III Rey 12:32
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y estableció un día de fiesta solemne en el mes octavo, a los quince del mes, a semejanza de la solemnidad que se celebraba en Judá; subiendo él mismo al altar que había erigido en Betel, ofreció por su mano sacrificios a los becerros de oro que había fabricado; y estableció en Betel sacerdotes en los adoratorios de los lugares elevados que había erigido.
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III Rey 13:4
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Así que oyó el rey las palabras que el varón de Dios pronunció en alta voz contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar, diciendo: Prended a ése. Mas al punto se le secó la mano que había extendido contra el profeta, y no pudo retirarla hacia sí.
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III Rey 13:4
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Así que oyó el rey las palabras que el varón de Dios pronunció en alta voz contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar, diciendo: Prended a ése. Mas al punto se le secó la mano que había extendido contra el profeta, y no pudo retirarla hacia sí.
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III Rey 13:6
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Dijo entonces el rey al varón de Dios: Ruega al Señor Dios tuyo, y ora por mí, para que me sea restituida mi mano. Hizo el varón de Dios oración al Señor, y el rey recobró su mano, y quedó como antes estaba.
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III Rey 13:6
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Dijo entonces el rey al varón de Dios: Ruega al Señor Dios tuyo, y ora por mí, para que me sea restituida mi mano. Hizo el varón de Dios oración al Señor, y el rey recobró su mano, y quedó como antes estaba.
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III Rey 17:11
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Yendo ella a traérsela, gritó tras de la mujer, diciéndole: Tráeme también, te ruego, un bocado de pan en tu mano.
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III Rey 18:46
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Al punto la mano o virtud del Señor se hizo sentir sobre Elías, el cual recogiendo las faldas del vestido en su cintura, iba corriendo delante de Acab hasta que llegó a Jezrael.
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III Rey 19:18
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Mas yo me reservaré en Israel siete mil varones que nunca doblaron su rodilla ante Baal, ninguno de los cuales ha besado su propia mano, y extendídola después en señal de adorarle.
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III Rey 20:28
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Entonces un varón de Dios vino a encontrar al rey de Israel, y le dijo: Esto dice el Señor: Por cuanto han dicho los siros: El Señor es Dios de los montes y no es Dios de los valles, por lo mismo yo entregaré en tu mano toda esa gran muchedumbre; con lo que acabaréis de conocer que yo soy el Señor.
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IV Rey 3:26
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Habiendo visto, pues, el rey de Moab que los enemigos prevalecían, tomó consigo setecientos hombres valerosos con espada en mano, para forzar el campo del rey de Idumea, y escaparse: pero no pudo lograr su intento.
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IV Rey 4:29
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Y él dijo a Giezi: Pon haldas en cinta, y toma en tu mano mi báculo y marcha: si te encontrares con alguno, no te pares a saludarlo; si alguno te saludare, no te detengas a responderle; y pondrás mi báculo sobre el rostro del niño.
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IV Rey 5:11
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Indignado Naamán, se retiraba diciendo: Yo pensaba que él habría salido luego a recibirme, y que, puesto en pie, invocaría el nombre del Señor Dios suyo, y tocaría con su mano el lugar de la lepra, y me curaría.
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IV Rey 5:18
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Mas una cosa hay solamente por la que has de rogar al Señor a favor de tu siervo, y es que cuando entrare mi amo en el templo de Remmón para adorarlo, apoyándose sobre mi mano, si yo me inclino en el templo de Remmón, para adorarlo, para sostenerlo al tiempo de hacer él su adoración en el mismo lugar, el Señor me perdone a mí, siervo tuyo, este ademán.
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IV Rey 6:7
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Y le dijo: Cógelo; y alargó la mano y lo cogió.
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IV Rey 9:1
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Por este tiempo el profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas, y le dijo: Recoge tus faldas y cíñete, y toma esta vasija de óleo en tu mano, y ve a Ramot de Galaad.
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IV Rey 10:15
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Pasando adelante halló a Jonadab, hijo de Recab, que le salía al encuentro, y Jehú lo saludó, y dijo: ¿Es tu corazón recto y propenso hacia mí, como lo es mi corazón hacia el tuyo? Sí, por cierto, respondió Jonadab. Si lo es, replicó Jehú, dame tu mano. Y él le dio la mano. Y lo hizo Jehú subir en su coche,
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IV Rey 10:15
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Pasando adelante halló a Jonadab, hijo de Recab, que le salía al encuentro, y Jehú lo saludó, y dijo: ¿Es tu corazón recto y propenso hacia mí, como lo es mi corazón hacia el tuyo? Sí, por cierto, respondió Jonadab. Si lo es, replicó Jehú, dame tu mano. Y él le dio la mano. Y lo hizo Jehú subir en su coche,
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IV Rey 11:11
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Y se apostaron todos con las armas en la mano desde la derecha del templo o atrio, hasta la izquierda del altar y del templo, alrededor del rey.
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IV Rey 12:9
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Entonces el sumo sacerdote Joíada mandó hacer una arca , y abrir encima de ella un agujero; y la colocó cerca del altar, a mano derecha de los que entraban en la Casa del Señor. Y los sacerdotes que estaban de guardia en las puertas echaban en ella todo el dinero que se ofrecía al templo del Señor.
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IV Rey 12:11
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y lo entregaban con su cuenta y razón en mano de los sobrestantes de los obreros de la casa del Señor; quienes pagaban con él a los carpinteros y albañiles que trabajaban en la casa del Señor,
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IV Rey 13:16
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dijo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Cuando tuvo puesta la mano, puso Eliseo sus manos sobre las del rey.
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IV Rey 13:16
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dijo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Cuando tuvo puesta la mano, puso Eliseo sus manos sobre las del rey.
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IV Rey 14:27
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No había decretado el Señor borrar el nombre de Israel de debajo del cielo; y así los libertó por mano de Jeroboam, hijo de Joás.
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IV Rey 18:21
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¿Por ventura esperas en Egipto que es un bastón de caña quebrada, sobre el cual si un hombre se apoyare, rompiéndose se le hincará en la mano y se la horadará? Tal es el faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él.
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IV Rey 19:14
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Luego que Ezequías recibió la carta de mano de los embajadores, y la hubo leído, se fue al templo del Señor, y la extendió delante del Señor,
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IV Rey 19:18
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y han arrojado al fuego a sus dioses, y los han destruido, porque no eran dioses, sino obras de la mano del hombre, hechas de madera y de piedra.
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IV Rey 19:19
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Ahora, pues, ¡oh Señor Dios nuestro!, sálvanos de la mano de éste; para que sepan todos los reinos de la tierra que tú eres el Señor, el solo Dios.
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IV Rey 22:5
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y se dé a los obreros por mano de los sobrestantes de la casa del Señor; a fin de que vayan pagando a los que trabajan en el templo del Señor para repararlo,
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IV Rey 23:8
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Recogió también a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá y profanó los lugares altos, donde sacrificaban los sacerdotes, desde Gabaa hasta Bersabee, y derribó los altares de las puertas de Jerusalén , situados a la entrada de la casa o puerta de Josué, príncipe de la ciudad, que habitaba a mano izquierda de la puerta de la ciudad.
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I Par 4:10
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Este Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me llenases de bendiciones! ¡Si dilatases mis tierras, y tu mano me protegiese, y me librases de todo mal! Y le otorgó Dios lo que pidió.
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I Par 11:23
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Mató también él mismo a un egipcio, cuya estatura era de cinco codos, y que tenía una lanza semejante al rodillo de un telar. Arremetió, pues, contra él con un palo, y le arrebató la lanza que tenía en la mano, y con esta misma lanza lo mató.
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I Par 13:9
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Mas llegados a la era de Cidón o Nacón, extendió Oza su mano para sostener el arca ; porque un buey retozando la había hecho ladear un poco.
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I Par 14:11
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Y habiendo avanzado ellos hasta Baalfarasim, allí los derrotó David, y dijo: Ha disipado Dios por mi mano a los enemigos, como se disipan o se derraman las aguas; y por esto se llamó aquel lugar Baalfarasim.
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I Par 21:15
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Asimismo envió su ángel a Jerusalén para que la castigase; pero cuando se hallaba en la mayor desolación, echó el Señor sobre ella una mirada, y tuvo compasión de tanto estrago, y comunicó al ángel exterminador esta orden: Basta, retira ya tu mano. Estaba a la sazón el ángel del Señor sobre la era de Ornán, jebuseo.
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I Par 21:16
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Y alzando David los ojos vio al ángel del Señor, que estaba en el aire, con una espada desenvainada en su mano, vuelta contra Jerusalén ; y a su vista, tanto él como los ancianos, vestidos de cilicios, se postraron rostro por tierra.
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I Par 21:17
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Y dijo David a Dios: ¿Por ventura no soy yo quien mandó hacer el censo del pueblo? Yo soy el que he pecado; yo el que he cometido la maldad. Esta grey, ¿qué culpa tiene? Señor Dios mío, descarga, te suplico, tu mano contra mí y contra la casa de mi padre; mas no sea castigado tu pueblo.
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I Par 28:19
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Todas estas cosas, dijo, se me han enviado delineadas por la mano del Señor; para que yo comprendiese todas las obras del diseño.
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I Par 29:5
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De suerte que donde quiera que sea necesario, los artífices puedan hacer de oro lo que se haya de hacer de oro, y de plata lo que se haya de hacer de plata. Mas si alguno quiere hacer espontáneamente oferta, preséntela hoy por su mano, y ofrezca al Señor lo que gustare.
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I Par 29:12
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Tuyas son las riquezas, y tuya es la gloria; tú eres el Señor de todo; en tu mano está la fuerza y el poder; en tu mano la grandeza y el imperio de todas las cosas.
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I Par 29:12
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Tuyas son las riquezas, y tuya es la gloria; tú eres el Señor de todo; en tu mano está la fuerza y el poder; en tu mano la grandeza y el imperio de todas las cosas.
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I Par 29:14
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¿Quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que nos atrevamos a ofrecerte todas estas cosas? Tuyas son todas las cosas; y lo que hemos recibido de tu mano, eso te hemos dado.
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I Par 29:16
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¡Oh Señor Dios nuestro!, toda esta abundancia de cosas preparada por nosotros para erigir una casa o templo a tu santo Nombre, de tu mano ha venido, y tuyas son todas las cosas.
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II Par 4:6
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Hizo también diez conchas, de las cuales puso cinco a la mano derecha, y las otras cinco a la siniestra, para lavar en ellas todo lo que debía ofrecerse en holocausto; los sacerdotes se lavaban en la concha grande o mar.
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II Par 6:32
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Aun al extranjero que no es de tu pueblo de Israel, si viniere de lejanas tierras, atraído de tu Nombre grande, y de tu poderosa mano y de tu brazo fuerte, y te adorase en este lugar,
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II Par 8:9
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Mas no echó mano de los hijos de Israel para trabajar en las obras del rey; porque éstos servían en la milicia, y de ellos eran los primeros oficiales, y los comandantes de los carros armados, y de la caballería.
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II Par 12:7
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Pero viendo el Señor que se habían humillado, habló a Semeías, diciendo: Ya que se han humillado, no los acabaré, antes bien les daré un poquito de socorro, y no se derramará mi furor sobre Jerusalén por mano de Sesac.
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II Par 13:9
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y habéis echado los sacerdotes del Señor, hijos de Aarón, y los levitas, y os habéis instituido otros sacerdotes a la manera de los demás pueblos de la tierra; cualquiera que se presente y consagre su mano inmolando un novillo y siete carneros, queda hecho sacerdote de aquellos que no son dioses.
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II Par 23:11
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En seguida sacaron al hijo del rey, y le ciñeron la corona, y el testimonio, y le pusieron en la mano el libro de la ley, y lo proclamaron rey. Y el sumo sacerdote Joíada, asistido de sus hijos, lo ungió; y lo aclamaron diciendo: Viva el rey.
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II Par 25:8
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Que si piensas que en las guerras depende todo de la fuerza del ejército, Dios hará que tú seas vencido de los enemigos, porque en mano de Dios está el dar auxilio o poner en fuga.
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II Par 26:19
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Pero Ozías, arrebatado de cólera, y teniendo en la mano el incensario para ofrecer el incienso, amenazaba a los sacerdotes; y de repente apareció la lepra en su frente, a vista de los sacerdotes, en la casa del Señor, junto al altar de los perfumes.
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