AS has de saber esto, que en los días postreros o hasta el fin del mundo sobrevendrán tiempos peligrosos.
Se levantarán hombres amadores o pagados de sí mismos, codiciosos, altaneros, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, facinerosos,
desnaturalizados, implacables, calumniadores, disolutos, fieros, inhumanos.
traidores, temerarios, hinchados, y más amadores de deleites que de Dios,
mostrando, sí, apariencia de piedad, o religión, pero renunciando a su espíritu. Apártate de ellos.
Porque de éstos son los que se meten por las casas, y cautivan a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas de varias pasiones,
las cuales andan siempre aprendiendo, y jamás arriban al conocimiento de la verdad.
En fin, así como Jannes y Mambres resistieron a Moisés, del mismo modo éstos resisten a la verdad, hombres de un corazón corrompido, réprobos en la fe, que quisieran pervertir a los demás.
Mas no lograrán sus intentos; porque su necedad se hará patente a todos, como antes se hizo la de aquellos magos.
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Tú al contrario, mi caro Timoteo, ya has visto mi doctrina, mi modo de proceder, el fin que me propongo, cuál es mi fe, mi longanimidad, mi caridad, mi paciencia,
cuáles las persecuciones y vejaciones que he padecido, lo que me aconteció en Antioquía e Iconio, y en Listra, cuán grandes han sido las persecuciones que he tenido que sufrir, y cómo de todas me ha sacado a salvo el Señor.
Y ya se sabe que todos los que quieren vivir virtuosamente según Jesucristo, han de padecer persecución.
Al paso que los malos hombres y los impostores irán de mal en peor, errando y haciendo errar a otros.
Tú, amado hijo, manténte firme en lo que has aprendido y se te ha encomendado, considerando quién te lo enseñó,
y también que desde la niñez aprendiste las sagradas letras, que te pueden instruir para la salvación, mediante la fe que cree en Jesucristo.
Toda escritura inspirada de Dios es propia para enseñar, para convencer, para corregir a los pecadores, para dirigir a los buenos en la justicia o virtud,
en fin, para que el hombre de Dios o el cristiano sea perfecto, y esté apercibido para toda obra buena.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas