ARÁS asimismo un altar de madera de setim para quemar los perfumes o timiamas,
que tenga un codo de largo y otro de ancho, es decir, cuadrado, con dos codos de altura, de cuyos cuatro ángulos saldrán unas puntas o remates.
Y le cubrirás del oro más puro, tanto su enrejado, como los cuatro lados y las puntas. Y formarás alrededor de él una orladura o cornisa de oro,
y debajo de la orladura, dos anillos de oro a cada lado, para introducir en ellos unas varas con que ha de ser transportado el altar.
Estas mismas varas las has de hacer también de madera de setim, y las cubrirás de oro.
El altar le colocarás enfrente del velo, que pende delante del Arca del Testimonio, y del propiciatorio con que se cubre el Arca del Testimonio, donde yo te hablaré.
Y Aarón quemará sobre él, cada mañana, incienso de suave fragancia. Lo quemará al tiempo de aderezar las lámparas;
y al atizarlas al anochecer, quemará también el perfume delante del Señor; lo cual se observará entre vosotros perpetuamente, de generación en generación.
Nunca ofrecerás sobre este altar perfumes de otra composición, ni oblación alguna, ni víctima, ni libaciones.
Una vez en el año hará Aarón la expiación del altar, rociando sus cuatro puntos con la sangre de la víctima, ofrecida por el pecado, y con ella aplacará a Dios por vuestras generaciones. Será esta cosa santísima en el acatamiento del Señor.
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Habló nuevamente el Señor a Moisés, diciendo:
Cuando formares el encabezamiento de los hijos de Israel, cada uno dará alguna cosa al Señor en precio de su rescate, y empadronados que estén, no habrá entre ellos ningún desastre.
Y lo que dará cada uno de los que fueren alistados, es medio siclo, según el peso del templo. Un siclo tiene veinte óbolos. La mitad de un siclo, es lo que se ha de ofrecer al Señor.
El que sea comprendido en el censo, por tener más de veinte años, pagará ese rescate.
El rico no dará más de medio siclo, y el pobre no dará menos.
Recogido el dinero ofrecido por los hijos de Israel, le depositarás para el servicio del Tabernáculo del Testimonio, a fin de que sea como una memoria de ellos en la presencia del Señor, y sirva de expiación para sus almas.
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Habló asimismo el Señor a Moisés, diciéndole:
Harás también una concha o pila de bronce, elevada sobre una basa, para que sirva para el lavatorio, y la colocarás entre el Tabernáculo del Testimonio y el altar de los holocaustos. Y echada agua,
se lavarán Aarón y sus hijos las manos y pies,
cuando hubieren de entrar en el Tabernáculo del Testimonio, y llegarse al altar para ofrecer en él los perfumes al Señor,
no sea que de otro modo sean castigados de muerte. Estatuto perpetuo será éste para Aarón y para todos los de su descendencia, que deben sucederle.
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Habló todavía el Señor a Moisés,
diciendo: Tomarás drogas aromáticas, es a saber: el peso de quinientos siclos de mirra de la primera y más excelente; y la mitad, esto es, doscientos cincuenta siclos de cinamomo; doscientos cincuenta igualmente de caña aromática.
De casia o canela quinientos siclos, al peso del santuario, y de aceite de oliva la medida de un hin;
con lo que formarás el óleo santo de la unción, ungüento compuesto según el arte de perfumería.
Y ungirás con él el Tabernáculo del Testimonio, y el Arca del Testamento,
y la mesa con sus vasos, y el candelero y sus utensilios, el altar de los perfumes,
el de los holocaustos, y todos los muebles que pertenecen a su servicio.
Así santificarás todas estas cosas, y ellas quedarán santísimas o muy sagradas: el que las tocare se santificará.
Ungirás a Aarón y a sus hijos, y los santificarás para que ejerzan las funciones de mi sacerdocio.
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Dirás también a los hijos de Israel: Este óleo de la unción será consagrado a mí entre vosotros y entre vuestros descendientes.
Nadie se ungirá con él, ni haréis otro de semejante composición; porque queda santificado, y por santo le habéis de tener.
Cualquier hombre que compusiere otro tal, y diere de él a persona extraña, será exterminado de su pueblo.
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Dijo más el Señor a Moisés: Toma estos aromas, es a saber: estacte, y onique, y gálbano odorífero, e incienso el más puro y transparente, de todo esto en igual porción;
y formarás un perfume compuesto por arte de perfumería, muy bien mezclado, puro y dignísimo de ser ofrecido.
Y después de haberle reducido todo a menudísimo polvo, le pondrás delante del Tabernáculo del Testimonio, en cuyo lugar yo te apareceré. Santísimo será para vosotros este perfume.
Tal confección no la haréis para vuestros usos, por ser cosa consagrada al Señor.
Cualquiera que hiciere otra igual para recrearse con su fragancia, perecerá de en medio de sus gentes.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas