uno, y si tardo un día más, tendré en continua aflicción su alma.
Ves asimismo cómo me ha hecho jurar Raguel, cuyo juramento no puedo yo menospreciar.
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Entonces Rafael tomando cuatro criados de Raguel y dos camellos, pasó a Ragés, ciudad de los medos, y hallando a Gabelo, le volvió su recibo cobrando de él todo su dinero.
Y le contó todo lo que había sucedido con Tobías, hijo de Tobías; y lo hizo venir consigo a las bodas.
Al llegar a casa de Raguel, encontró a Tobías sentado a la mesa, el cual levantándose al punto de ella, se besaron mutuamente, y lloró Gabelo, y alabó a Dios,
y dijo: Bendígate el Dios de Israel, pues eres hijo de un hombre de bien, justo, y temeroso de Dios, y limosnero.
Que su bendición se extienda sobre tu esposa y sobre vuestros padres;
y que veáis a vuestros hijos y a los hijos de vuestros hijos hasta la tercera y cuarta generación, y sea vuestra descendencia bendita del Dios de Israel, el cual reina por los siglos de los siglos.
Y habiendo todos respondido amén, amén, se pusieron a la mesa, y celebraron también con santo temor de Dios el convite de las bodas.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas