DÁN, conoció a Eva su mujer, la cual concibió y parió a Caín, diciendo: He adquirido un hombre por merced de Dios.
Y parió después al hermano de éste, Abel. Abel fue pastor de ovejas, y Caín labrador.
Y aconteció al cabo de mucho tiempo que Caín presentó al Señor ofrendas de los frutos de la tierra.
Ofreció asimismo Abel de los primerizos de su ganado, y de lo mejor de ellos; y el Señor miró con agrado a Abel y a sus ofrendas.
Pero de Caín y de las ofrendas suyas no hizo caso; por lo que Caín se irritó sobremanera, y decayó su semblante.
Y le dijo el Señor: ¿Por qué motivo andas enojado?; ¿y por qué está demudado tu rostro?
¿No es cierto que si obrases bien, serás recompensado; pero si mal, el castigo del pecado estará siempre presente en tu puerta o a tu vista? Mas de cualquier modo su apetito o la concupiscencia estará a tu mandar, y tú le dominarás, si quieres.
Dijo después Caín a su hermano Abel: Salgamos fuera. Y estando los dos en el campo, Caín acometió a su hermano Abel y le mató.
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Le preguntó después el Señor a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel? Y respondió: No lo sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?
Le replicó el Señor: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano está clamando a mí desde la tierra.
Maldito, pues, serás tú desde ahora sobre la tierra, la cual ha abierto su boca, y recibido de tu mano la sangre de tu hermano.
Después que la habrás labrado, no te dará sus frutos; errante y fugitivo vivirás sobre la tierra.
Y dijo Caín al Señor: Mi maldad es tan grande, que no puedo yo esperar perdón.
He aquí que tú hoy me arrojas de esta tierra, y yo iré a esconderme de tu presencia, y andaré errante y fugitivo por el mundo; por tanto, cualquiera que me hallare, me matará.
Le dijo el Señor: No será así; antes bien, cualquiera que matare a Caín, lo pagará con las setenas. Y puso el Señor en Caín una señal, para que ninguno que le encontrase le matara.
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Salido, pues, Caín de la presencia del Señor, prófugo en la tierra, habitó en el país que está al oriente de Edén.
Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y parió a Henoc; y edificó una ciudad que se llamó Henoc, del nombre de su hijo.
Con el tiempo Henoc engendró a Irad, Irad engendró a Maviael, Maviael engendró a Matusael, y Matusael engendró a Lamec.
El cual tomó dos mujeres, la una llamada Ada, y la otra Sella.
Y Ada parió a Jabel, que fue el padre de los que habitan en cabañas, y de los pastores.
Y tuvo un hermano llamado Jubal, el mismo que fue padre o maestro de los que tocan la cítara y órgano o flauta.
Sella también parió a Tubalcaín, que fue artífice en trabajar de martillo toda especie de obras de cobre y de hierro. Hermana de Tubalcaín fue Noema.
Dijo, pues, Lamec a sus mujeres Ada y Sella: Oíd lo que voy a decir, ¡oh vosotras mujeres de Lamec!; parad mientes a mis palabras: yo he muerto a un hombre con la herida que le hice, sí, he muerto a un joven con el golpe que le di.
Pero si del homicidio de Caín la venganza será siete veces doblada, la de Lamec lo será setenta veces siete.
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Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas