Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

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I Par 6:62 Asimismo a los hijos de Gersón, divididos en su familias, les dieron trece ciudades de las tribus de Isacar, y de Aser, y de Neftalí, y de la media tribu de Manasés, que estaba en el territorio de Basán.
I Par 6:63 Igualmente a los hijos de Merari, divididos en sus familias, les dieron por suerte doce ciudades de la tribu de Rubén, y de la tribu de Gad, y de la tribu de Zabulón.
I Par 6:67 y así les dieron Siquem (ciudad de refugio) con sus ejidos en el monte Efraín, y Baser, con sus ejidos.
I Par 6:71 A los hijos del linaje de Gersón les tocó en la media tribu de Manasés: Gaulón en Basán con sus ejidos, y Astarot con los suyos.
I Par 6:77 A los demás del linaje de Merari les dieron en la tribu de Zabulón Remmono con su ejido, y Tabor con los suyos.
I Par 12:17 Y les salió David al encuentro, y dijo: Si habéis venido a mí de paz, con ánimo de socorrerme, mi corazón se unirá con el vuestro; mas si me armáis asechanzas favoreciendo a mis contrarios, puesto que yo tengo mis manos limpias de todo pecado, el Dios de nuestros padres sea testigo y juez.
I Par 12:21 Estos ayudaron a David contra las guerrillas; pues eran todos hombres muy valerosos, y les dio mando en el ejército.
I Par 12:39 Se mantuvieron allí con David por espacio de tres días, comiendo y bebiendo; porque sus hermanos les habían preparado los víveres necesarios.
I Par 12:40 Además los pueblos vecinos, hasta los de Isacar, y Zabulón, y Neftalí, les traían en asnos, y camellos, y mulos, y bueyes, panes o víveres para su sustento; harina, panes de higos, pasas, vino, aceite, vacas y carneros en abundancia, porque reinaba el gozo en Israel.
I Par 13:1 Tuvo después David consejo con los tribunos y centuriones, y con todos los principa-les,
I Par 15:12 y les dijo: Vosotros que sois los principales de las familias levíticas, purificaos junto con vuestros hermanos los demás levitas, y transportad el arca del Señor Dios de Israel al lugar que le está preparado.
I Par 16:21 no permitió que nadie les ofendiese; antes por amor de ellos castigó a los reyes.
I Par 18:5 Y habiendo sobrevenido los siros de Damasco para socorrer a Adarecer, rey de Soba, les mató David veintidós mil hombres.
I Par 19:4 Oído esto, hizo Hanón raer la cabeza y la barba de los enviados de David, y que les cortasen las túnicas desde medio cuerpo abajo, y así los despachó.
I Par 19:5 Los cuales habiéndose retirado y dado parte a David del suceso, envió éste quién le saliese al encuentro (atenta la gran afrenta que había recibido), y les ordenó que se detuviesen en Jericó , y no volviesen hasta que les hubiese crecido la barba.
I Par 19:5 Los cuales habiéndose retirado y dado parte a David del suceso, envió éste quién le saliese al encuentro (atenta la gran afrenta que había recibido), y les ordenó que se detuviesen en Jericó , y no volviesen hasta que les hubiese crecido la barba.
I Par 22:18 Ya veis, les dijo, que el Señor Dios vuestro está con vosotros, y que os ha dado paz por todos lados, y entregado en vuestras manos todos vuestros enemigos, y que el país está sujeto al Señor y a su pueblo.
I Par 25:1 Asimismo David y las cabezas o príncipes, de la multitud entresacaron a los hijos de Asaf, y de Hemán, y de Iditún para el ministerio de cantar las alabanzas de Dios al son de las cítaras y salterios, y címbalos, sirviendo en número conveniente en el oficio a que se les había destinado.
I Par 26:32 y de sus hermanos en el mayor vigor de la edad, se hallaron dos mil setecientas cabezas de familia. Y el rey David les dio el mando sobre los rubenitas, y gaditas, y la media tribu de Manasés, en todo lo tocante al servicio de Dios y del rey.
II Par 2:2 A este fin destinó setenta mil peones para traer a hombros las cargas, y ochenta mil para cortar y labrar las piedras en el monte, y les puso tres mil seiscientos sobrestantes o encargados.
II Par 7:22 Y les responderán: Porque abandonaron al Señor Dios de sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto, y han abrazado dioses ajenos, y los han adorado y rendido culto; por eso han caído sobre ellos todas estas calamidades.
II Par 8:15 Y tanto los sacerdotes como los levitas observaron puntualmente todas cuantas órdenes les dio el rey sobre esto, y sobre la custodia de los tesoros.
II Par 10:6 tuvo consejo con los ancianos que habían estado alrededor de su padre Salomón mientras vivía, y les dijo: ¿Qué me aconsejáis que responda al pueblo?
II Par 10:9 y les dijo: ¿Qué os parece? ¿Y qué debo yo responder a este pueblo, que me ha venido a decir: Aligéranos el yugo que nos impuso tu padre?
II Par 10:13 Y el rey, desechado el consejo de los ancianos, les respondió con dureza;
II Par 10:14 y les dijo, conforme al parecer de los jóvenes: Mi padre cargó sobre vosotros un yugo pesado, y yo lo agravaré más; mi padre os azotó con varas, mas yo he de azotaros con escorpiones.
II Par 11:23 pues era el más sabio y el más valeroso de todos sus hijos; a cuyo fin esparció a éstos por los términos de Judá y de Benjamín, en todas las ciudades fortificadas; donde les dio alimen-to en abundancia, y les procuró muchas muje-res.
II Par 11:23 pues era el más sabio y el más valeroso de todos sus hijos; a cuyo fin esparció a éstos por los términos de Judá y de Benjamín, en todas las ciudades fortificadas; donde les dio alimen-to en abundancia, y les procuró muchas muje-res.
II Par 12:5 Entonces Semeías, profeta, se presentó ante Roboam, y los príncipes de Judá, que se habían congregado en Jerusalén huyendo de Sesac, y les dijo: Esto dice el Señor: Vosotros me abandonasteis; pues yo también os abandono a vosotros en poder de Sesac.
II Par 12:7 Pero viendo el Señor que se habían humillado, habló a Semeías, diciendo: Ya que se han humillado, no los acabaré, antes bien les daré un poquito de socorro, y no se derramará mi furor sobre Jerusalén por mano de Sesac.
II Par 15:15 todos los que estaban en Judá, echándose insultos; pues hicieron este juramento de todo su corazón, y buscaron al Señor con plena voluntad, y así es que lo hallaron; y les dio el Señor paz con todos sus vecinos.
II Par 18:5 Juntó, pues, el rey de Israel cuatrocientos profetas, y les dijo: ¿Debemos ir a atacar a Ramot de Galaad, o estarnos quedos? Respondieron ellos: Marcha; que Dios entregará esa ciudad en poder del rey.
II Par 18:26 y les diréis: Esto manda el rey: Metedlo en la cárcel, y dadle un pedazo de pan y un poquito de agua, hasta mi feliz regreso.
II Par 19:6 Y dando sus órdenes a los jueces: Mirad, les dijo, mirad lo que hacéis, porque ejercéis las veces, no de un hombre, sino del Señor, y cualquier sentencia que diereis recaerá sobre vosotros.
II Par 19:9 y les dio sus órdenes, y dijo: Debéis portaros con fidelidad y con sincero corazón en el temor del Señor.
II Par 21:3 Y les dio su padre muchas sumas de oro y de plata, y preciosidades, y ciudades muy bien pertrechadas en Judá; pero el reino se lo entregó a Joram, por ser el primogénito.
II Par 22:8 Estando, pues, Jehú destruyendo la casa de Acab, se encontró con varios príncipes de Judá, y con los hijos de los hermanos de Ocozías que estaban a su servicio, y les quitó la vida.
II Par 23:3 Y todo este congreso se coligó con el rey del templo del Señor y les dijo Joíada: Ved aquí al hijo del rey, él es el que reinará, como el Señor lo tiene predicho de los hijos de David.
II Par 23:14 Pero el sumo sacerdote Joíada acercándose a los centuriones y comandantes del ejército, les dijo: Sacadla de dentro del recinto del templo, y allá fuera degolladla; con lo que precavió el sumo sacerdote que fuese muerta dentro de la casa del Señor.
II Par 24:5 a cuyo fin, convocando los sacerdotes y levitas, les dijo: Salid por las ciudades de Judá, y recoged de todo Israel el dinero para los reparos anuales del templo de vuestro Dios; y hacedlo pronto. Pero los levitas obraron con negligencia.
II Par 24:19 Entretanto el Señor les enviaba profetas para que se convirtiesen a él; pero por más intimaciones que les hacían, no eran escuchadas.
II Par 24:19 Entretanto el Señor les enviaba profetas para que se convirtiesen a él; pero por más intimaciones que les hacían, no eran escuchadas.
II Par 24:20 Por último revistió Dios de su espíritu al sumo sacerdote Zacarías, hijo de Joíada; y presentándose delante del pueblo, les habló de esta manera: Esto dice el Señor Dios: ¿Por qué buscáis vuestra ruina traspasando los mandamientos del Señor, y lo habéis abandonado para ser de él abandonados?
II Par 28:9 Había allí en aquella sazón un profeta del Señor, llamado Oded, el cual, saliendo al encuentro del ejército que venía a Samaria, les dijo: Habéis visto que el Señor Dios de vuestros padres, irritado contra los hijos de Judá, los ha entregado en vuestras manos; mas vosotros les habéis quitado la vida atrozmente; tanto que vuestra crueldad ha subido hasta el cielo.
II Par 28:9 Había allí en aquella sazón un profeta del Señor, llamado Oded, el cual, saliendo al encuentro del ejército que venía a Samaria, les dijo: Habéis visto que el Señor Dios de vuestros padres, irritado contra los hijos de Judá, los ha entregado en vuestras manos; mas vosotros les habéis quitado la vida atrozmente; tanto que vuestra crueldad ha subido hasta el cielo.
II Par 28:13 y les dijeron: No introduciréis acá esos cautivos, porque pecaríamos contra el Señor. ¿Cómo pretendéis aumentar nuestros pecados y colmar la medida de los antiguos delitos, puesto que es ése un gran pecado, y la terrible ira del Señor va a descargar sobre Israel?
II Par 29:5 les dijo: Escuchadme, oh levitas: Purificaos; limpiad la casa del Señor Dios de vuestros padres y quitad del santuario toda inmundicia.
II Par 29:34 Pero los sacerdotes eran pocos, y no bastaban por sí solos para desollar las reses de los holocaustos; por cuyo motivo les ayudaron los levitas, sus hermanos, hasta que se acabó la función, y se hubieron purificado más sacerdotes; porque los levitas se purifican con menos ceremonias que los sacerdotes.
II Par 30:19 de todos aquellos que de todo corazón buscan al Señor Dios de sus padres; y no les imputará la falta de no estar bien purificados.
II Par 32:6 Nombró también generales de las tropas, y los convocó a todos en la plaza de la puerta de la ciudad; y les habló al alma, diciendo: