ÑADIÓ después el Señor, y dijo a Job:
¿Cómo el que se pone a altercar con Dios tan fácilmente lo deja, y enmudece? A la verdad que quien arguye a Dios debe hallarse en estado de responderle.
Job entonces respondiendo al Señor, dijo:
Yo que he hablado tan inconsideradamente, ¿qué es lo que puedo ahora responder? Nada. Cerraré mi boca con mi mano.
Una cosa he dicho, que ojalá nunca la hubiese dicho; y aun otra todavía, a las cuales no añadiré más palabra.
Y habló el Señor desde el torbellino a Job, diciendo:
Ciñe otra vez tus vestidos en tus lomos como hombre valiente; yo voy a preguntarte; tú, respóndeme.
¿Pretendes tú acaso invalidar mi juicio; y condenarme a mí por justificarte a ti mismo?
Si tienes, pues, un brazo fuerte como el de Dios, y si el tono de tu voz es semejante a su trueno,
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revístete de resplandor, y súbete a lo alto, y haz alarde de tu gloria, y adórnate de magníficos vestidos.
Disipa con su furor a los soberbios, y con una sola mirada abate a todos los altaneros.
Clava tus ojos en todos los soberbios u orgullosos, y confúndelos; y aniquila a los impíos doquiera que estén.
Sepúltalos a todos juntos debajo del polvo, y abisma sus cabezas en la fosa.
Entonces confesaré que tu diestra podrá salvarte.
Mira a Behemont, o al elefante, a quien creé junto a ti; él se alimenta de heno como el buey.
Su fortaleza está en sus lomos, y su vigor en el ombligo de su vientre,
endurece y levanta su cola como cedro; los nervios de muslos están interiormente entrelazados uno con otro.
Son sus huesos como pilares de bronce; como planchas o barras de hierro sus ternillas.
El es el principal de los animales entre las obras de Dios; aquel que le creó hará uso de la espada de él.
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Los montes producen hierba para su pasto; y allí junto a él retozarán todas las bestias del campo.
El duerme a la sombra en la espesura de los cañaverales y en lugares húmedos.
Los árboles sombríos cubren su morada, rodeándole los sauces de los arroyos.
Mira cómo él se sorbe un río, sin que le parezca haber bebido mucho; aun presume poder agotar el Jordán entero;
parece que se lo quiere tragar con los ojos, y lo absorbe con sus narices.
Père
Fils
Saint-Esprit
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Satan
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Atlas