Mc 14:6
|
Mas Jesús les dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? La obra que ha hecho conmigo es buena,
|
Mc 14:16
|
Fueron, pues, los discípulos, y llegando a la ciudad, hallaron todo lo que les había dicho, y dispusieron las cosas para la Pascua .
|
Mc 14:20
|
El les respondió: Es uno de los doce, uno que mete conmigo la mano o moja en un mismo plato.
|
Mc 14:22
|
Durante la cena, tomó Jesús pan, y bendiciéndolo lo partió, y se los dio, y les dijo: Tomad, éste es mi cuerpo.
|
Mc 14:24
|
Y les dijo: Esta es la sangre mía de la nueva alianza, la cual será derramada por muchos.
|
Mc 14:27
|
Antes de partir les dijo aún Jesús : Todos os escandalizaréis por ocasión de mí esta noche, según está escrito: Heriré al pastor, y se descarriarán las ovejas.
|
Mc 14:34
|
Y les dijo: Mi alma siente angustias de muerte; aguardad aquí y estad en vela.
|
Mc 14:41
|
Al fin vino tercera vez, y les dijo: Ea, dormid y reposad... Pero basta ya, la hora es llegada. Y ved aquí que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.
|
Mc 14:44
|
El traidor les había dado una seña, diciendo: A quien yo besare, él es, prendedlo y conducidlo con cautela.
|
Mc 14:48
|
Jesús , tomando la palabra, les dijo: ¿Como si yo fuese algún ladrón, habéis salido a prenderme con espadas y con garrotes?
|
Mc 15:8
|
Pues como el pueblo acudiese a esta sazón a pedirle el indulto que siempre les otorgaba,
|
Mc 15:9
|
Pilatos les respondió, diciendo: ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?
|
Mc 15:12
|
Pilatos de nuevo les habló, y les dijo: ¿Pues qué queréis que haga del rey de los judíos?
|
Mc 15:12
|
Pilatos de nuevo les habló, y les dijo: ¿Pues qué queréis que haga del rey de los judíos?
|
Mc 15:14
|
Y les decía: ¿Pues qué mal es el que ha hecho? Mas ellos gritaban con mayor fuerza: ¡Crucifícalo!
|
Mc 15:15
|
Al fin Pilatos, deseando contentar al pueblo, les soltó a Barrabás; y a Jesús , después de haberlo hecho azotar, se los entregó para que fuese crucificado.
|
Mc 16:6
|
Pero él les dijo: No tenéis que asustaros; vosotros venís a buscar a Jesús Nazareno, que fue crucificado; ya resucitó, no está aquí: Mirad el lugar donde le pusieron.
|
Mc 16:14
|
En fin, apareció a los once cuando estaban a la mesa; y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón; porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.
|
Mc 16:15
|
Por último, les dijo: Id por todo el mundo; predicad el mensaje de salvación a todas las criaturas;
|
Mc 16:18
|
manosearán las serpientes; y si algún licor venenoso bebieren, no les hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos, y quedarán éstos curados.
|
Lc 2:17
|
Y viéndole, se certificaron de cuanto se les había dicho de este niño.
|
Lc 2:18
|
Y todos los que supieron el suceso, se maravillaron, igualmente, de lo que los pastores les habían contado.
|
Lc 2:20
|
En fin, los pastores se volvieron, no cesando de alabar y glorificar a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, según se les había anunciado por el ángel.
|
Lc 2:46
|
Y al cabo de tres días de haberle perdido, le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, que ora les escuchaba, ora les preguntaba.
|
Lc 2:46
|
Y al cabo de tres días de haberle perdido, le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, que ora les escuchaba, ora les preguntaba.
|
Lc 2:49
|
Y él les respondió: ¿Cómo es que me buscabas? ¿No sabíais que yo debo emplearme en las cosas que miran al servicio de mi Padre?
|
Lc 2:51
|
En seguida se fue con ellos, y vino a Nazaret, y les estaba sujeto. Y su madre conservaba todas estas cosas en su corazón.
|
Lc 3:11
|
les respondía, diciendo: El que tiene dos vestidos, dé al que no tiene ninguno; y haga otro tanto el que tiene qué comer.
|
Lc 4:41
|
De muchos salían los demonios gritando y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios; y con amenazas les prohibía decir que sabían que él era el Cristo .
|
Lc 4:43
|
Mas él les dijo: Es necesario que yo predique también a otras ciudades la buena nueva del reino de Dios; pues para eso he sido enviado.
|
Lc 5:7
|
Por lo que hicieron señas a los compañeros de la otra barca, que viniesen y les ayudasen. Vinieron luego, y llenaron tanto de peces las dos barcas, que faltó poco para que se hundiesen.
|
Lc 5:14
|
Y le mandó que a nadie lo contase. Pero, anda, le dijo, preséntate al sacerdote, y lleva la ofrenda por tu curación, según lo ordenado por Moisés, a fin de que les sirva de testimonio.
|
Lc 5:22
|
Mas Jesús , que conoció sus pensamientos, respondiendo, les dijo: ¿Qué es lo que andáis resolviendo en vuestros corazones?,
|
Lc 5:31
|
Pero Jesús , tomando la palabra, les dijo: Los sanos no necesitan de médico, sino los enfermos.
|
Lc 5:34
|
A lo que les respondió él: ¿Por ventura podréis vosotros recabar de los compañeros del esposo el que ayunen en los días de la boda, mientras está con ellos el esposo?
|
Lc 5:35
|
Pero tiempo vendrá en que les será quitado el esposo, y entonces será cuando ayunarán.
|
Lc 6:2
|
Algunos de los fariseos les decían: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito en sábado?
|
Lc 6:3
|
Y Jesús , tomando la palabra, les respondió: Pues, ¿no habéis leído vosotros lo que hizo David, cuando él y los que le acompañaban padecieron hambre?
|
Lc 6:5
|
Y les añadió: El Hijo del hombre es dueño aun del sábado mismo.
|
Lc 7:4
|
Ellos en consecuencia llegados que fueron a Jesús , le rogaban con gran empeño que condescendiese: Es un sujeto, le decían, que merece que les hagas este favor,
|
Lc 7:22
|
Les respondió, pues, diciendo: Id y contad a Juan las cosas que habéis oído y visto; cómo los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, a los pobres se les anuncia la buena nueva,
|
Lc 7:24
|
Así que hubieron partido los enviados de Juan, Jesús se dirigió al numeroso auditorio, y les habló de Juan en esta forma: ¿Qué salisteis a ver en el desierto?; ¿alguna caña sacudida del viento?
|
Lc 7:32
|
Se parecen a los muchachos sentados en la plaza y que por vía de juego hablan con los de enfrente, y les dicen: Os cantamos al son de la flauta, y no habéis danzado; entonamos lamentaciones, y no habéis llorado.
|
Lc 8:21
|
Pero él les dio esta respuesta: Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la practican.
|
Lc 8:22
|
Un día sucedió que habiéndose embarcado con sus discípulos, les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Partieron, pues;
|
Lc 8:25
|
Entonces les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Mas ellos llenos de temor se decían con asombro unos a otros: ¿Quién diremos que es éste, que así da órdenes a los vientos y al mar, y le obedecen?
|
Lc 8:31
|
Y le suplicaban éstos que no les mandase ir al abismo.
|
Lc 8:32
|
Andaba por allí una gran piara de cerdos paciendo en el monte; con esta ocasión le pedían que les permitiera entrar en ellos. Y se los permitió.
|
Lc 9:1
|
Algún tiempo después habiendo convocado a los doce apóstoles, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y virtud de curar enfermedades.
|
Lc 9:3
|
Y les dijo: No llevéis nada para el viaje, ni palo, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni mudas de ropa.
|