I Par 28:1
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Finalmente el rey David convocó en Jerusalén todos los príncipes de Israel, los jefes de las tribus, y los comandantes de los cuerpos de ejército que servían al rey, como también a los tribunos y centuriones, y a los administradores de la hacienda y posesiones del rey, y a sus hijos, con los eunucos o cortesanos, y a los más poderosos y a los más valientes del ejército.
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I Par 28:4
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Verdad es que el Señor Dios de Israel me escogió a mí de entre toda la familia de mi padre, para que fuese rey de Israel perpetuamente; porque de Judá ha escogido los príncipes o soberanos; de las familias de Judá la familia de mi padre; y entre los hijos de mi padre, quiso elegirme a mí por rey de todo Israel.
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I Par 28:5
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Asimismo entre mis hijos (puesto que me ha dado el Señor muchos) ha elegido a mi hijo Salomón para que ocupase el trono del reino del Señor sobre Israel;
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I Par 28:8
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Ahora, pues, en presencia de toda la congregación de Israel, delante de nuestro Dios que escucha, os digo: Guardad y estudiad todos los mandamientos del Señor Dios nuestro, a fin de que poseáis esta buena tierra, y la dejéis a vuestros hijos en herencia perpetua.
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I Par 29:24
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Al mismo tiempo todos los príncipes y magnates, y todos los hijos del rey David le juraron fidelidad, y se sometieron al rey Salomón .
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II Par 5:2
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Después de esto convocó a los ancianos de Israel, y a todos los príncipes de las tribus, y cabezas de familia de los hijos de Israel, en Jerusalén , para trasladar el arca del Testamento del Señor desde la ciudad de David, por otro nombre Sión.
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II Par 5:10
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No había otra cosa en el arca sino las dos tablas puestas por Moisés en Horeb, cuando el Señor dio la ley a los hijos de Israel, después que salieron de Egipto.
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II Par 5:12
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tanto los levitas como los cantores, esto es, los que estaban a las órdenes de Asaf, y los que estaban a las de Emán, y los que estaban a las de Iditún, sus hijos y hermanos, vestidos de lino finísimo, tañían címbalos, y salterios y cítaras, puestos en pie a la parte oriental del altar, y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban sus trompetas o clarines.
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II Par 6:11
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y colocado en ella el arca , dentro de la cual está el pacto que hizo el Señor con los hijos de Israel.
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II Par 6:16
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Cumple también ahora, oh Señor Dios de Israel, todo aquello que anunciaste a mi padre David, tu siervo, diciendo: No faltará de tu linaje quien se siente en mi presencia sobre el trono de Irael; con tal que tus hijos velen sobre sus acciones, caminando según mi ley, como tú has andado delante de mí.
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II Par 6:36
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Que si los hijos de tu pueblo pecaren contra ti (pues no hay hombre que no peque), y enojado tú contra ellos los entregares en manos de los enemigos, los cuales los llevaren cautivos lejos o cerca;
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II Par 7:3
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Asimismo todos los hijos de Israel estaban viendo bajar el fuego y la gloria del Señor sobre la casa, y postrándose rostro por tierra sobre el pavimento enlosado, adoraron y bendijeron al Señor, repitiendo: Porque es bueno y porque es eterna su misericordia.
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II Par 8:2
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restauró las ciudades que Hiram le había dado o vuelto, e hizo que las habitasen los hijos de Israel.
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II Par 8:8
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a los hijos y descendientes de aquellos a quienes los israelitas habían salvado la vida, Salomón los hizo tributarios o siervos, hasta el día de hoy.
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II Par 8:9
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Mas no echó mano de los hijos de Israel para trabajar en las obras del rey; porque éstos servían en la milicia, y de ellos eran los primeros oficiales, y los comandantes de los carros armados, y de la caballería.
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II Par 10:17
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Y Roboam quedó reinando sobre los hijos de Israel que moraban en las ciudades de la tribu de Judá.
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II Par 10:18
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Envió después el rey Roboam a Aduram, superintendente de los tributos. Mas los hijos de Israel lo apedrearon y fue muerto. En vista de lo cual el rey Roboam montó apresuradamente en su carroza, y huyó a Jerusalén .
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II Par 11:21
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Amó Roboam a Maaca, hija o nieta de Absalón, más que a todas sus mujeres principales, y de segundo orden; siendo así que tuvo dieciocho esposas, y sesenta mujeres secundarias y de ellas veintiocho hijos y sesenta hi-jas.
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II Par 11:23
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pues era el más sabio y el más valeroso de todos sus hijos; a cuyo fin esparció a éstos por los términos de Judá y de Benjamín, en todas las ciudades fortificadas; donde les dio alimen-to en abundancia, y les procuró muchas muje-res.
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II Par 13:5
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¿Ignoráis acaso que el Señor Dios de Israel dio para siempre el reino de Israel a David y a sus hijos con pacto perpetuo?,
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II Par 13:7
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¿y que se coligaron con él unos hombres vanísimos, e hijos de Belial, y prevalecieron contra Roboam, hijo de Salomón ; por cuanto era Roboam inexperto, y de corazón medroso, y no pudo resistirles?
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II Par 13:8
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Ahora bien, vosotros decís que tenéis fuerza para resistir al reino del Señor, que posee él o gobierna por medio de los hijos de David; y tenéis una gran muchedumbre, y los becerros de oro que os ha hecho Jeroboam para que sean dioses vuestros;
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II Par 13:9
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y habéis echado los sacerdotes del Señor, hijos de Aarón, y los levitas, y os habéis instituido otros sacerdotes a la manera de los demás pueblos de la tierra; cualquiera que se presente y consagre su mano inmolando un novillo y siete carneros, queda hecho sacerdote de aquellos que no son dioses.
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II Par 13:12
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Por tanto el caudillo de nuestro ejército es Dios, y sus sacerdotes los que tocan los clarines y dan la señal contra vosotros. Oh hijos de Israel, no queráis pelear contra el Señor Dios de vuestros padres, porque no os tiene cuenta.
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II Par 13:16
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Y los hijos de Israel volvieron las espaldas a Judá, en cuyas manos los abandonó Dios.
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II Par 13:18
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Así quedaron entonces abatidos los hijos de Israel, y los de Judá cobraron grandísimos bríos, por haber puesto su esperanza en el Señor Dios de sus padres.
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II Par 13:21
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Después que se aseguró Abía en el trono, tomó catorce mujeres, y de ellas tuvo veintidós hijos y dieciséis hijas.
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II Par 20:1
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Después de esto se coligaron los hijos de Moab y los hijos de Amón, y con ellos algunos amonitas, contra Josafat para hacerle gue-rra.
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II Par 20:1
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Después de esto se coligaron los hijos de Moab y los hijos de Amón, y con ellos algunos amonitas, contra Josafat para hacerle gue-rra.
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II Par 20:10
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Ahora, pues, los hijos de Amón y los de Moab, y los de la montaña de Seir, por cuyas tierras no permitiste que pasase Israel al salir de Egipto, antes se desvió Israel de ellos, y no los mató:
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II Par 20:13
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Estaba a la sazón todo Judá delante del Señor con los niños, mujeres e hijos.
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II Par 21:2
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cuyos hermanos, hijos de Josafat, fueron Azarías, y Jahiel, y Zacarías, y Micael y Safatías; todos hijos de Josafat, rey de Judá.
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II Par 21:2
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cuyos hermanos, hijos de Josafat, fueron Azarías, y Jahiel, y Zacarías, y Micael y Safatías; todos hijos de Josafat, rey de Judá.
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II Par 21:7
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Mas el Señor no quiso destruir la casa de David, a causa del pacto hecho con él, y por haberle prometido que le dejaría a él y a sus hijos una lámpara en todo tiempo.
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II Par 21:14
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he aquí que te castigará el Señor con un terrible azote a ti y a tu pueblo, y a tus hijos y mujeres, y a todas tus cosas.
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II Par 21:17
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Y entraron en la tierra de Judá, y la devastaron, y saquearon cuanto había en el palacio del rey, llevándose además sus hijos y mujeres, sin que le quedase otro hijo que Joacaz, el cual era el menor de todos.
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II Par 22:1
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Los habitantes de Jerusalén proclamaron luego por rey, en lugar de Joram, a Ocozías, el menor de sus hijos; porque los mayores en edad habían sido todos muertos por las guerrillas árabes que habían invadido el campamento; reinó, pues, Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá.
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II Par 22:8
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Estando, pues, Jehú destruyendo la casa de Acab, se encontró con varios príncipes de Judá, y con los hijos de los hermanos de Ocozías que estaban a su servicio, y les quitó la vida.
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II Par 22:11
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Pero Josabet, hija del rey, cogió a Joás, hijo de Ocozías, robándolo de entre los demás hijos del rey, cuando los mataban, y lo escondió en compañía de con su nodriza en el templo, en la estancia del dormitorio de los sacerdotes y levitas. Esta Josabet, que lo escondió, y evitó que Atalía lo matase, era hija del rey Joram, mujer del sumo sacerdote Joíada, y hermana de Ocozías.
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II Par 23:3
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Y todo este congreso se coligó con el rey del templo del Señor y les dijo Joíada: Ved aquí al hijo del rey, él es el que reinará, como el Señor lo tiene predicho de los hijos de David.
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II Par 23:11
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En seguida sacaron al hijo del rey, y le ciñeron la corona, y el testimonio, y le pusieron en la mano el libro de la ley, y lo proclamaron rey. Y el sumo sacerdote Joíada, asistido de sus hijos, lo ungió; y lo aclamaron diciendo: Viva el rey.
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II Par 24:3
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quien lo casó con dos mujeres, de quienes tuvo hijos e hijas.
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II Par 24:7
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Porque la impiísima Atalía y sus hijos habían arruinado la casa de Dios; y se sirvieron de todas las cosas consagradas al templo del Señor para adornar el templo de Baal.
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II Par 24:24
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A la verdad, aunque los siros habían venido en cortísimo número, el Señor entregó en sus manos una multitud inmensa de hijos de Israel, por haber abandonado al Señor Dios de sus padres. También Joás fue maltratado por ellos de un modo ignominioso;
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II Par 24:27
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En orden a sus hijos, y a la suma del dinero que se recogió en su reinado, y al modo con que fue restaurada la casa de Dios, todo esto está escrito en el Libro de los Reyes. Lo sucedió en el reino su hijo Amasías.
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II Par 25:4
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pero no mató a sus hijos, conformándose con lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde el Señor mandó expresamente: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres, sino que cada uno morirá por su pecado personal.
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II Par 25:4
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pero no mató a sus hijos, conformándose con lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde el Señor mandó expresamente: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres, sino que cada uno morirá por su pecado personal.
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II Par 25:4
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pero no mató a sus hijos, conformándose con lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde el Señor mandó expresamente: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres, sino que cada uno morirá por su pecado personal.
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II Par 25:7
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Entonces vino a encontrarle un varón de Dios, y le dijo: Oh rey, no vaya contigo el ejército de Israel, porque el Señor no está con Israel, ni con ninguno de los hijos de Efraín.
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II Par 25:11
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Amasías lleno de confianza puso en movimiento su gente, y se dirigió al valle de las Salinas, donde derrotó a diez mil de los hijos de Seir o idumeos.
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