Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Oh

Salm 118:174 ¡Oh Señor! ardientemente he deseado la salud que de ti viene, y tu ley es el objeto continuo de mi meditación.
Salm 130:1 Cántico gradual de David. ¡Oh Señor!, no se ha enorgullecido mi corazón, ni mis ojos se han mostrado altivos. No he aspirado a cosas grandes, ni a cosas elevadas sobre mi capacidad.
Salm 131:8 ¡Oh Señor!, levántate, y ven al lugar de tu morada, tú y el arca en que brilla tu santidad.
Salm 132:1 Cántico gradual de David. ¡Oh cuán buena y cuán dulce cosa es vivir los hermanos en mutua unión!
Salm 134:13 ¡Oh Señor!, tu nombre subsistirá eternamente, tu memoria, Señor, pasará de generación en generación.
Salm 134:19 ¡Oh tú, casa de Israel!, bendice al Señor, casa de Aarón.
Salm 138:1 Para el fin: Salmo de David. ¡Oh Señor!, tú has hecho prueba de mí, y me tienes bien conocido.
Salm 138:19 ¿No acabarás oh Dios, con los pecadores? ¡Oh hombres sanguinarios!, retiraos de mí.
Salm 142:1 Salmo de David cuando le perseguia su hijo Absalon. ¡Oh Señor!, escucha benigno mi oración; presta oídos a mi súplica, según la verdad de tus promesas; óyeme por tu misericordia.
Salm 143:3 ¡Oh Señor! ¿Qué es el hombre para que te des a conocer a él?; ¿o el hijo del hombre, que así lo aprecias?
Salm 143:9 ¡Oh Dios mío!, yo te cantaré un cántico nuevo con un salterio; te cantaré himnos de alabanza.
Prov 4:10 ¡Oh hijo mío!, escucha y recibe mis documentos, para que logres muchos años de vida.
Prov 8:4 ¡Oh varones!, a vosotros es a quienes estoy continuamente clamando, y a vosotros todos, hijos de los hombres, dirijo mis palabras.
Ecle 7:24 mucho más que antes. ¡Oh, cuán grande es su profundidad! ¿Quién podrá llegar a sondearla?
Ecle 12:1 Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud antes que con la vejez venga el tiempo de la aflicción y se lleguen aquellos años en que dirás: ¡Oh años displicentes!
Cant 1:6 ¡Oh tú, el querido de mi alma!, dime dónde tienes los pastos, dónde el sesteadero al llegar el mediodía, para que no tenga yo que ir vagueando tras de los rebaños de tus compañeros.
Cant 1:14 ¡Oh y qué hermosa eres, amiga mía!, ¡cuán bella eres! Son tus ojos vivos y brillantes como los de la paloma.
Cant 2:7 ¡Oh hijas de Jerusalén !, os conjuro por las ligeras corzas y ciervos de los campos, que no despertéis ni quitéis el sueño a mi amada, hasta que ella quiera.
Cant 2:14 ¡Oh casta paloma mía, tú que anidas en los agujeros de las peñas, en las concavidades de las murallas, muéstrame tu rostro, suene tu voz en mis oídos; pues tu voz es dulce, y lindo tu rostro.
Cant 3:5 ¡Oh hijas de Jerusalén !, os conjuro por las corzas y los ciervos de los campos que no despertéis, ni interrumpáis el sueño a mi amada, hasta que ella quiera.
Cant 7:1 ¿Qué podréis ver en la Sulamita sino coros de música en medio de escuadrones armados? ¡Oh hermosa Princesa, y con qué gracia andan esos tus pies colocados en tan rico calzado! Las junturas de tus muslos son como goznes o charnelas, labrados de mano maestra.
Cant 8:1 ¡Oh quién me diera, hermano mío, que tú fueses como un niño que amamantado a los pechos de mi madre, para poder besarte, aunque te halle fuera o en la calle, con lo que nadie me desdeñaría.
Cant 8:13 Oh tú, la que moras en las huertas, los amigos están escuchando; hazme oír, pues, tu sonora voz.
Sab 4:1 ¡Oh cuán bella es la generación casta con esclarecida virtud! Inmortal es su memoria, y en honor delante de Dios y de los hombres.
Sab 9:1 Oh Dios de mis padres y Señor de misericordia, que hiciste todas cosas por medio de tu palabra,
Sab 12:1 ¡Oh cuán benigno y suave es, oh Señor, tu espíritu en todas las cosas!
Ecli 3:18 ¡Oh cuán infame es el que a su padre desampara! ¡Y cómo es maldito de Dios aquel que exaspera a su madre!
Ecli 5:6 No digas: ¡Oh, la misericordia del Señor es grande!; él me perdonará mis muchos pecados.
Ecli 6:21 ¡Oh cuán sumamente áspera es la sabiduría para los hombres necios! No permanecerá en su estudio el insensato.
Ecli 17:28 ¡Oh cuán grande es la misericordia del Señor, y cuánta su clemencia para con los que a él se convierten!"
Ecli 20:18 pues los que comen su pan son de lengua insolente. ¡Oh cuántos y cuántas veces harán burla de él!
Ecli 23:1 ¡Oh Señor, padre mío y dueño de mi vida, no me abandones a la indiscreción de mis labios; ni permitas que yo me deslice por causa de ellos.
Ecli 23:4 ¡Oh Señor, padre mío y Dios de mi vida!, no me abandones a sus malvados pensamientos.
Ecli 25:6 ¡Oh qué bello adorno para las canas el saber juzgar, y para los ancianos el saber dar un consejo!
Ecli 25:13 ¡Oh cuán grande es el que adquirió la sabiduría, y el que posee la ciencia! Pero ninguno de ellos supera al que teme a Dios.
Ecli 31:13 Tampoco digas con anhelo: ¡Oh cuántas viandas hay en ella!
Ecli 31:22 ¡Oh cuán poco vino es suficiente para un hombre bien educado!, y así cuando duermas no te causará desasosiego, ni sentirás incomodidad.
Ecli 35:26 ¡Oh cuán amable es la misericordia de Dios en el tiempo de la tribulación! Es como las nubes que se deshacen en agua en tiempo de sequía.
Ecli 36:1 ¡Oh Dios de todas las cosas!, ten misericordia de nosotros y vuelve hacia nosotros tus ojos, y muéstranos la luz de tu piedad.
Ecli 37:3 ¡Oh perversísima invención!, ¿de dónde has salido tú a cubrir la tierra de tal malicia y perfidia?
Ecli 41:1 ¡Oh muerte, cuán amarga es tu memoria para un hombre que vive en paz, en medio de sus riquezas!
Ecli 41:3 ¡Oh muerte!, tu sentencia es dulce al hombre necesitado y falto de fuerzas,
Ecli 42:23 ¡Oh cuán amables son todas sus obras!, y eso que lo que de ellas podemos comprender, viene a ser como una centella.
Isa 2:5 ¡Oh vosotros de la casa de Jacob !, venid, y caminemos en la luz del Señor.
Isa 2:9 Y delante de esta obra el hombre dobló la cerviz, y se humilló ante el varón. ¡Oh Señor!, no, no se lo perdones.
Isa 19:11 ¡Oh qué necios son los príncipes de Tanis, los sabios consejeros del faraón le han dado un consejo desatinado. ¿Cómo sugeriréis al faraón que diga ufano: Yo, hijo de sabios, yo hijo de reyes antiguos?
Isa 21:10 ¡Oh vosotros, trilladura mía, vosotros hijos de mi era!, lo que oí del Señor de los ejércitos del Dios de Israel, eso os he anunciado.
Isa 25:1 ¡Oh Señor! Tú eres mi Dios, yo te ensalzaré, y bendeciré tu Nombre; porque has ejecutado cosas maravillosas, designios antiguos y fieles o infalibles. Amén.
Isa 26:13 Oh Señor Dios nuestro, hemos tenido otros amos fuera de ti, que nos han dominado; haz que de ti sólo y de tu nombre nos acordemos.
Isa 38:16 ¡Oh Señor!, si esto es vivir, y en tales apuros se halla la vida de mi alma, castígame te ruego; y castigado, vivifícame.