habló el Señor a Moisés y a Aarón, diciendo:
Estas son las ceremonias de una víctima que ha ordenado el Señor. Manda a los hijos de Israel que traigan una vaca roja de edad perfecta, que ni tenga tacha ni haya estado bajo el yugo,
y la entregaréis al sacerdote Eleazar; el cual sacándola fuera del campamento, la degollará en presencia de todos,
y mojado el dedo en la sangre de esta vaca, hará siete aspersiones hacia las puertas del Tabernáculo;
y a vista de todos la quemará, entregando a las llamas, tanto la piel y las carnes, como la sangre y el estiércol.
También echará en las llamas en que arde la vaca, palo de cedro, hisopo y grana dos veces teñida.
Después de lo cual lavados los vestidos y su cuerpo, entrará en el campamento, y quedará inmundo hasta la tarde.
Igualmente el que la hubiere quemado lavará también sus vestidos y cuerpo y quedará inmundo hasta la tarde.
Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca, y las echará fuera del campamento en lugar limpísimo, a fin de que guardándolas con cuidado la multitud de los hijos de Israel, les sirvan para el agua de aspersión; puesto que la vaca fue quemada por el pecado.
Y el que llevó las cenizas de la vaca, después de lavar sus vestidos, quedará inmundo hasta la tarde. Será éste un rito santo y perpetuo entre los hijos de Israel, y los extranjeros o prosélitos que moran entre ellos.
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El que tocare cadáver de hombres, y por esta causa estuviere inmundo siete días,
será rociado con esta agua el tercer día y el séptimo, con lo cual quedará limpio. Si al tercer día no es rociado, no se podrá purificar al séptimo.
Todo el que hubiere tocado cadáver humano, y no fuere rociado con esta mistura de agua y ceniza, profanará el Tabernáculo del Señor, y perecerá de en medio de Israel; puesto que no ha sido rociado con el agua de expiación, estará inmundo y su inmundicia permanecerá sobre él.
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La ley para el hombre, que muere en su tienda o morada, es esta: Todos los que entran en su tienda, y todos los muebles que allí hay, serán inmundos siete días.
Vasija que no tuviere cobertera o tapón atado a la boca, quedará inmunda.
Si alguno en el campo tocare cadáver de hombre muerto por violencia o naturalmente; o tocare hueso de él, o su sepulcro, estará inmundo siete días.
Y tomarán parte de las cenizas de la vaca quemada por el pecado, y las mezclarán con agua viva en un vaso;
en que mojando un hombre limpio el hisopo, rociará con él toda la estancia y todo el ajuar, y a las personas amancilladas por semejante contacto;
y de ese modo el hombre limpio purificará al inmundo el tercero y séptimo día; y purificado así en el día séptimo, se lavará todo, y también sus vestidos, y quedará inmundo hasta la tarde.
Quien no fuere purificado con esta ceremonia, será su alma separada de la sociedad de la iglesia, por haber profanado el santuario del Señor, y no haber sido purificado con el agua lustral.
Este precepto tendrá fuerza de ley perpetua. El mismo que hace la aspersión con las aguas, lavará sus vestidos. Cualquiera que tocare las aguas de purificación estará inmundo hasta la tarde.
Todo lo que un inmundo tocare, quedará inmundo; y la persona que tocare algo de esto, estará inmunda hasta la tarde.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas