Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Jesús

Lc 9:20 Y vosotros, replicó Jesús , ¿quién decís que soy yo? Respondió Simón Pedro: El Cristo o ungido de Dios.
Lc 9:32 Mas Pedro y sus compañeros se hallaban cargados de sueño. Y despertando vieron la gloria de Jesús y a los dos personajes que le acompañaban.
Lc 9:36 Al oírse esta voz, se halló Jesús solo. Y ellos guardaron silencio, y a nadie dijeron por entonces nada de lo que habían visto.
Lc 9:41 Jesús entonces, tomando la palabra, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa!, ¿hasta cuándo he de estar con vosotros, y sufriros? Trae aquí a tu hijo.
Lc 9:43 Pero Jesús , habiendo increpado al espíritu inmundo, curó al mozo, y lo devolvió a su padre.
Lc 9:47 pero Jesús , leyendo los afectos de su corazón, tomó de la mano a un niño y lo puso junto a sí,
Lc 9:50 Le dijo Jesús : No se lo prohibais; porque quien no está contra vosotros, por vosotros está.
Lc 9:51 Y cuando estaba para cumplirse el tiempo en que Jesús había de salir, se puso en camino, mostrando un semblante decidido para ir a Jerusalén .
Lc 9:55 Pero Jesús vuelto a ellos los reprendió, diciendo: No sabéis a qué espíritu pertenecéis.
Lc 9:58 Pero Jesús le respondió: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas entiende que el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar su cabeza.
Lc 9:59 A otro le dijo Jesús : Sígueme; mas éste respondió: Señor, permíteme que vayas antes, y dé sepultura a mi padre.
Lc 9:60 Le replicó Jesús : Deja tú a los muertos el cuidado de sepultar a sus muertos; pero tú ve, y anuncia el reino de Dios.
Lc 9:62 Le respondió Jesús : Ninguno que después de haber puesto mano en el arado vuelve los ojos atrás, es apto para el reino de Dios.
Lc 10:21 En aquel mismo punto Jesús manifestó un extraordinario gozo, al impulso del Espíritu Santo, y dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has encubierto estas cosas a los sabios y prudentes del siglo, y las has descubierto a los humildes y pequeños. Así es, ¡oh Padre!, porque así fue tu beneplácito.
Lc 10:26 Le dijo Jesús : ¿Qué es lo que se halla escrito en la ley? ¿Qué es lo que en ella lees?
Lc 10:28 Le replicó Jesús : Bien has respondido, has eso y vivirás.
Lc 10:29 Mas él queriendo dar a entender que era justo, preguntó a Jesús : ¿Y quién es mi prójimo?
Lc 10:30 Entonces Jesús tomando la palabra, dijo: Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó , y cayó en manos de ladrones, que le despojaron de todo, le cubrieron de heridas, y se fueron, dejándolo medio muerto.
Lc 10:37 Aquel, respondió el doctor, que usó con él de misericordia. Pues anda, le dijo Jesús , y haz tú otro tanto.
Lc 10:38 Prosiguiendo Jesús su viaje a Jerusalén , entró en cierta aldea, donde una mujer, por nombre Marta, lo hospedó en su casa.
Lc 10:40 Mientras tanto Marta andaba muy afanada en disponer todo lo que era menester, por lo cual se presentó a Jesús y dijo: Señor, ¿no reparas que mi hermana me ha dejado sola en las faenas de la casa? Dile, pues, que me ayude.
Lc 11:1 Un día estando Jesús orando en cierto lugar, acabada la oración, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó también Juan a sus discípulos.
Lc 11:2 Y Jesús les respondió: Cuando os pongáis a orar, habéis de decir: Padre, sea santificado tu nombre. Venga a nosotros tu reino.
Lc 11:14 Estaba Jesús lanzando un demonio, el cual era mudo. Y así que hubo echado al demonio, habló el mudo, y todas las gentes quedaron muy admiradas.
Lc 11:17 Pero Jesús penetrando sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido en partidos contrarios quedará destruido; y una casa dividida en facciones, camina a su ruina.
Lc 11:28 Pero Jesús respondió: Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios, y la ponen en práctica.
Lc 11:37 Así que acabó de hablar, un fariseo le convidó a comer en su casa; y entrando Jesús en ella, se puso a la mesa.
Lc 12:1 Entretanto, habiéndose juntado alrededor de Jesús tanto concurso de gentes que se atropellaban unos a otros, empezó a decir a sus discípulos: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
Lc 12:14 Pero Jesús le respondió: ¡Oh hombre!, ¿quién me ha constituido a mí juez, o repartidor entre vosotros?
Lc 13:1 En este mismo tiempo vinieron algunos, y contaron a Jesús lo que había sucedido a unos galileos, cuya sangre mezcló Pilatos con la de los sacrificios que ellos ofrecían.
Lc 13:2 Sobre lo cual les respondió Jesús : ¿Pensáis que aquellos galileos eran entre todos los demás de Galilea los mayores pecadores, porque fueron castigados de esta manera?
Lc 13:10 Enseñando Jesús un día de sábado en la sinagoga,
Lc 13:12 Cuando la vio Jesús , la llamó a sí, y le dijo: Mujer, libre quedas de tu achaque.
Lc 13:14 El jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hiciera esta cura en sábado dijo al pueblo: Seis días hay destinados al trabajo; en ésos podéis venir a curaros, y no en el día de sábado.
Lc 13:18 Decía también Jesús : ¿A qué cosa es semejante el reino de Dios, o con qué podré compararlo?
Lc 14:1 Y sucedió que habiendo entrado Jesús en casa de uno de los principales fariseos a comer un día de sábado, le estaban éstos acechando.
Lc 14:3 Y Jesús vuelto a los doctores de la ley y a los fariseos, les preguntó: ¿Es lícito curar en día de sábado?
Lc 14:4 Mas ellos callaron. Y Jesús , habiendo tocado al hidrópico, lo curó, y lo despachó.
Lc 14:16 Mas Jesús le respondió: Un hombre dispuso una gran cena, y convidó a mucha gente.
Lc 14:25 Sucedió que yendo con Jesús una multitud, vuelto a ellas les dijo:
Lc 15:1 Solían los publicanos y pecadores acercarse a Jesús para oírle.
Lc 16:1 Decía también Jesús a sus discípulos: Había un hombre rico, que tenía un mayordomo, del cual por la voz común vino a entender que le había disipado sus bienes.
Lc 16:15 Mas Jesús les dijo: Vosotros os vendéis por justos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que parece sublime a los ojos humanos, a los de Dios es abominable.
Lc 17:11 Caminando Jesús hacia Jerusalén , atravesaba Samaria y Galilea.
Lc 17:13 y levantaron la voz, diciendo: Jesús maestro, ten lástima de nosotros.
Lc 17:14 Luego que Jesús los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y cuando iban, quedaron curados.
Lc 17:16 y se postró a los pies de Jesús , pecho por tierra, dándole gracias; y éste era un samaritano.
Lc 17:17 Jesús dijo entonces: Pues, ¿no son diez los curados? ¿Y los nueve dónde están?
Lc 17:37 Jesús les respondió: Doquiera que esté el cuerpo, allá volarán las águilas.
Lc 18:16 Mas Jesús llamando a sí los niños dijo: Dejad venir a mí los niños, y no se lo vedéis; porque de quienes son como éstos es el reino de Dios.