NTONCES Holofernes le dijo: Cobra aliento, y destierra de tu corazón todo temor; porque yo jamás he maltratado a nadie que haya querido sujetarse al rey Nabucodonosor.
Que si tu pueblo no me hubiese despreciado, no hubiera empuñado mi lanza contra él.
Mas ahora dime: ¿Por qué causa los has abandonado a ellos, y resuelto venirte entre nosotros?
Le respondió Judit: Atiende a las palabras de tu sierva, porque si siguieres los consejos de tu esclava, el Señor dará cumplimiento a tu empresa.
Viva Nabucodonosor, rey de la tierra, y viva su poder, que reside en ti para castigar a todos los que van errados; pues no solamente los hombres por tu valor le sirven, sino que hasta las bestias del campo le obedecen.
Porque la prudencia de tu ánimo es celebrada en todas las naciones, y por toda la tierra se sabe que tú solo eres el bueno y el poderoso en todo su reino, y en todas las provincias es alabada tu pericia militar.
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Ni se ignora lo que habló Aquior; ni menos lo que tú has dispuesto acerca de él.
Lo cierto es que nuestro Dios está tan indignado por nuestras maldades, que ha enviado a decir al pueblo, por medio de sus profetas, que lo abandona en pena de sus pecados.
Y como los hijos de Israel saben que tienen ofendido a su Dios, están temblando de ti.
Además de esto el hambre los acosa, y faltos de agua están ya como muertos.
Por lo cual han resuelto matar sus bestias, para beberse la sangre.
Asimismo las cosas consagradas al Señor Dios suyo, que les mandó Dios no tocaran, como trigo, vino y aceite, han pensado valerse de ellas, y quieren consumirlas, aunque no debían tocarlas ni aun con las manos; y así siendo tal su proceder no hay duda que serán abandonados de Dios, y que perecerán.
Lo que conociendo yo, sierva tuya, hui de ellos, y el Señor me ha mandado darte aviso de todo lo dicho.
Pues esta tu sierva adora a Dios, aun ahora que está en tu poder; y así saldrá tu sierva fuera a hacer oración a Dios,
el cual me dirá cuándo querrá castigarlos por su pecado, y yo vendré a avisártelo, de suerte que yo misma te conduciré por medio de Jerusalén , y verás en tu presencia a todo el pueblo de Israel como ovejas sin pastor, sin que ni un perro siquiera ladre contra ti.
Puesto que todo lo dicho me ha sido revelado por la providencia de Dios;
el cual indignado contra ellos, me ha enviado para anunciarte estas cosas.
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Todo este discurso agradó en extremo a Holofernes y a sus cortesanos; y maravillados de la sabiduría de Judit, se decían unos a otros:
No hay en el mundo mujer semejante a ésta en la gentileza, en la hermosura de rostro, ni en el hablar discretamente.
En fin, Holofernes le dijo: Bien ha hecho Dios, que te ha enviado delante de ese pueblo, para que lo pongas en nuestras manos.
Y pues tu promesa es tan apreciable, si tu Dios me la cumple, será también él mi Dios y tú serás grande en la casa de Nabucodonosor, y celebrado tu nombre por toda la tierra.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas