Ú ahora serás destruida, ¡oh ciudad de ladrones! Los enemigos nos sitiarán; herirán con vara la mejilla del juez o rey de Israel.
Y tú ¡oh Betlehem llamada Efrata!, tú eres una ciudad pequeña respecto de las principales de Judá; pero de ti me vendrá el que ha de ser dominador de Israel, el cual fue engendrado desde el principio , desde los días de la eternidad.
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Por esto el Señor los dejará hasta aquel tiempo en que parirá la que ha de parir al dominador; y entonces las reliquias de sus hermanos se reunirán con los hijos de Israel.
Y él permanecerá firme, y apacentará la grey con la fortaleza del Señor en el Nombre altísimo del Señor Dios suyo; y se convertirán a él; porque ahora será él glorificado hasta los últimos términos del mundo.
Y él será nuestra paz; y cuando viniere el asirio a nuestra tierra, y asolare nuestras casas, nosotros enviaremos contra él siete pastores y ocho príncipes.
Y gobernarán la tierra de Asur con la espada, y la tierra de Nemrod con sus lanzas; y él nos librará del asirio cuando éste haya venido a nuestra tierra y devastado nuestros términos.
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Y los restos del pueblo de Jacob estarán entre las naciones como el rocío enviado del Señor, y como la lluvia sobre la hierba, la cual no aguarda que la cultiven los hombres, ni espera nada de los hijos de los hombres.
Y los residuos de Jacob serán entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de las selvas, y como el joven entre los hatos de las ovejas; el cual pasa por el hato, lo pisotea, y hace su presa, sin que haya quien se la quite.
La mano tuya, ¡oh dominador de Israel!, prevalecerá sobre tus contrarios, y perecerán todos tus enemigos.
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En aquel día yo quitaré, dice el Señor, de en medio de ti tus caballos, y destruiré tus carros de guerra.
Y arruinaré las ciudades de tu tierra, y destruiré todas tus fortalezas,
y quitaré de tus manos las hechicerías, y no tendrás más adivinos.
Y haré perecer tus simulacros y tus ídolos de en medio de ti, y no adorarás más las obras de tus manos.
Y arrancaré de en medio de ti tus bosquetes profanos, y reduciré a polvo tus ciudades.
Y con furor e indignación ejerceré mi venganza en todas las gentes que no han escuchado mi voz.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas