ABIENDO, pues, partido toda la multitud de los hijos de Israel del desierto de Sin, haciendo sus detenciones en los lugares señalados por el Señor, acamparon en Rafidim, donde no tuvo el pueblo agua que beber;
el cual, levantando el grito contra Moisés, dijo: Danos agua para beber. Moisés le respondió: ¿Por qué os amotináis contra mí? ¿Cómo es que tentáis al Señor?
Allí, pues, el pueblo, hallándose acosado de la sed y sin tener agua, murmuró contra Moisés, diciendo: ¿Por qué nos ha hecho salir de Egipto, para matarnos de sed a nosotros, y a nuestros hijos y ganados?
Clamó entonces Moisés al Señor, y le dijo: ¿Qué haré yo con este pueblo? Falta ya poco para que me apedree.
Dijo el Señor a Moisés: Adelántate al pueblo, llevando contigo alguno de los ancianos de Israel, y toma en tu mano la vara con que heriste el río, y vete
hasta la peña de Horeb, que yo estaré allí delante de ti; y herirás la peña, y brotará de ella agua para que beba el pueblo. Lo hizo así Moisés en presencia de los ancianos de Israel.
Y puso a este lugar el nombre de Tentación, por el alboroto de los hijos de Israel, y porque tentaron al Señor, diciendo: ¿Está, o no está con nosotros el Señor?
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Sobrevinieron después los amalecitas y presentaron batalla a Israel en Rafidim.
Y dijo Moisés a Josué: Escoge hombres de valor, y ve a pelear contra los amalecitas; mañana yo estaré en la cima del monte, teniendo la vara de Dios en mi mano.
Hizo Josué lo que Moisés había dicho, y trabó combate con Amalec. Entretanto Moisés y Aarón y Hur subieron a la cima del monte.
Y cuando Moisés alzaba las manos, vencía Israel, mas si las bajaba un poco, Amalec tenía la ventaja.
Ya los brazos de Moisés estaban cansados; por lo que tomando una piedra, se la pusieron debajo, y se sentó en ella, y Aarón de una parte y Hur de la otra lo sostenían en brazos, los cuales de esta manera permanecieron en alto hasta que se puso el sol.
Y Josué derrotó a Amalec, y pasó a cuchillo su gente.
Entonces el Señor dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y adviérteselo a Josué, a saber: Que yo he de borrar de debajo del cielo la memoria de Amalec.
Edificó allí Moisés un altar al Señor al que puso por nombre: EL SEÑOR ES MI EXALTACION, diciendo:
Ciertamente que la mano del Señor se extenderá desde su solio contra Amalec, y guerra le hará el Señor en todas las generaciones.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas