La Sagrada Biblia

Libro de Tobías

Capítulo 11

PONIÉNDOSE, pues, en camino, llegaron en once días a Carán, la cual está en medio del camino que va a Nínive. 2 Aquí dijo el ángel: Hermano mío Tobías, bien sabes en qué estado dejaste a tu padre. 3 Por lo mismo, si te parece, adelantémonos, y vengan siguiendo detrás poco a poco los criados con tu esposa, y los animales y ganados. 4 Determinando, pues, caminar así, dijo Rafael a Tobías: Trae contigo la hiel del pez, porque será necesaria. Tomó Tobías aquella hiel, y marcharon.

5 Iba Ana todos los días a sentarse cerca del camino, en la cima de una colina, desde donde podía mirar a larga distancia. 6 Atalayando, pues, una vez desde allí a ver si venía su hijo, lo vio de lejos, y lo conoció inmediatamente, y corrió a dar la noticia a su esposo, diciendo: Mira que viene tu hijo.

7 Asimismo dijo Rafael a Tobías: Al punto que entrares en tu casa, adora en seguida al Señor Dios tuyo; y después de haberle dado gracias, acércate a tu padre y bésalo. 8 E inmediatamente unge sus ojos con esta hiel del pez, que traes contigo; porque has de saber que luego se le abrirán, y verá tu padre la luz del cielo, y se llenará de júbilo con tu vista.

9 En esto el perro que les había seguido en el viaje, echó a correr delante; y como si viniese a traer una buena nueva, se alegraba y hacía fiestas meneando la cola. 10 Al instante Tobías el padre, ciego como estaba, empezó a correr, exponiéndose a caer a cada paso; mas dando la mano a un criado, salió a recibir a su hijo, 11 y abrazándole lo besó, haciendo lo mismo la madre, y echando ambos a llorar de gozo. 12 Y después de haber adorado a Dios y dándole gracias, se sentaron.

13 Entonces Tobías, tomando de la hiel del pez ungió los ojos de su padre; 14 el cual estuvo así esperando casi media hora, cuando he aquí que empezó a desprenderse de sus ojos una nube o piel blanca, semejante a la telilla de un huevo; 15 y asiendo de ella Tobías se la sacó de los ojos, y al punto recobró la vista. 16 Y glorificaron a Dios tanto él como su mujer, y todos sus conocidos. 17 Y decía Tobías: Te bendigo, oh Señor Dios de Israel, porque tú me has castigado, y tú me has curado; y yo veo ya a mi hijo Tobías.

18 Después de siete días llegó también Sara, esposa de su hijo, con toda la familia, en buena salud, con los ganados, y camellos, y una gran suma de dinero de su dote; además del dinero cobrado de Gabelo. 19 Y contó Tobías a sus padres todos los beneficios que había recibido de Dios por medio de aquel varón que le había guiado. 20 Vinieron después Aquior y Nabat, primos hermanos de Tobías, a alegrarse con él por todos los favores de que Dios le había colmado. 21 Y teniendo convites por espacio de siete días, se regocijaron todos con la mayor alegría.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas