ODAS las cosas tienen su tiempo, y todo lo que hay debajo del cielo pasa en el término que se le ha prescrito.
Hay tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo que se plantó.
Tiempo de dar muerte y tiempo de dar vida; tiempo de derribar y tiempo de edificar.
Tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de luto y tiempo de gala.
Tiempo de esparcir piedras y tiempo de recogerlas; tiempo de abrazar y tiempo de alejarse de los abrazos.
Tiempo de ganar tiempo y tiempo de perder; tiempo de conservar y tiempo de arrojar.
Tiempo de rasgar y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar.
Tiempo de amor y tiempo de odio; tiempo de guerra y tiempo de paz.
Y al cabo, ¿qué fruto saca el hombre de su trabajo?
He visto la pena que ha dado Dios a los hijos de los hombres para su tormento.
Todas las cosas que hizo Dios son buenas, usadas a su tiempo; y el Señor entregó al mundo a las vanas disputas de los hombres; de suerte que ninguno de ellos puede entender perfectamente las obras que Dios creó desde el principio hasta el fin.
Y así que he conocido que lo mejor de todo es estar alegre, y hacer buenas obras mientras vivimos.
Porque cualquier hombre que come y bebe, gozando del fruto de sus fatigas, de Dios recibe este don.
He visto que todas las cosas que ha creado Dios, duran perpetuamente; ni podemos añadir ni quitar nada de lo que Dios hizo para ser temido y adorado.
Lo que fue hecho, eso mismo permanece; lo que ha de ser ya fue, porque Dios renueva lo que pasó.
•
He visto debajo del sol, o en este mundo, la impiedad en el lugar del juicio, y la iniquidad en el puesto de la justicia;
y he dicho luego en mi corazón: Dios ha de juzgar algún día al justo y al impío; y entonces será el tiempo de ordenar todas las cosas.
Dije también en mi corazón acerca de los hijos de los hombres, que Dios los probaba y humillaba su orgullo, con hacer ver que son parecidos a las bestias.
•
Porque muere el hombre a semejanza de las bestias, y en tener que morir son ambos de igual condición; pues como el hombre muere, así mueren ellas; todos respiran de la misma manera; y el hombre, después del pecado, no tiene ninguna exención sobre las bestias; todo está sujeto a la vanidad del sepulcro,
y todo va a parar a un mismo lugar; de la tierra fueron hechas todas estas cosas, y en tierra igualmente o polvo vuelven a parar.
¿Quién ha visto si el alma de los hijos de Adán sube hacia las alturas, y si el alma de los brutos cae hacia las profundidades?
Entiendo, pues, que no hay cosa mejor para el hombre que atender con alegría a sus ocupaciones, y que ésta es su suerte mientras vive. Porque ¿quién podrá ponerlo en estado de conocer lo que ha de acontecer después de sus días?
Father
Son
Holy Spirit
Angels
Satan
Commentary
Reference
Artwork
Atlas