DESPUÉS que pasaron estas cosas, probó Dios a Abrahán, y le dijo: Abrahán, Abrahán. Y respondió él: Aquí me tenéis Señor.

2 Le dijo: Toma a Isaac, tu hijo único a quien tanto amas, y ve a la tierra de visión, y allí me lo ofrecerás en holocausto sobre uno de los montes que yo te mostraré. 3 Levantándose, pues, Abrahán antes del alba, aparejó su asno, llevando consigo dos mozos, y a Isaac su hijo. Y cortada la leña para el holocausto, se encaminó al lugar que Dios le había mandado. 4 Al tercer día de camino, alzando los ojos divisó el lugar a lo lejos. 5 Y dijo a sus mozos: Aguardad aquí con el jumento: que yo y mi hijo subiremos allá arriba con presteza, y acabada nuestra adoración, volveremos luego a vosotros. 6 Tomó también la leña del holocausto, y la cargó sobre su hijo Isaac, y él llevaba en las manos el fuego y el cuchillo. Caminando así los dos juntos, 7 dijo Isaac a su padre: Padre mío. Y él respondió: ¿Qué quieres, hijo? Veo, dice, el fuego y la leña: ¿dónde está la víctima del holocausto? 8 A lo que respondió Abrahán: Hijo mío, Dios sabrá proveerse de víctima para el holocausto. Continuaron, pues, juntos su camino: 9 Y finalmente llegaron al lugar que Dios le había mostrado, en donde erigió un altar, y acomodó encima la leña; y habiendo atado a Isaac su hijo, le puso en el altar sobre el montón de la leña.

10 Y extendió la mano, y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo.

11 Cuando he aquí que de repente el ángel del Señor gritó del cielo, diciendo: Abrahán, Abrahán. Aquí me tienes, respondió él. 12 No extiendas tu mano sobre el muchacho, prosiguió el ángel, ni le hagas daño alguno: que ahora me doy por satisfecho que temes a Dios, pues no has perdonado a tu hijo único por amor de mí o por obedecerme.

13 Alzó Abrahán los ojos, y vio detrás de sí un carnero enredado por las astas en un zarzal, y habiéndole cogido le ofreció en holocausto en vez del hijo. 14 Y llamó este lugar Moria, esto es, el Señor ve y provee. De donde hasta el día de hoy se dice: En el monte el Señor verá y proveerá.

15 Llamó el ángel del Señor por segunda vez desde el cielo a Abrahán, diciendo: 16 Por mí mismo he jurado, dice el Señor, que en vista de que has hecho esta acción, y no has perdonado a tu hijo único por amor de mí,

17 Yo te llenaré de bendiciones, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y como la arena que está en la orilla del mar; tu posteridad poseerá las ciudades de sus enemigos, 18 y en un descendiente tuyo SERAN BENDITAS todas las naciones de la tierra, porque has obedecido a mi voz.

19 Se volvió Abrahán a sus criados, y se fueron juntos a Bersabee, en donde habitó.

20 Después de estas cosas, tuvo Abrahán noticia de que Melca también había parido hijos a Nacor su hermano: 21 Hus el primogénito, y Buz hermano de éste, y Camuel padre de los siros, 22 y Cased, y Azau, Feldas también y Jedlaf, 23 y en fin Batuel de quien nació Rebeca: estos ocho parió Melca a Nacor, hermano de Abrahán. 24 Una mujer segunda llamada Roma, le parió también a Tabel, Gaam, Taas y Maaca.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas