II Rey 23:33
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Semma de Orori; Ayam de Aror, hijo de Sarar;
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II Rey 23:34
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Elifelet, hijo de Aasbai, hijo de Macati; Eliam de Gelón, hijo de Aquitofel;
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II Rey 23:34
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Elifelet, hijo de Aasbai, hijo de Macati; Eliam de Gelón, hijo de Aquitofel;
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II Rey 23:34
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Elifelet, hijo de Aasbai, hijo de Macati; Eliam de Gelón, hijo de Aquitofel;
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II Rey 23:36
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Igaal de Soba, hijo de Natán; Boni de Gadi;
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II Rey 23:37
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Selec de Ammoni; Naharai de Berot, escudero de Joab, hijo de Sarvia;
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III Rey 1:5
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Entretanto engreído Adonías hijo de Haggit, dijo: Yo reinaré. Con esta mira se hizo carrozas y tomó guardas de a caballo, y cincuenta hombres que lo escoltasen.
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III Rey 1:6
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Ni por eso su padre lo reprendió nunca, ni le dijo: ¿Por qué haces eso? Era Adonías de hermosísima presencia, y el segundo hijo después de Absalón.
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III Rey 1:7
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Y estaba de inteligencia con Joab, hijo de Sarvia, y con Abiatar, sumo sacerdote, los cuales favorecían su partido.
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III Rey 1:8
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Mas el otro sumo sacerdote Sadoc, y Banaías, hijo de Joíada, el profeta Natán, y Semei, y Rei, y la principal fuerza del ejército de David, no estaban por Adonías.
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III Rey 1:11
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Por lo que dijo Natán a Betsabé, madre de Salomón : ¿No has oído que Adonías, hijo de Haggit, se ha hecho rey, sin que David nuestro señor lo sepa?
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III Rey 1:12
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Ahora, pues, ven y toma mi consejo, y salva tu vida y la de tu hijo Salomón .
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III Rey 1:13
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Anda, ve y preséntate al rey David, y dile: ¿No es verdad, oh rey y señor mío, que tú me juraste a mí, esclava tuya, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí; y él se sentará en mi trono? Pues, ¿cómo es que reina Adonías?
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III Rey 1:17
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Respondió ella, diciendo: Tú juraste, mi señor, a tu esclava por el Señor Dios tuyo, que Salomón , mi hijo, reinaría después de ti, y se sentaría en tu trono.
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III Rey 1:21
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Pues sucederá que luego que el rey, mi señor, hubiere ido a descansar con sus padres, yo y Salomón , mi hijo, seremos tratados como criminales.
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III Rey 1:26
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Mas a mí, tu siervo, ni al sumo sacerdote Sadoc, ni a Banaías, hijo de Joíada, como ni a tu siervo Salomón , no nos ha convidado.
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III Rey 1:30
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que así como te juré por el Señor Dios de Israel, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará sobre mi trono en mi lugar, así lo ejecutaré hoy.
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III Rey 1:32
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Dijo después el rey David: Llamadme al sumo sacerdote Sadoc, y al profeta Natán, y a Banaías, hijo de Joíada. Y así que estuvieron éstos en su presencia
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III Rey 1:33
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les dijo: Juntad mis criados o guardias; haced monta a mi hijo Salomón en mi mula, y conducidlo a Gihón,
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III Rey 1:36
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Banaías, hijo de Joíada, respondió al rey, diciendo: Amén, así lo confirme el Señor y Dios del rey mi amo.
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III Rey 1:38
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Con esto salieron el sumo sacerdote Sadoc, y el profeta Natán, y Banaías, hijo de Joíada, con las guardias de cereteos y feleteos, y haciendo montar a Salomón en la mula del rey David, lo condujeron a Gihón.
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III Rey 1:42
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Aún estaba hablando, cuando llegó Jonatás, hijo de Abiatar el sumo sacerdote; y le dijo Adonías: Entra, que tú eres un hombre valeroso y portador de buenas nuevas.
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III Rey 1:44
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Y ha enviado con él al sumo sacerdote Sadoc, y al profeta Natán y a Banaías, hijo de Joíada, con los cereteos y feleteos; y lo han hecho montar en la mula del rey;
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III Rey 1:48
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y ha dicho: Bendito sea el Señor Dios de Israel que me ha concedido el ver hoy con mis ojos al hijo mío sentado en mi solio.
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III Rey 2:1
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Estando ya David cercano al día de su muerte, dio estas instrucciones a su hijo Salomón , diciendo:
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III Rey 2:5
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Tú sabes ya cómo se ha portado conmigo Joab, hijo de Sarvia, y lo que hizo con los dos caudillos del ejército de Israel, Abner, hijo de Ner, y Amasa, hijo de Jeter, a los cuales asesinó, derramando su sangre en tiempo de paz, como se hace en la guerra, y ensangrentando el cinturón con que estaba ceñido, y el calzado que cubría sus pies.
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III Rey 2:5
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Tú sabes ya cómo se ha portado conmigo Joab, hijo de Sarvia, y lo que hizo con los dos caudillos del ejército de Israel, Abner, hijo de Ner, y Amasa, hijo de Jeter, a los cuales asesinó, derramando su sangre en tiempo de paz, como se hace en la guerra, y ensangrentando el cinturón con que estaba ceñido, y el calzado que cubría sus pies.
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III Rey 2:5
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Tú sabes ya cómo se ha portado conmigo Joab, hijo de Sarvia, y lo que hizo con los dos caudillos del ejército de Israel, Abner, hijo de Ner, y Amasa, hijo de Jeter, a los cuales asesinó, derramando su sangre en tiempo de paz, como se hace en la guerra, y ensangrentando el cinturón con que estaba ceñido, y el calzado que cubría sus pies.
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III Rey 2:8
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Así te queda también Semei, hijo de Gera, hijo de Jemini, natural de Bahurim, el cual vomitó contra mí horrendas maldiciones cuando yo me retiraba a los campamentos. Mas porque salió a recibirme al repasar yo el Jordán, le juré por el Señor, diciendo: No te quitaré la vida.
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III Rey 2:8
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Así te queda también Semei, hijo de Gera, hijo de Jemini, natural de Bahurim, el cual vomitó contra mí horrendas maldiciones cuando yo me retiraba a los campamentos. Mas porque salió a recibirme al repasar yo el Jordán, le juré por el Señor, diciendo: No te quitaré la vida.
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III Rey 2:13
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Mas Adonías, hijo de Haggit, fue a encontrar a Betsabé, madre de Salomón , la cual le dijo: ¿Es de paz tu venida? De paz, respondió él;
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III Rey 2:22
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Respondió el rey Salomón , y dijo a su madre: ¿Por qué me pides la sunamita Abisag para Adonías? Pide también para él mi reino; pues él es mi hermano mayor, y tiene de su parte al sumo sacerdote Abiatar, y a Joab hijo de Sarvia.
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III Rey 2:25
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En seguida dio sus órdenes a Banaías, hijo de Joíada, el cual le quitó la vida. Así murió Adonías.
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III Rey 2:29
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Le dieron cuenta al rey Salomón de que Joab se había refugiado al Tabernáculo del Señor, y de que estaba al lado del altar; y envió Salomón a Banaías, hijo de Joíada, diciendo: Anda, ve, y mátale.
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III Rey 2:32
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Y el Señor hará recaer su sangre sobre su cabeza, puesto que él asesinó a dos varones justos, y mejores que él, atravesando con su espada, sin que mi padre David lo supiese, a Abner, hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa, hijo de Jeter, general del ejército de Judá.
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III Rey 2:32
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Y el Señor hará recaer su sangre sobre su cabeza, puesto que él asesinó a dos varones justos, y mejores que él, atravesando con su espada, sin que mi padre David lo supiese, a Abner, hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa, hijo de Jeter, general del ejército de Judá.
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III Rey 2:34
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Subió, pues, Banaías, hijo de Joíada; y acometiéndole, le quitó la vida, y fue sepultado en una casa suya en el desierto.
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III Rey 2:35
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Después de esto el rey dio a Banaías, hijo de Joíada, el mando del ejército en lugar del difunto; y nombró o confirmó sumo sacerdote a Sadoc, en vez de Abiatar.
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III Rey 2:39
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Mas al cabo de tres años acaeció que unos esclavos de Semei se le huyeron a la jurisdicción de Aquis, hijo de Maaca, rey de Get; y fue Semei avisado de que sus esclavos se hallaban en Get.
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III Rey 2:46
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En seguida dio el rey sus órdenes a Banaías, hijo de Joíada, el cual saliendo afuera lo hirió, y le dejó muerto.
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III Rey 3:6
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Respondió Salomón : Tú usaste de gran misericordia con tu siervo David, mi padre; así como él anduvo en tu presencia con verdad, y justicia, y rectitud de corazón para contigo; tú le conservaste tu gran misericordia, y le diste un hijo que se sentase sobre su trono, según que hoy se verifica.
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III Rey 3:19
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Mas el hijo de esta mujer murió una noche; porque estando ella durmiendo lo sofocó.
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III Rey 3:20
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Y levantándose en silencio a una hora intempestiva de la noche, cogió a mi niño del lado de esta sierva tuya, que estaba dormida, y se lo puso en su seno, y a su hijo muerto lo puso en el mío.
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III Rey 3:21
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Cuando me incorporé por la mañana para dar de mamar a mi hijo, lo hallé muerto; pero mirándole con mayor atención así que fue día claro, reconocí no ser el mío que yo había parido.
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III Rey 3:22
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A esto respondió la otra mujer: Es falso, tu hijo es el que murió, y el que vive es el mío. La otra por el contrario decía: Mientes, pues mi hijo es el vivo, y el tuyo es el muerto. Y de esta manera altercaban en presencia del rey.
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III Rey 3:22
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A esto respondió la otra mujer: Es falso, tu hijo es el que murió, y el que vive es el mío. La otra por el contrario decía: Mientes, pues mi hijo es el vivo, y el tuyo es el muerto. Y de esta manera altercaban en presencia del rey.
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III Rey 3:23
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Dijo entonces el rey: La una dice: Mi hijo es el vivo, el muerto es el tuyo. La otra responde: No, que tu hijo es el muerto, y el vivo es el mío.
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III Rey 3:23
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Dijo entonces el rey: La una dice: Mi hijo es el vivo, el muerto es el tuyo. La otra responde: No, que tu hijo es el muerto, y el vivo es el mío.
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III Rey 3:26
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Mas entonces la mujer que era madre del hijo vivo, clamó al rey (porque se le conmovieron sus entrañas por amor a su hijo): Dale, te ruego, oh señor, a ella vivo el niño, y no lo mates. Al contrario decía la otra: Ni sea mío ni tuyo, sino divídase.
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III Rey 3:26
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Mas entonces la mujer que era madre del hijo vivo, clamó al rey (porque se le conmovieron sus entrañas por amor a su hijo): Dale, te ruego, oh señor, a ella vivo el niño, y no lo mates. Al contrario decía la otra: Ni sea mío ni tuyo, sino divídase.
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