Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

tierra

Prov 11:28 Quien confía en sus riquezas, caerá por tierra; al paso que los justos florecerán como árbol de verdes ramas.
Prov 11:31 Si el justo es castigado en la tierra por sus defectos, cuánto más lo será el impío y el pecador.
Prov 12:11 El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que se entrega al ocio, es sumamente necio. El que pasa el tiempo saboreándose en el vino, deja estampada la infamia en su familia.
Prov 17:24 En el rostro del varón prudente brilla la sabiduría; los ojos de los insensatos andan vagantes por los cabos de la tierra.
Prov 25:3 Como la altura del cielo, y la profundidad de la tierra, así es de difícil de penetrar el corazón de los reyes.
Prov 28:2 Por los pecados de la tierra hay muchos príncipes en ella de corto reinado; pero será más larga la vida del príncipe, si es sabio, y adquiere la inteligencia de las cosas que aquí se enseñan.
Prov 28:19 El que labra su tierra, tendrá pan de sobra; pero el que ama la ociosidad, estará lleno de miseria.
Prov 30:4 ¿Quién ha subido al cielo y ha bajado de allá, para poder hablar sabiamente? ¿Quién sujetó el viento con sus manos? ¿Quién envolvió en densas nubes las aguas como en un envoltorio? ¿Quién ha dado esta habilidad a todas las partes de la tierra? ¿Cuál es el nombre de quien lo hizo?, ¿y qué nombre tiene su hijo? Dilo tú, si es que lo sabes.
Prov 30:14 Otra casta de hombres que tienen unos dientes como cuchillos, y despedazan con sus quijadas, y se tragan los desvalidos de la tierra, y los pobres de entre los hombres.
Prov 30:16 El infierno, la matriz de la estéril, y la tierra que nunca se sacia de agua; además el fuego, el cual nunca dice: basta.
Prov 30:21 Por tres cosas se perturba la tierra, o más bien por cuatro; las cuales ella no puede sufrir:
Prov 30:24 Cuatro cosas hay de las más pequeñas o ruines sobre la tierra; las cuales superan en saber a los sabios:
Ecle 1:3 ¿Qué saca el hombre de todo el trabajo con que se afana sobre la tierra o debajo de la capa del sol?
Ecle 1:4 Pasa una generación, y le sucede otra; mas la tierra queda siempre estable.
Ecle 1:6 dirige su curso hacia el mediodía, y declina después hacia el norte; corre el viento soplando por toda la tierra, y vuelve a comenzar después sus giros.
Ecle 3:20 y todo va a parar a un mismo lugar; de la tierra fueron hechas todas estas cosas, y en tierra igualmente o polvo vuelven a parar.
Ecle 3:20 y todo va a parar a un mismo lugar; de la tierra fueron hechas todas estas cosas, y en tierra igualmente o polvo vuelven a parar.
Ecle 5:1 No hables nada inconsideradamente, ni sea ligero tu corazón en proferir palabras indiscretas delante de Dios, porque Dios es el Señor que está en los cielos, y tú un vil gusano sobre la tierra. Sean, pues, pocas y muy medidas tus palabras.
Ecle 5:8 y hay, en fin, sobre todos un soberano, a quien toda la tierra sirve reverente.
Ecle 7:20 porque no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y no peque jamás.
Ecle 8:14 Se halla todavía otra miseria sobre la tierra: hay justos que padecen males, como si hubieran hecho acciones de impíos; e impíos hay que viven tan sosegados, como si tuvieran méritos de justos. Cosa es ésta que también me parece muy vana.
Ecle 8:15 Por tanto alabé la alegría del justo; visto que no hay bien para el hombre en esta vida, sino el comer y beber moderadamente, y estar contento, y que esto es lo que únicamente sacará de su trabajo en los días de su vida que le ha concedido Dios en la tierra.
Ecle 8:16 Y apliqué mi corazón para aprender la sabiduría a fin de conocer la causa de esta disipación de ánimo en los que moran la tierra. Hombre hay que ni de día ni de noche admite en sus ojos al sueño.
Ecle 10:17 Dichosa es la tierra cuyo rey es noble, cuyos príncipes comen a su tiempo, para sustentarse y no para echarse en los deleites.
Ecle 11:2 Repártelo a siete y aun ocho o más personas; porque no sabes tú los males que pueden sobrevenirte en la tierra.
Ecle 11:3 Has como las nubes que cuando están cargadas, derraman sobre la tierra la lluvia benéfica. Si el árbol cayere hacia el mediodía, o hacia el norte, doquiera que caiga, allí quedará.
Ecle 12:7 y en suma, antes que el polvo se vuelva a la tierra de donde salió, y el espíritu vuele a Dios, que le dio el ser.
Cant 2:12 despuntan las flores en nuestra tierra; llegó el tiempo de la poda; el arrullo de la tórtola se ha oído ya en nuestros campos;
Sab 1:1 Amad la justicia, vosotros los que juzgáis o gobernáis la tierra. Sentid bien del Señor, y buscadlo con sencillez de corazón;
Sab 1:14 Lo creó todo a fin de que subsistiera eternamente en su presencia; saludables hizo él todas las cosas que nacen en el mundo; nada había en ellas de ponzoñoso ni nocivo; el infierno o la muerte no reinaba entonces en la tierra.
Sab 5:23 y de la cólera de Dios, como de un pedrero lloverán densos granizos. Se embravecerán contra ellos las olas del mar; y los ríos todos inundarán impetuosamente la tierra.
Sab 5:24 Se levantará contra ellos un furioso huracán, y en torbellino de viento serán destrozados. Por su iniquidad quedará convertida en un desierto toda la tierra; y por la maldad, los tronos de los potentados serán derrocados.
Sab 6:2 Escuchad, pues, oh reyes, y estad atentos; aprended vosotros, oh jueces todos de la tierra:
Sab 7:1 A la verdad que soy también yo un hombre mortal, semejante a los demás, y del linaje de aquel que siendo el primero fue formado de la tierra; y en el vientre de la madre recibí la humana figura de carne.
Sab 7:3 Y luego que nací, respiré en común aire, y casi sobre la misma tierra que todos; y mi primera voz, como la de todos los demás niños, fue de llanto.
Sab 9:3 a fin de que gobernase la tierra con equidad y justicia, y ejerciese el juicio con rectitud de corazón;
Sab 9:16 Difícilmente llegamos a formar concepto de las cosas de la tierra; y a duras penas entendemos las que tenemos delante de los ojos. ¿Quién podrá, pues, investigar aquellas que están en los cielos?
Sab 9:18 con que sean enderezados los caminos de los moradores de la tierra, y aprendan los hombres las cosas que a ti placen?
Sab 10:4 Y cuando después por causa de él las aguas anegaron la tierra, la sabiduría puso nuevamente remedio, conduciendo al justo Noé en un leño despreciable.
Sab 10:7 cuya tierra, en testimonio de las maldades de ella, persevera desierta, humeando, y los árboles dando frutos sin sazón, y fija la estatua de sal, por padrón de un alma incrédula.
Sab 11:23 El mundo todo es delante de ti como un granito en la balanza, y como una gota de rocío que por la mañana desciende sobre la tierra.
Sab 12:3 Porque tú miraste con horror a los antiguos moradores de tu tierra santa;
Sab 12:5 matando sin piedad a sus propios hijos, y comiendo las entrañas humanas, y bebiendo la sangre en medio de tu sagrada tierra contra tu santo precepto.
Sab 12:7 a fin de que la tierra, de ti la más amada de todas, recibiese la digna colonia de hijos de Dios.
Sab 14:6 De esta suerte también al principio , cuando perecieron en el diluvio los soberbios gigantes, una barca fue el refugio de la esperanza de toda la tierra: barca que siendo gobernada por tu mano, conservó la semilla de que había de renacer el mundo.
Sab 14:14 Sobrevino en la tierra la vanidad de los hombres; y con esto se tuvo por muy pronta la muerte de ellos.
Sab 15:8 Y con vana fatiga forma del mismo barro un dios el hombre mortal que poco antes fue formado de la tierra, y que muy en breve volverá a reducirse a ella, obligado a restituir la deuda del alma que ha recibido.
Sab 15:10 pues su corazón es ceniza o polvo, y vil tierra su esperanza, y su vida más despreciable que el barro;
Sab 15:13 Porque aquel artífice que de la frágil materia de la tierra forma vasijas y simulacros, bien conoce que peca más que todos.
Sab 16:19 Otras veces el fuego, contra o sobre su natural virtud, ardía en el agua para consumir las producciones de aquella tierra maldita.